Konecta da marcha atrás y no descontará la nómina a los empleados que se ausentaron por la dana

Un día antes del aviso rojo de Aemet en Málaga, el sindicato CGT solicitó medidas preventivas por adelantado y la compañía asegura que las tomó, aunque no explica cuáles

Alcantarillas abiertas en una calle de la barriada de Campanillas, en Málaga, durante la dana.Daniel Pérez (EFE)

El miércoles pasado Málaga amaneció prácticamente vacía. El aviso rojo activado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) impulsó a la Junta de Andalucía a cancelar las clases en colegios e instituto. La universidad suspendió su actividad y tampoco hubo juicios en la Ciudad de la Justicia. Multitud de empresas optaron por el teletrabajo para evitar desplazamientos, pero los empleados de Konecta, ubicada en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), a 14 kilómetros del centro de la ciudad, tuvieron que ir a la oficina. Muchos no lo hicieron por miedo a las lluvias. Y a ellos la empresa les comunicó, días después y según ha denunciado el sindicato CGT, que les descontaría ese día de la nómina. “Nos querían castigar”, explica Ángel Narváez, presidente del comité de empresa. “Hoy, después de la denuncia pública, se han echado atrás y parece que no lo harán, aunque no lo creeremos hasta que lo veamos por escrito”, avisa. “No se han realizado ni se realizarán deducciones en la nómina por la jornada correspondiente al aviso de alerta roja”, han asegurado desde la compañía en un escueto comunicado.

Konecta es una multinacional de origen español que ejerce de centro de atención telefónica para terceros. Tiene unos 450 empleados en Málaga, donde abrió sus instalaciones en septiembre del año 2021. Desde allí atiende las llamadas de firmas como Iberia, Vueling, Mapfre o la Empresa Municipal de Aguas de Málaga (Emasa). A las 8.00 horas del pasado martes, cuando el aviso de Aemet era naranja, el comité de empresa remitió un correo electrónico a la dirección para solicitar medidas preventivas ante las posibles inundaciones que podrían ocurrir el miércoles ante las intensas lluvias, ante las ya sufridas muy cerca, en el Valle del Guadalhorce, días antes y ante la reciente catástrofe de Valencia. “Solicitamos se nos informe a la mayor brevedad sobre las medidas preventivas que la empresa tiene previsto adoptar para minimizar los riesgos de desplazamiento durante el periodo de la alerta”, decía el correo, al que ha tenido acceso EL PAÍS. Y también pedían considerar “opciones alternativas” como “el teletrabajo o la flexibilidad horaria”. “Ni no respondieron”, cuenta Narváez. El sindicato volvió a escribir cuando más tarde el aviso pasó a rojo —durante 24 horas seguidas, que luego fueron 32—. “Exigimos, dadas las circunstancias, que la empresa emita una comunicación oficial informando a todos los trabajadores de que no deben acudir mañana al centro de trabajo”, se lee en el correo enviado desde CGT a las 22.20 horas. Tampoco llegó respuesta.

La mañana del miércoles arrancó con una imagen similar a la del confinamiento en la capital malagueña. Calles vacías, negocios cerrados y escaso tráfico en las carreteras. La mayoría de las empresas del Parque Tecnológico de Andalucía estaban cerradas —como aseguran empleados de otras compañías— pero Konecta, no. Allí acudieron “unos cuantos empleados”, según Narváez, que empezaron a temer por la situación cuando vieron desde sus ventanas que el acceso al recinto se anegaba y el techo temblaba. “Hubo gente que abandonó su puesto y se fue, por miedo. Otros, pasadas las 13.15 horas, fueron desalojados por la empresa bajo recomendación de Protección Civil”, añade Araceli Muñoz, delegada de Prevención de Riesgos Laborales de CGT. “Pero los trabajadores ya no tenían transporte público al que agarrarse”, relata. A esa hora los autobuses urbanos habían suspendido su actividad, como también había pasado con la línea de Cercanías, el AVE y otros muchos servicios interurbanos. Aquel día, 4.200 personas fueron evacuadas ante el riesgo de riadas, unas 3.000 en la ribera del Guadalhorce, cerca del PTA.

“Es preferible pagar”

En las siguientes jornadas, el sindicato asegura que los mandos intermedios avisaron a los empleados que sus ausencias iban a significar el descuento de la jornada en la nómina. Y este domingo CGT envió un comunicado a los medios de comunicación. Este lunes, los responsables sindicales han sido citados por Jaime Castel, director de Recursos Humanos de Konecta, a las diez de la mañana. “Ha achacado todo a un error de comunicación y ahora dice que no se va a descontar nada”, subraya Muñoz, quien pide que esa decisión se refleje por escrito. El abogado laboralista Vicente Oya, recomienda a la empresa que pague, para evitar problemas y daños por imagen. “La Ley de prevención indica que alguien se puede ausentar cuando es un peligro ‘grave e inminente’ pero ni está pensado para una dana ni se aclara que ese día se deba remunerar. Sin embargo, el nuevo decreto 7/7024 publicado el pasado 11 de noviembre, sí incluye el “derecho a remuneración” en numerosos casos. “Con la ley en la mano hay posibilidades de que no haya que pagarlo, pero no hay verdades absolutas y es preferible pagar y listo”, añade Oya.

Konecta, por su parte, ha enviado un comunicado en el que aseguran que “no se han realizado ni se realizarán deducciones en la nómina por la jornada correspondiente al aviso de alerta roja”. “Desde el primer momento, hemos tomado las medidas necesarias para garantizar la seguridad de todos nuestros empleados en las zonas afectadas”, subraya el texto, aunque no explica cuáles son esas medidas. También indica que se habilitó el teletrabajo como “solución inmediata” en “aquellas campañas que lo permitían”. Y que quienes no podían ir a su puesto de trabajo o desarrollar su labor a distancia “se habilitó el teletrabajo como solución inmediata”. “Sabemos que ha sido la presión sindical y mediática las que les ha hecho cambiar de opinión: la lucha sirve”, subrayan los sindicalistas, que mantienen una concentración para el día 20 a las puertas de la compañía “para denunciar la falta de medidas preventivas, ya que en ningún momento se adoptó el teletrabajo y se puso en grave riesgo la seguridad de la plantilla”.

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