Pena de muerte y educación
El 10 de octubre se celebra el día contra la pena de muerte. Aprovecho la ocasión para debatir con mis alumnos de Ciudadanía sobre ella. Lo primero es realizar una encuesta sobre su aceptación. El resultado es típico: 31 de 33 están a favor —aunque algunos solo en casos extremos— lo que supone más de un 90%. Estos datos no son sorprendentes ni excesivamente preocupantes: reflejan la falta de reflexión ética a una edad en que los alumnos comienzan a construir su propia personalidad; sí muestran la falta de educación en valores en casa, donde no suele hablarse sobre derechos humanos básicos.
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El 10 de octubre se celebra el día contra la pena de muerte. Aprovecho la ocasión para debatir con mis alumnos de Ciudadanía sobre ella. Lo primero es realizar una encuesta sobre su aceptación. El resultado es típico: 31 de 33 están a favor —aunque algunos solo en casos extremos— lo que supone más de un 90%. Estos datos no son sorprendentes ni excesivamente preocupantes: reflejan la falta de reflexión ética a una edad en que los alumnos comienzan a construir su propia personalidad; sí muestran la falta de educación en valores en casa, donde no suele hablarse sobre derechos humanos básicos.
No es preocupante porque para evitar el tránsito irreflexivo hasta la edad adulta estamos los educadores: a final de curso solo los recalcitrantes suelen mantener su postura justiciera.
Mi preocupación es otra: ¿Qué sucedería si la LOMCE acaba por eliminar las humanidades? ¿Aprenderían a rechazar la pena de muerte en Matemáticas? Con 33 alumnos no expliqué toda la argumentación, como solía, en una sola clase. ¿Sigue creyendo Wert que el aumento de ratio no influye? ¿Qué clases debo dejar de impartir?— Ángel Vallejo Rojas.