Profesor de Educación Física, concejal y ahora dueño de una centralita virtual
Con tecnología y capital 100% nacional, Javier Arranz fundó Eternity, una empresa que ofrece servicios de comunicación sin necesidad de una aplicación
Los emprendedores llaman valle de la muerte a una suerte de tierra de nadie en la que caminan solos, desde que fundan la empresa hasta que empiezan a consolidar las ventas. En esa etapa, que puede ser terrible, no solo han de tener confianza ciega en el producto: es algo más, explica Javier Arranz, el padre de la tecnológica Eternity, “yo utilizo técnicas que aprendí en el deporte. Subo a la montaña, he cambiado la alimentación…, me preparo como para unas olimpiadas”. La suya no es una carrera cualquiera: profesor de Educación Física con formación de posgrado en gestión deportiva, una lesión l...
Los emprendedores llaman valle de la muerte a una suerte de tierra de nadie en la que caminan solos, desde que fundan la empresa hasta que empiezan a consolidar las ventas. En esa etapa, que puede ser terrible, no solo han de tener confianza ciega en el producto: es algo más, explica Javier Arranz, el padre de la tecnológica Eternity, “yo utilizo técnicas que aprendí en el deporte. Subo a la montaña, he cambiado la alimentación…, me preparo como para unas olimpiadas”. La suya no es una carrera cualquiera: profesor de Educación Física con formación de posgrado en gestión deportiva, una lesión lo apartó del balonmano y lo llevó por el camino de las telecomunicaciones, el liderazgo y la política. Fue concejal del Ayuntamiento de Segovia; fundó una asociación cultural; creó y coordinó el festival SanFrutRock y hasta comentó partidos en la radio. Desde 2016 dirige una start-up que ofrece una centralita virtual RTC con tecnología y capital 100% nacional y cree haber superado esa etapa de soledad.
“En 2015 vi una oportunidad muy grande en el mundo de las telecos”, cuenta, “necesitábamos desarrollar un call center por videoconferencia”. Con 37 años y unos 100.000 euros reunidos de aportaciones familiares y préstamos se lanzó a desarrollar ese sistema de videollamada online, algo que ahora es habitual, pero que hace no tanto solo utilizaba una minoría. “Estaba Skype, pero era muy complicado. No había soluciones a lo que buscábamos, ni en Cisco, ni con Zoom”. Gracias al dinero público y apoyo privado (agradece inmensamente el soporte que recibió desde el capital semilla, la Junta de Castilla y León o el Gobierno central), empezó a ver que su producto podría ser rompedor. En la aceleradora Wolaria recibió soporte para poner en claro sus ideas y ahora cree que ha llegado su momento, después de levantar e invertir en I+D casi un millón de euros y de recibir varios reconocimientos.
“Conseguimos un [préstamo] CDETI y construimos una centralita que permite gestionar eventos en vez de llamadas”. Es como tener todas las aplicaciones tipo Teams, Slack o Webex en una sola. Y a partir de ahí, desarrollan productos que gestionan, desde las típicas colas que se montan en centros sanitarios o administrativos a otros más avanzados que incluyen inteligencia artificial. “Ahora podemos competir con los gigantes del sector”, confía Arranz. Enfocados en desarrollar comercialmente su red de ventas, quieren consolidar los equipos que tienen en Colombia, México y Argentina para dar el salto cuando lleguen las grandes inversiones en el metaverso. Porque su herramienta, dice Arranz, es capaz de mezclar lo físico y lo virtual, de modo que un humano podría no distinguir si está hablando con uno o con otro. “No quiero asustar a nadie, no queremos sustituir a los humanos”. Pero sí facilitar la comunicación de forma más sencilla. Con cinco empleados, su facturación (165.000 euros) es, dice, minúscula en comparación con lo que está por llegar. Por fin el valle de la muerte ha quedado atrás.
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