Cartas al director

La peor de las pesadillas

El 27 de marzo nuestro padre, el empresario Antonio Crespo Pando, fue asesinado en República Dominicana, una pesadilla para toda una familia residente en España que vivió los primeros momentos de tan atroz crimen con una falta de apoyo total tanto por parte de los miembros del Consulado en este país como de los responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores en España.

Tras la denuncia de su desaparición la pasividad de nuestras autoridades fue absoluta pese a la insistencia de nuestras llamadas al Consulado demandando información. Todas las novedades del caso, como fueron la detenció...

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El 27 de marzo nuestro padre, el empresario Antonio Crespo Pando, fue asesinado en República Dominicana, una pesadilla para toda una familia residente en España que vivió los primeros momentos de tan atroz crimen con una falta de apoyo total tanto por parte de los miembros del Consulado en este país como de los responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores en España.

Tras la denuncia de su desaparición la pasividad de nuestras autoridades fue absoluta pese a la insistencia de nuestras llamadas al Consulado demandando información. Todas las novedades del caso, como fueron la detención y confesión de los presuntos asesinos y la aparición del cadáver, las conocimos a través de sus amigos. Desgraciadamente nosotros mismos comunicamos al agregado policial de la representación diplomática el hallazgo del cuerpo de nuestro padre tras descubrir la noticia en un periódico digital dominicano. Para los trámites de la repatriación tampoco contamos con la asistencia de los funcionarios del Consulado y tuvimos que otorgar las autorizaciones y realizar la transferencia necesaria a una funeraria sin garantía alguna de que se responsabilizarían del traslado.

Si el comportamiento de los funcionarios con los que hemos tratado en estos duros días se ajusta a los protocolos de actuación establecidos desde el Ministerio entendemos que deberían revisarse, ya que no han podido demostrar mayor falta de sensibilidad ante la angustia de una familia que tan solo demandaba noticias y apoyo para acabar cuanto antes con la que para nosotros ha sido la peor de las pesadillas— Cristian y Támara Crespo Camacho, hijos de Antonio Crespo Pando, y otras 76 firmas.

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