Cartas al director

El resultado de las elecciones catalanas

La cara de los representantes de CiU durante el discurso tras las elecciones lo dijo todo. Los 50 escaños conseguidos se han quedado pobres respecto a los 62 obtenidos en 2010. Mas ha ganado la presidencia otra vez, pero ha perdido seguidores. En estos momentos, tal vez deba replantearse si hubiera sido mejor haber seguido los dos años de mandato que le quedaban con un mayor número de representación en el Parlamento a haber adelantado unas elecciones subiéndose al tren del oportunismo.

A un tren lleno de independentistas que afloraron en la Diada, pero que han demostrado no formar toda ...

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La cara de los representantes de CiU durante el discurso tras las elecciones lo dijo todo. Los 50 escaños conseguidos se han quedado pobres respecto a los 62 obtenidos en 2010. Mas ha ganado la presidencia otra vez, pero ha perdido seguidores. En estos momentos, tal vez deba replantearse si hubiera sido mejor haber seguido los dos años de mandato que le quedaban con un mayor número de representación en el Parlamento a haber adelantado unas elecciones subiéndose al tren del oportunismo.

A un tren lleno de independentistas que afloraron en la Diada, pero que han demostrado no formar toda la mayoría del partido, pues CiU también contaba con un gran número de catalanes que no se han sentido representados por el partido en estas elecciones. Por tanto, Mas ha ganado las elecciones y puede contar con el apoyo de ERC, actualmente la segunda fuerza política, en el caso de que quiera seguir con el proceso soberanista, pues solo les puede unir ideológicamente el factor independencia. Pero por lo demás, CiU no ha ganado nada.— Lorena Megías Fernández. Barcelona.

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El gran batacazo de estas elecciones catalanas no ha sido para el PSC, tal y como se esperaba. CiU, aspirante a mayoría absoluta, ha perdido 12 diputados situándose en 50. En resumen, le ha salido el tiro por la culata. Pero ¿qué esperaba el señor Mas? Ya no tiene la confianza de una parte de sus votantes, pues escondiendo con la independencia las ansias de mayoría absoluta para llevar a cabo los recortes con tranquilidad no ha sido la mejor estrategia. Viendo el fracaso, veo aquí una razón más que suficiente para su dimisión, en vez de ir pidiendo el apoyo de cualquier partido político para seguir siendo presidente.

Señor Mas, dimita. Por el bien de su partido, pero sobre todo por el bien de Cataluña.— Mònica García Hernández. Barcelona.

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