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Aquel reportaje sobre los quechuas de Perú se fraguó gracias a un encuentro casual. La casualidad está detrás de muchas buenas historias. Uno de mis amigos llevaba un paquete que su familia enviaba a un misionero murciano que llevaba toda la vida trabajando con comunidades campesinas en las montañas cercanas a Cusco. Se llamaba Quino Meseguer. Me fui con mi amigo a buscar al misionero y aquel encuentro cambió muchas cosas. Cambió mi percepción sobre el mundo duro y cruel de los desheredados de la tierra, sobre aquellos campesinos quechuas que malviven en una de las tierras más...
Aquel reportaje sobre los quechuas de Perú se fraguó gracias a un encuentro casual. La casualidad está detrás de muchas buenas historias. Uno de mis amigos llevaba un paquete que su familia enviaba a un misionero murciano que llevaba toda la vida trabajando con comunidades campesinas en las montañas cercanas a Cusco. Se llamaba Quino Meseguer. Me fui con mi amigo a buscar al misionero y aquel encuentro cambió muchas cosas. Cambió mi percepción sobre el mundo duro y cruel de los desheredados de la tierra, sobre aquellos campesinos quechuas que malviven en una de las tierras más inhóspitas del planeta, a 4000 metros de altitud. Cambió mi percepción sobre algunos miembros de la iglesia católica, como Quino Meseguer, que sí que dan su vida por los demás (y no por una poltrona como Rouco Varela). Y cambió mi relación con aquel misionero menudo, nervioso, vivaracho y dinámico que más que a rezar a lo que enseñaba a sus niños de Huasampata era a lavarse las manos antes de comer para no coger infecciones, a canalizar el agua potable, a que los maridos no bebieran y no le pegaran sus mujeres, a que los niños estudiaran: al final emparentamos. Resultó que en el grupo de viajeros venía mi hermana; al final del viaje Quino nos entregó otro paquete para llevarlo a su familia en Murcia. Mi hermana fue la encargada de cumplir el mandando. Fue entonces cuando conoció al sobrino de Quino Meseguer, se enamoraron y se casaron. Moraleja: el destino es así de canalla.
Comentarios
ps. y muy cierto ambas fotos que has mostrado son arte.
¡Este Paco si me gusta matarilelireron!. El año pasado estuve recorriendo la hermosisima Bolivia y semanas después via Deshuesadero llegué al Perú y quiero decir, así solemnemente de pie, que ese viaje cambió mi vida para siempre (claro que no emparenté con nadie) un pedazo de mi corazón se quedó allende tierras andinas. No conozco a Quino, pero estoy convencida que esa iglesia suya en verdad la lleva en el corazón y la comparte en lo sencillo. Como siempre Paco, pero esta vez más sentida que otras veces ¡gracias!
La verdad, che... ¡¡Qué casualidad!!
Esa foto es impresionante, la expresión de sus caras...qué raras.Dicen que las casualidades no existen, pero ahora me quedo con la duda.BesinesPD: espero que recuerdes que día es hoy , el jet lag ya no puede ser una excusa
Otra bellísima foto, y otra bellísima historia, ahora con tu hermana de protagonista. Ay, este Paco, que está abriendo su corazoncito y empieza a contar intimidades...
Primer reportaje marcado por el destino y que marcó el tuyo. Extraordinario.Gracias y un abrazo.
Bueno, creo que canalla eres tú, el destino y la vida en general-me apunto. Puestos a criticar, todos tenemos cosas criticables...unos más que otros, la iglesia en general a veces se lleva la palma. Hay muchos misioneros que salvan la cara al hecho de ser sacerdote. Como voluntaria en proyectos de cooperación en la selva del Orinoco, con un misionero que me recuerda al que nombras. Ocupados en ayudar al warao a adaptarse a la nueva vida a la que le llevó la "nacionalización" de los territorios selváticos de los que fue expulsado por Chavez. Nuevas normas de sanidad, higiene, alfabetización, "censos"...!!! Otro sobre el que leí y al que seguí en su peregrinaje para la denuncia y la solicitud de ayuda es Chema Caballero (Sierra Leona), al que conocí mejor gracias al libro de un colega tuyo (Ramón Lobo, "Isla África"). Me gusta cuando hablas de unos y otros. Besos de otra canalla
La foto es de lo más impactante. El texto comprometido. Me gusta. ¿Y tú eres canalla? Me apuesto a que sí .~)Saludos
Que bonito, el final parece de la Corin Tellado y el apellido Meseguer me ha llevado a mi a uno de los viajes más importantes de mi vida, justamente a Murcia, Molina de Segura... algunas veces no hay más que ir ahí al lado para que te cambie la percepción del mundo. La foto, como la anterior... ARTE. Saludos.
Al que no le cambie la vida ver personas vivir en esas condiciones y, ver a otros que hacen por ellos...pues, qué quieres que te diga, ya sabemos el tipo de persona que es. ..Preciosa historia de tus comienzos, que te llegó a tiempo para hacerte un hombre de verdad, el hombre que conocimos desde que te leemos, pero que ahora abrió su corazón.Gracias Paco...un abrazo.
¿Qué hay? ¿¡Te pilló la lluvia u qué?
Arte y vida en el más puro y simple de su significado.
Paco, como peruana me siento encantada con tus dos últimos posts. Qué fotos más bonitas. Saludos.
Muy buenas historias, esta y la anterior (y las fotos también). Me he animado a escribir por primera vez. Enhorabuena por el blog, que he descubierto hace poco.Saludos,Nacho
Que pequeno ( agg..estos teclados extranjeros) se hace el mundo con internet!! Acabo de leer tus post sobre el Peru a los pies del Mont Blanc. Queriamos seguirte la pistadesde aqui cuando leo esto,que casualidades tiene la vida, me cachis!! Abrazos desde Chamonix de Ale y Javi.
Muy buena esta nota. Me gustó.
Joder Paco que historia más bonita. Que suerte que esa historia sea tu vida. Bueno, suerte y determinación por buscar lo que te gusta.
El destino siempre está esperándonos a la vuelta de la esquina. Un paquete te llevó al misionero y a contactar con los campesinos de las montañas. Y un paquete llevó a tu hermana al altar. Todo, casualidades, y momentos que se dan en la vida. La cuestión es saber atraparlos.La foto parece de hace 100 años, se palpa la miseria. Debió impresionarte mucho el tipo de vida que llevaban, como parece ser que te impresionó el misionero, y es que hay personas bondadosas que nos llegan al corazón y ese parece ser el caso de Quino Meseguer.Una historia preciosa esta de tu primer reportaje...BesosEstrella