Juan José Suárez (Azkoyen): “Estoy deseando que sea sábado para salir en bici”

El presidente no ejecutivo de la compañía navarra confiesa que en ocasiones se siente sobrepasado por el volumen de trabajo. “Me paso mis temporadas de estrés, sin llegar a tener angustia”

Juan José Suarez, presidente del grupo Azcoyen, en las oficinas de la compañía en Madrid.Jaime Villanueva

Licenciado en Ciencias económicas y empresariales, casado, con tres hijos, Juan José Suárez, presidente de Azkoyen (Pamplona, 55 años), disfruta de vivir en su ciudad, de tener su cuadrilla de amigos y de hacerse 50 kilómetros en bicicleta cada sábado. No se arrepiente de haberle echado muchas horas al trabajo, pero duda de si sus hijos, que siguen sus pasos, están haciendo lo correcto.

Dicen que los hijos son el reflejo de los padres. ¿Qué tal los suyos?

Tengo tres, los dos mayores hicieron ADE y derecho, una carrera doble que hay en la Universidad de Navarra, y el pequeñ...

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Licenciado en Ciencias económicas y empresariales, casado, con tres hijos, Juan José Suárez, presidente de Azkoyen (Pamplona, 55 años), disfruta de vivir en su ciudad, de tener su cuadrilla de amigos y de hacerse 50 kilómetros en bicicleta cada sábado. No se arrepiente de haberle echado muchas horas al trabajo, pero duda de si sus hijos, que siguen sus pasos, están haciendo lo correcto.

Dicen que los hijos son el reflejo de los padres. ¿Qué tal los suyos?

Tengo tres, los dos mayores hicieron ADE y derecho, una carrera doble que hay en la Universidad de Navarra, y el pequeño que va a hacer Ade, pero no porque yo se lo haya dicho [se queda pensando]. A ver… en casa es lo que puede tirar, de lo que puedes hablar. El mayor ya trabaja, en PwC.

Y usted empezó en EY, o sea, tal palo…

Sí, eso es verdad. Pero he tratado de decirles que no todo lo que ha hecho su padre es lo mejor que podían hacer. Y no me refiero solo a desarrollar una carrera profesional que tenga que ver con la empresa, sino en la forma de vida. Yo tengo una cuadrilla, somos cinco parejas, mis amigos de Tafalla. Uno de mis amigos, Alejandro, trabaja en una imprenta, le gusta la música de Barricada, le encanta comer, siempre está de buen humor… es el tipo más feliz del mundo. Pues ese ejemplo se lo pongo a mis hijos, que no tienen que salir a las once de la noche de trabajar, ni llegar a ser socios de una firma. Les digo que se pregunten si están dispuestos a hacer grandes sacrificios.

Pero usted los hizo.

Cuando miro en perspectiva lo que ha sido mi vida, no la cambiaría. Yo he elegido el camino, me he pasado 30 años de mi vida a full. En EY trabajábamos como locos, había plazos, había deadlines, pero me gustaba. Ahora a mis hijos les dijo: pensáoslo. El pequeño jugó en el Osasuna, llegó a División de Honor, y lo ha dejado para estudiar.

¿Tiene madera de sufridor?

Me gusta trabajar y me gusta lo que hago. Todos los días tienes problemas, riesgos, decisiones que tomar, pero me parece bonito. Aunque hay veces que llego a un punto que tengo más cosas que las que puedo manejar, y me paso mis temporadas de estrés, sin llegar a tener angustia.

¿Le gusta el deporte?

Juego mis partidos de pádel, y desde hace cuatro o cinco años me voy a andar en bici por Pamplona, es genial. Tengo una bici de monte normal, no una no-bici [en referencia a las eléctricas]. Me hago mis 50 kilómetros con unos amigos que trabajan en otros sectores, que si les hablo de ebitda me dirán que de dónde he salido. Así desconecto. Estoy toda la semana pensando en la etapa del sábado.

¿Le gusta viajar?

Me gusta irme en verano de vacaciones con la familia a Menorca o a Cádiz.

¿Concilia con su familia?

Creo que sí, aunque si me juzgase un tribunal sobre esto igual me decía otra cosa. Personalmente no siento no haber conciliado. Soy muy chiquero. Con mis tres hijos, siendo bien pequeños, me los llevaba por ahí, a hacer castillos gigantes, peleas de piratas, a jugar al fútbol… pero no estaba a las cinco de la tarde dándoles la cena o bañándolos. Cuando he podido lo he hecho, no tengo sentimiento de culpa.

¿Cómo se ve en el futuro?

Estamos llegando a edades… pero yo me sigo viendo unos cuantos años trabajando, porque tengo un fallo, o algo que tengo que mejorar. Las personas que hemos estado muy centradas en el trabajo, cuando llega el momento de desengancharte progresivamente, o lo organizas bien o se genera un vacío en tu vida que debe ser complicado de gestionar. Si mañana me dicen en el trabajo: “No hace falta que vuelvas”, lo pasaría mal, porque no sabría cómo llenar mi tiempo. No sé si tengo algún hobby… algo me tendría que inventar.

¿Tiene algún modelo vital?

Me marcó un director financiero que se llamaba Emilio Yoldi, fue la persona con la que yo vi que tenía más clarividencia de cómo funcionaba un negocio. Era capaz de transformar los negocios en números.

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