El negocio de luchar contra los zombis
Virtual Zone prepara el terreno para crecer con fuerza en Europa, India y Estados Unidos
Quién no ha visto una película de zombis y ha pensado: “Yo sobreviviría porque no soy tan tonto como los de la pantalla”. Pues bien, ahora esa fantasía puede ponerse a prueba: la realidad virtual permite esta y otras experiencias inimaginables. Desde viajar al espacio y contemplar la Tierra como lo haría un astronauta hasta retroceder a 1912 para embarcarse en el Titanic y sentirse un poco como Leonardo DiCaprio y Kate Winslet en la proa del barco: “Estoy volando, Jack”. Eso sí, aquí nadie se congela en el Atlántico.
Por las salas de Virtual Zone, una firma española especializada en realidad virtual inmersiva, han pasado más de 150.000 personas desde 2019, cuando abrió sus puertas al público. Hoy cuenta con cinco salas propias (Alicante, Madrid, Valencia, Murcia y Sevilla), una en la India (Pune) y próximamente en Estados Unidos. Guillermo Sánchez, consejero delegado de la empresa, comenta que han seguido el modelo típico de una empresa emergente: crecer de forma ágil, con recursos propios y probando su propuesta de valor antes de lanzarse a rondas de financiación mayores.
La meta es la expansión y con ello llevar su facturación a un récord: al cierre de este año prevén ingresos de 3,5 millones de euros. “Ahora, como ya estamos cerca del break-even [punto de equilibrio entre ingresos y gastos] estamos valorando abrirnos a inversión externa”, argumenta Sánchez. Los planes de la compañía son acelerar su desarrollo con un vehículo de inversión de capital privado que los lleve a conseguir 2,5 millones de euros, y abrir salas en Europa, con el foco puesto en Francia, el Reino Unido y países nórdicos. En Alemania, en la ciudad de Stuttgart, se han lanzado con un modelo de franquicia. “Estamos analizando qué países encajan mejor con nuestro modelo en términos de economía: cuánto cuesta el personal, cuánto están dispuestos a pagar los clientes por este tipo de experiencias”, dice el consejero delegado de la firma.
La empresa proyecta abrir entre seis y siete nuevas salas en Europa. Cada una de ellas está diseñada para facturar aproximadamente un millón de euros, dice Sánchez, con un resultado de explotación cercano al 30% de los ingresos. En Estados Unidos, Virtual Zone quiere inaugurar cinco salas junto a un gigante del entretenimiento que Sánchez no ha querido revelar. “Es un unicornio que opera en varias verticales más allá de la realidad virtual. En el modelo cada parte pone una porción de la inversión, con el objetivo de abrir el mercado y después crecer rápidamente con franquicias”.
En la India, por su parte, el enfoque es parecido. “Tenemos un socio local con el que mantenemos muy buena relación. Aquí también se reparte la inversión entre ambas partes y seguramente sumemos financiación externa”, resalta. El país asiático es prometedor para impulsar las expectativas de la firma. “Nos interesa especialmente. Tanto, que en tres o cuatro años podríamos llegar a 40 o 50 centros allí”. Abrir un centro en la India cuesta aproximadamente un tercio de lo que cuesta en Europa.
Virtual Zone compite internacionalmente con los grandes monstruos de la realidad virtual: Sandbox VR (con sede en California) y la australiana Zero Latency. La firma española crea sus propias animaciones, armas para combatir zombis y los centros donde opera, donde emplea gafas HTC o Meta. “Lo nuevo son los grandes teatros, sitios de 600 o 1.000 metros donde pueden jugar decenas de personas al mismo tiempo”, destaca el consejero delegado. Este formato está empezando a ocupar espacios que antes eran de los cines, muchos de ellos en declive. “Eso está marcando un punto de inflexión en la industria”, agrega Sánchez, quien ve a la empresa escalando a lo alto de la cúspide del emprendimiento. “Creo que algún día llegaremos a ser un unicornio”.