Las palabras y la Europa de la Dama de Hierro
La Thatcher era ambiciosa, mucho. Y
sus reiterados errores la llevaron hacia la más absoluta soledad, el cáncer de
un líder. Pero allá por el 20 de septiembre de 1988, en la ciudad de Brujas,
pronunció unas palabras en relación a Europa. Una Europa que no era esta, la
que debate acerca de un supuesto rescate total a España. Una Europa que no sólo
era Alemania, y ni mucho menos Merkel.
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La Thatcher era ambiciosa, mucho. Y sus reiterados errores la llevaron hacia la más absoluta soledad, el cáncer de un líder. Pero allá por el 20 de septiembre de 1988, en la ciudad de Brujas, pronunció unas palabras en relación a Europa. Una Europa que no era esta, la que debate acerca de un supuesto rescate total a España. Una Europa que no sólo era Alemania, y ni mucho menos Merkel.
“Los británicos somos herederos del legado de la cultura europea como cualquier otra nación”
Las palabras que más repitió la primera ministra en ese discurso fueron Europa, comunidad y libertad. También habló de justicia, de contribución y de cooperación. Palabras que hoy podríamos oír de boca de nuestros líderes una y otra vez sin creerlas. A pesar de la dura crisis económica que estamos atravesando. Sin embargo, aunque escuchemos de manera repetida esas palabras, ya han nacido sentimientos negativos en lo más profundo del ser de un ciudadano: desconcierto y desconfianza.
“No deberíamos olvidar que los valores europeos han ayudado a hacer de Estados Unidos un valiente defensor de la libertad como ellos la obtuvieron” ¿Lo hemos olvidado ya?
Quizás, como también se ha olvidado que… “la Comunidad Europea pertenece a todos sus miembros”.
Gran Bretaña siempre ha andado sola en este camino, a su manera, al margen, o quizás al lado del río sin mojarse demasiado. Querían marcar la diferencia. Y Thatcher ya lo avisó: “Nuestro destino es Europa, como parte de la Comunidad. Pero esto no significa que nuestro futuro esté sólo en Europa”.
Fue una mujer quien lo dijo, a pesar de que luchaba por intereses propios con absoluto liderazgo. Pero fue ella quién advirtió del verdadero compromiso de esta unión. Una unión que hoy anda a la deriva esperando la voz más fuerte, no la de todos en plena coordinación: “Soy la primera en decir que uno de los grandes retos de Europa debería ser hablar con una sola voz”.