La matriculación de coches de alta gama duplica su recaudación desde la pandemia

España inscribió el año pasado 22.000 vehículos de más de 60.000 euros, el mayor volumen de la serie histórica. Hacienda ingresó 128 millones, tanto como con 240.000 automóviles de gama media

Un BMW Serie 4 en Bilbao.MarioGuti (Getty Images)

El mercado del automóvil en España logró durante el pasado año el objetivo que perseguía la industria desde hace un lustro: volver a superar el millón de ventas de coches tras el revés que supusieron la pandemia y las sucesivas crisis económicas. Ese éxtasis de 2024 tuvo efectos directos sobre el segmento de la alta gama, ya que durante el ejercicio los españoles matricularon casi 22.000 coches con un precio superior a...

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El mercado del automóvil en España logró durante el pasado año el objetivo que perseguía la industria desde hace un lustro: volver a superar el millón de ventas de coches tras el revés que supusieron la pandemia y las sucesivas crisis económicas. Ese éxtasis de 2024 tuvo efectos directos sobre el segmento de la alta gama, ya que durante el ejercicio los españoles matricularon casi 22.000 coches con un precio superior a los 60.000 euros, el doble que los anotados justo antes de la crisis sanitaria y un nuevo máximo histórico en la serie que actualiza cada ejercicio la Agencia Tributaria. Con estos niveles, los vehículos de lujo suponen ya el 2,1% de todos los nuevos automóviles registrados en el país, cuando en 2019 apenas llegaban al 0,7% de cuota (con un total de 9.133 matriculaciones).

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Todos los datos se extraen de la estadística que publica cada año el organismo dependiente del Ministerio de Hacienda, en la que se desglosa la información relativa al impuesto de matriculación. Este tributo de naturaleza estatal grava, en esencia, los niveles de emisiones de un coche cuando este sale a la calle por primera vez, por lo que muestra una radiografía certera del mercado en cada momento. La agencia, entre otros detalles, separa a los vehículos matriculados por tramos de precio, estableciendo como frontera máxima los que superan los 60.000 euros. Eso permite ver que un total de 21.995 automóviles de alta gama pagaron, en conjunto, 128,2 millones de euros a Hacienda por este gravamen, suponiendo el 16,5% de toda la recaudación y doblando las cantidades prepandemia (64,8 millones). Con esa participación en los ingresos, el pequeño grupo de vehículos selectos tiene prácticamente el mismo peso en las arcas públicas que 240.000 coches más asequibles, con precios de entre 15.000 y 20.000 euros, y que otros 208.000 automóviles que oscilan entre los 20.000 y 25.000 euros, por ejemplo. Todos estos suelen ser de combustión, ya que hay pocos modelos eléctricos e híbridos enchufables por debajo de estos umbrales.

La recaudación pública que se obtiene de los coches de alta gama, sin embargo, podría ser muchísimo más elevada. Ello se debe a que la cuota a pagar del impuesto depende única y exclusivamente de cuánto contamina el vehículo, por lo que los coches eléctricos e híbridos enchufables están exentos de abonarlo. Como muchos de ellos superan estos 60.000 euros que la Agencia Tributaria establece como límite máximo en el precio, la estadística y los datos se ven fuertemente condicionados.

En concreto, los vehículos que emiten una media de hasta 120 gramos de dióxido de carbono (CO₂) por kilómetro no pagan el impuesto de matriculación. Esto hace que, por ejemplo, un Porsche Cayenne Turbo E-Hybrid Coupé, que se vende en la web del fabricante a partir de unos 194.600 euros, no pague el gravamen porque sus emisiones medias rondan entre los 40 y 46 gramos de CO₂ por kilómetro. Lo mismo sucedería con el BMW i5 M60 xDrive, una berlina eléctrica que se vende a partir de los 114.450 euros y que está exenta de tributar por no contaminar. Cabe resaltar que, si bien la barrera de los 60.000 euros la superan marcas conocidas habitualmente como prémium, también hay vehículos de firmas de carácter generalista que tienen algunas versiones por encima de ese precio. Es el caso, por poner dos ejemplos, del Hyundai Ioniq 5N, un enchufable que parte de los 66.590 euros, y del Toyota Mirai, que parte de los 74.200 euros.

A partir de los 121 gramos de CO₂ y hasta los 159 gramos, los vehículos nuevos pagan un impuesto de matriculación del 4,75% sobre el precio del automóvil. El siguiente escalón va entre los 160 y los 199 gramos, en el que se abona un gravamen del 9,75% y, por último, está el de los coches que emiten más de 200 gramos, que pagan un 14,75% de la base imponible.

El peso ascendiente que van teniendo poco a poco los coches eléctricos e híbridos enchufables en el mercado, junto con la exención tributaria de la que disfrutan, hace que la cuota media de los nuevos vehículos que se matriculan haya ido bajando poco a poco. Así, si los coches de más de 60.000 euros pagaban 11.000 euros de factura fiscal media en 2008, en 2024 esa cuota media automóvil se vio condicionada por los coches exentos del impuesto y rondó apenas los 5.800 euros, con una media de 119 gramos de CO₂ por kilómetro, el límite para no pagar el impuesto. Esta caída de la cuota ha sido inversamente proporcional al aumento del valor medio del vehículo: si en 2008 cada coche de gama alta tenía un precio medio de 78.970 euros (90.213 con impuesto), en 2024 el desembolso medio fue de 87.175 euros (93.007 si se le suma el gravamen).

En cifras generales, sumando el millón de vehículos matriculados, Hacienda ingresó 777,7 millones de euros por este impuesto, un aumento del 7,4% respecto al año previo. Es también el volumen más elevado de la serie desde el año 2008, cuando la agencia recaudó algo más de 1.000 millones de euros. Como viene siendo habitual, la mayor parte de los registros en 2024 se produjeron en la Comunidad de Madrid, con un 39% de cuota, seguida de Cataluña (13%) y de Andalucía y la Comunidad Valenciana, ambas con un 10,8%.

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