Hasta luego, Lucas
Diariamente, Juan Ramón Lucas, tras saludar a la audiencia de Radio Nacional, se mostraba agradecido y orgulloso de formar parte de la radio publica, “la radio de todos”. Objetividad, independencia y calidad eran los rasgos de un programa dirigido con inteligencia y en el que cabían todas las opiniones. Lo mismo se puede decir del programa vespertino dirigido por Toni Garrido, con comentarios inteligentes no exentos de un sentido crítico hacia la contradictoria actualidad que nos rodea.
La audiencia había premiado esta filosofía con un aumento importante en la última encuesta del EGM....
Diariamente, Juan Ramón Lucas, tras saludar a la audiencia de Radio Nacional, se mostraba agradecido y orgulloso de formar parte de la radio publica, “la radio de todos”. Objetividad, independencia y calidad eran los rasgos de un programa dirigido con inteligencia y en el que cabían todas las opiniones. Lo mismo se puede decir del programa vespertino dirigido por Toni Garrido, con comentarios inteligentes no exentos de un sentido crítico hacia la contradictoria actualidad que nos rodea.
La audiencia había premiado esta filosofía con un aumento importante en la última encuesta del EGM.
Pues bien, así estábamos cuando llegaron los nuevos directivos, como elefante en cacharrería, decidiendo que no les interesa ni la objetividad, ni la independencia, ni la inteligencia ni la calidad, y por tanto fulminan a Lucas, a Garrido, y también Pepa Fernández, con su programa del fin de semana.
Que quede bien claro quién manda y lo que se pretende. Adiós a la “radio de todos”, adiós a la libertad de expresión, bienvenidos de nuevo a la mordaza y la propaganda. Ellos creerán que salen ganando, pero la triste realidad es que todos salimos perdiendo.— Sebastián Fernández Izquierdo.