Cuando el negocio está en el aire o cómo hacer espectáculos con drones
Flock Drone Art revoluciona el mundo de las actuaciones y prevé triplicar su facturación este año
Fran Arnau abandonó el ajetreo de Barcelona con apenas 22 años para instalarse en la Costa Brava. Dos décadas más tarde, entre la fuerte Tramuntana y los vestigios creativos dalinianos, nació Flock Drone Art, una empresa que se dedica a realizar espectáculos visuales con drones. Con una larga trayectoria en el mundo del espectáculo y la producción musical, Arnau fundó Link Produccions en 2006, y puede presumir de haber gestionado festivales de altísimo nivel, como el Jardines de Cap Roig, el Festival Porta Ferrada o e...
Fran Arnau abandonó el ajetreo de Barcelona con apenas 22 años para instalarse en la Costa Brava. Dos décadas más tarde, entre la fuerte Tramuntana y los vestigios creativos dalinianos, nació Flock Drone Art, una empresa que se dedica a realizar espectáculos visuales con drones. Con una larga trayectoria en el mundo del espectáculo y la producción musical, Arnau fundó Link Produccions en 2006, y puede presumir de haber gestionado festivales de altísimo nivel, como el Jardines de Cap Roig, el Festival Porta Ferrada o el Portalblau. “Todo empezó cuando vi un vídeo de Shanghái donde hicieron volar más de 1.000 drones al mismo tiempo, que por entonces batió el récord Guinness. Inmediatamente pensé: esto lo tengo que traer aquí”, cuenta el empresario entre el zumbido que emiten los más de 100 drones que sobrevuelan la playa del Somorrostro. Impulsado por la Universidad Oberta de Catalunya (UOC), es la primera vez que se lleva a cabo un espectáculo de estas características en Barcelona. “Estamos acudiendo a algo histórico”.
El show lumínico, bautizado como Eco Drone Light Show, proyecta imágenes relacionadas con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente que se coordinan a la perfección con la banda sonora y una voz en off que transportan al espectador a otro mundo. Con una precisión milimétrica, los drones se alinean de tal forma que dibujan ballenas, búhos, flores e incluso un planeta Tierra con los continentes perfectamente delineados.
Aficionado a la fotografía aérea desde muy joven, Arnau empezó a pilotar drones en 2012 por “puro ocio”. Al poco tiempo, lo incluyó como servicio en su propia empresa. “El último récord fue hace justo un año, cuando se consiguió hacer volar más de 3.280 aeronaves. Ojalá podamos superarlo en breve”. La legislación aérea española actual —cuya supervisión recae en la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA)— no permite que se superen los 200 drones en un mismo vuelo. Se espera que la Unión Europea unifique todos los espacios aéreos de los países miembros y elimine así la limitación vigente hasta ahora. “Con este nuevo estatuto será mucho más fácil ir a otro país europeo y realizar un espectáculo. Se van a solucionar muchos impedimentos burocráticos, que ha sido lo más difícil de sortear para poner el proyecto en marcha”.
Flock Drone Art se fundó oficialmente en 2019 en el Masvinyoles Hub, muy cerca de Vic, como resultado de un proyecto final tras un curso de fotografía con drones. “Me apunté para mejorar mis conocimientos sobre el pilotaje y sus aplicaciones en espectáculos. El proyecto ganador se llevaba una dotación económica, y nos cayó a nosotros”. Mas Vinyoles Venture Factory, incubadora especializada en tecnologías limpias, se sumó al proyecto aportando fondos junto a Agrotech Geomap, tecnológica especializada en cartografía, y otros socios minoritarios. De la mano de Link Produccions, que actualmente tiene la parte mayoritaria, desembolsaron un total de 300.000 euros en dos rondas de inversión, una en 2019 y otra en 2020.
Junto a Umiles Group, que apareció casi al mismo tiempo, Flock Drone Art es una de las dos empresas españolas que se dedican al espectáculo de sistemas aéreos no tripulados. Aunque no pudieron realizar su primer espectáculo hasta finales de 2020, su crecimiento desde entonces ha sido exponencial, hasta el punto de que este año prevén triplicar su facturación. Cerraron 2021 con un volumen de 146.000 euros, y las perspectivas este año están en superar los 600.000 euros. “El curso pasado apenas llegamos a los 30 espectáculos, y para este año tenemos previstos, de momento, entre 60 y 70. Y las peticiones no cesan”. Para cubrir la demanda, esperan pasar de los 12 empleados actuales a más de 20 antes de que acabe el año. Unos resultados agridulces debido a la muerte prematura de Joan Pleixats, cofundador del proyecto, el pasado mes de mayo. “Estamos en un momento extraño. Su muerte ha sido un golpe muy duro”, confiesa Arnau.
Este año prevén dar el salto al extranjero. Varias ciudades de Italia, Francia y hasta República Checa ya se han interesado por sus servicios, y en Latinoamérica ya acumulan varias peticiones en Argentina y Chile. “Si todo acaba confirmándose, este 2022 será un éxito sin precedentes. Para nosotros y para el sector en general”.