Cartas al director

Vivir o morir

Cuando digo vivir me refiero a la vida laboral, contribuir con tu esfuerzo desde niño hasta no se sabe cuándo. Por ahora llevo 44 años aportando rigurosamente al Estado para garantizar mi futuro y de los que no pueden trabajar. Luego vendrá la jubilación, a la que no es fácil llegar. Desde luego no a los 50 años como miles de prejubilados de la banca o el ejército. Pero la codicia del dinero de los más perversos y mediocres lo ha alterado todo después de vaciar la caja del futuro de padres y abuelos. Ahora siento lástima. Somos relegados como una lacra. Todo lo aportado —esfuerzo y experiencia...

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Cuando digo vivir me refiero a la vida laboral, contribuir con tu esfuerzo desde niño hasta no se sabe cuándo. Por ahora llevo 44 años aportando rigurosamente al Estado para garantizar mi futuro y de los que no pueden trabajar. Luego vendrá la jubilación, a la que no es fácil llegar. Desde luego no a los 50 años como miles de prejubilados de la banca o el ejército. Pero la codicia del dinero de los más perversos y mediocres lo ha alterado todo después de vaciar la caja del futuro de padres y abuelos. Ahora siento lástima. Somos relegados como una lacra. Todo lo aportado —esfuerzo y experiencia— no ha sido suficiente. Ahora no somos rentables.

El respeto a los mayores nos hacía a los seres humanos más generosos e inteligentes.— Pedro Sanz Gallego.

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