Hacienda estudia no adaptar el IRPF a la subida del SMI y obligará a tributar a sus beneficiarios
Los expertos de Trabajo recomiendan subir el salario mínimo en 546 o 700 euros anuales. Si no se actualiza el impuesto sobre la renta, los trabajadores pagarán 233 o 300 euros, el 42% del alza
Si sigue al pie de la letra las recomendaciones del grupo de expertos reunido por el Ministerio de Trabajo, el Gobierno tendrá que subir el salario mínimo interprofesional (SMI) español 39 o 50 euros mensuales en 14 pagas. Eso dará pie a dos posibles escenarios ya en 2025. En el primero, el SMI subiría hasta 1.173 euros brutos al mes, mientras que en el segundo llegaría hasta los 1.184 euros. Aunque la coalición del PSOE ...
Si sigue al pie de la letra las recomendaciones del grupo de expertos reunido por el Ministerio de Trabajo, el Gobierno tendrá que subir el salario mínimo interprofesional (SMI) español 39 o 50 euros mensuales en 14 pagas. Eso dará pie a dos posibles escenarios ya en 2025. En el primero, el SMI subiría hasta 1.173 euros brutos al mes, mientras que en el segundo llegaría hasta los 1.184 euros. Aunque la coalición del PSOE y Sumar todavía tiene que decidir cuál de las dos opciones tomar, lo que parece estar claro es que esta vez no habrá una adaptación del impuesto sobre la renta de las personas físicas (el IRPF) al nuevo suelo salarial, lo que obligará a los contribuyentes que lo cobren a tributar por él por primera vez.
En los últimos años, siempre que el SMI subía, el Ministerio de Hacienda hacía lo propio y llevaba a cabo una revisión posterior del IRPF para aumentar hasta la nueva referencia retributiva el mínimo exento a partir del cual hay que pagar. Es lo que sucedió, sin ir más lejos, el pasado ejercicio, cuando el límite para tributar por el IRPF se subió hasta los 15.876 euros —el actual salario mínimo—. Lo mismo sucedió en 2023, en aquel entonces hasta los 15.120 euros. Sin embargo, según avanzan fuentes del departamento que dirige la vicepresidenta María Jesús Montero, en esta ocasión se baraja no realizar dicha corrección, por lo que el mínimo exento, que en la práctica funciona como la frontera a partir de la cual se rinden cuentas con la Agencia Tributaria, se mantendrá al nivel actual. Esto, según cálculos llevados a cabo por el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), provocaría una suerte de desfase técnico que obligaría a los beneficiarios del SMI a pagar en el IRPF alrededor del 42% de la subida prevista, sea cual sea.
En Hacienda confirman que pese a que la decisión definitiva no está todavía tomada, sí está sobre la mesa la posibilidad de que no haya una actualización del IRPF similar a la de otros años. El SMI ha ido aumentando su cuantía paulatinamente en los últimos ejercicios —en concreto, lo ha hecho un 54% desde 2018—, por lo que, llegado el caso, esta vez empezaría a tributar, de la misma forma que paga cotizaciones.
La opción de Hacienda abre la puerta a un nuevo frente de batalla entre el Gobierno y la oposición. El año pasado, cuando el Ejecutivo anunció la subida del SMI a estas alturas del ejercicio, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, exigió rápidamente al presidente, Pedro Sánchez, la actualización del IRPF y dijo que “lo lógico” sería que el Estado no incrementara su recaudación tributaria y que los trabajadores percibieran en sus bolsillos la subida íntegra del salario. Tan solo dos días después, Hacienda llevó a audiencia e información pública el borrador del real decreto que preveía la corrección. Además, desde el ministerio recordaron hace un año que, siempre que subía el SMI, el Gobierno acompasaba la medida con modificaciones en el IRPF para evitar un impacto excesivo en las retenciones. “Y esta vez no será una excepción”, añadieron.
En aquel entonces, el Ejecutivo también incrementó la cuantía de la reducción por obtención de rendimientos del trabajo para evitar errores de salto. Las dos medidas beneficiaron en conjunto a cerca de 5,2 millones de contribuyentes, con un coste fiscal para Hacienda de 1.385 millones de euros
En este momento, las recomendaciones de los expertos de Trabajo han puesto sobre la mesa dos escenarios de posibilidades: uno de un salario mínimo de 16.422 euros anuales (lo que supondría 546 euros de más al año) y otro de 16.576 euros (700 euros adicionales). En los dos casos, según los números del REAF, los beneficiarios tributarán en forma de retenciones el 42% de la subida, una cantidad relativamente elevada que se explica por el complejo diseño del impuesto y por el peso de los tipos marginales, que disparan la cuota. Esta anomalía en el diseño del impuesto hace que pequeños aumentos de la renta de los contribuyentes puedan resultar en una tributación adicional significativa al dispararse el tipo impositivo. El impuesto cuenta con un mínimo personal fijo y otro variable para contribuyentes con rendimientos netos del trabajo inferiores a 19.747,5 euros. Sin embargo, la mecánica hace que cuando se supere el mínimo, los tipos marginales se disparen hasta el 43%.
En la primera opción de subida del SMI se pagarán 233,2 euros a Hacienda y en la segunda, 300 euros. “Es una cantidad única para todos los trabajadores independientemente de la comunidad autónoma en la que residan, ya que en estos niveles salariales se tributa a través de las retenciones que practica la empresa o empleador”, señala Raquel Jurado, técnica del servicio de estudios del organismo.
A partir de aquí, esta cifra podría modularse levemente a la baja en solo dos autonomías: Madrid y Comunidad Valenciana. En el resto, en caso de optar por presentar la declaración, la factura del contribuyente sería algo mayor de lo previsto inicialmente. Todo se explica, prosigue Jurado, por los cambios que cada región aplica en el tramo autonómico del impuesto y porque los contribuyentes con estos sueldos —siempre en el caso de que se haya tenido solo un pagador— no están obligados a presentar el IRPF. Es decir, pueden decidir hacerlo o no. Les convendría, añade Jurado, a los madrileños, que recuperarían 17,3 euros de la retención inicial si la subida anual del SMI es de 546 euros, y a los valencianos, que tendrían una devolución de 25,8 euros. Si el salario mínimo creciese en 700 euros, los primeros recuperarían 12,9 euros del pago y los segundos, 19,3 euros. En el resto de territorios no convendría presentar el IRPF porque se pagarían hasta 45 euros de más, en el primer escenario, y 57 euros extra, en el segundo, tras la primera factura.