Nuestra tierra se quema
Los incendios crecen exponencialmente como un mal endémico, esto terminará por convertirse en un erial.
Las zonas arrasadas por el fuego tardan años incluso siglos en regenerarse, acabando con el hábitat de animales, plantas. Y lo único que florece es la maleza, caldo de cultivo para más incendios.
Mientras no haya una política encaminada a concienciarnos a todos —empezando desde la escuela— que la ecología, el medio ambiente, el ecosistema somos todos y lo tenemos que cuidar; esto se acaba. Hay un viejo dicho: “Cuando el monte se quema, algo nuestro se quema”. Los ríos sucios, c...
Los incendios crecen exponencialmente como un mal endémico, esto terminará por convertirse en un erial.
Las zonas arrasadas por el fuego tardan años incluso siglos en regenerarse, acabando con el hábitat de animales, plantas. Y lo único que florece es la maleza, caldo de cultivo para más incendios.
Mientras no haya una política encaminada a concienciarnos a todos —empezando desde la escuela— que la ecología, el medio ambiente, el ecosistema somos todos y lo tenemos que cuidar; esto se acaba. Hay un viejo dicho: “Cuando el monte se quema, algo nuestro se quema”. Los ríos sucios, contaminados; los peces muriéndose —apenas hay pesca— reflejo de la desidia y abandono por parte de todos. ¡Una pena!
Sería bueno y urgente que se hiciera algún trabajo encaminado a mantener los montes limpios, regenerarlos para la prevención de incendios, reforestar. Los ríos igual, en colaboración con las entidades locales, provinciales…, denunciar a las empresas y personas que contaminen, exigirles responsabilidades y endurecer las penas.— Juan José Pérez Rodríguez.