Las aseguradoras aplican al seguro de coche la mayor subida de precios de la historia
Los seguros de los vehículos de motor suben un 10% respecto a 2023, según registra el INE. Las pérdidas de las empresas en este ramo por inflación, siniestralidad y fallos de estrategia obliga a encarecer el producto
Las aseguradoras han aplicado la mayor subida de precios de la historia a los seguros obligatorios de automóvil. Así lo registra el Instituto Nacional de Estadística (INE). La variación anual de los seguros de vehículos de motor ha sido del 10% de media desde el pasado mes de junio, lo que supone un aumento récord. De esta manera, se ha encarecido de media casi un 17% en los dos últimos años. Para ver una subida de esta índole hay que remontarse a febrero de 2002, cuando los seguros de auto escalaron un 7,3...
Las aseguradoras han aplicado la mayor subida de precios de la historia a los seguros obligatorios de automóvil. Así lo registra el Instituto Nacional de Estadística (INE). La variación anual de los seguros de vehículos de motor ha sido del 10% de media desde el pasado mes de junio, lo que supone un aumento récord. De esta manera, se ha encarecido de media casi un 17% en los dos últimos años. Para ver una subida de esta índole hay que remontarse a febrero de 2002, cuando los seguros de auto escalaron un 7,3% interanual. Desde hace más de 20 años, las subidas anuales rondan el 3% o se sitúan por debajo de esa cifra.
Las aseguradoras están ejecutando una subida de precios que ya venían advirtiendo desde que la crisis inflacionaria se desató en Europa. El director general corporativo financiero de Mapfre, Fernando Mata, señalaba a finales del pasado mes de julio que habría una nueva actualización de tarifas en este 2024 para poder cubrir los costes en los que estaban incurriendo. En la misma línea se había mostrado a finales de junio Elena Sanz, primera ejecutiva de Mapfre Iberia, que apuntó que debían aplicar subidas para lograr que el ramo de autos volviera a ser rentable.
La empresa líder no es la única que ha reconocido pérdidas. Hay otras con problemas similares. El director financiero de Línea Directa, Carlos Rodríguez Ugarte, advirtió en abril que su compañía tenía intención de continuar aumentando este año los precios de las pólizas de autos. Aunque ya ha vuelto a beneficios, la firma que Bankinter sacó a Bolsa registró en 2023 unas pérdidas de 4,4 millones de euros, que achacó en gran medida al “desequilibrio” en su principal negocio de seguros de automoción.
La crisis ha sido mejor capeada por Mutua Madrileña, aunque tampoco descarta las alzas de precios. Ignacio Garralda señaló en abril que “el sector de Autos está perdiendo dinero. Muchísimas empresas están perdiendo dinero y, como consecuencia de ello, tienen que subir los precios para obtener rentabilidad”. “La inflación ha afectado en gran manera a todo el sector, con una subida clara de los costes de los talleres, los daños materiales y los daños personales”, aseguró entonces Garralda, que achacó su menor impacto por su exposición a Madrid, donde señalaba que hay una menor frecuencia de tráfico.
Fallos de estrategia
En los últimos años, la combinación entre ingresos y gastos para las aseguradoras en el ramo de automóvil ha sido negativa. Las propias empresas han achacado esta situación al incremento de los costes que han tenido que asumir, tanto materiales como personales, por el aumento de la siniestralidad y la subida de precios. Para tratar de recuperarse, han tenido que aumentar las cuotas a sus clientes, pero esta es siempre una decisión complicada, ya que se trata de un sector altamente competitivo y un incremento del seguro puede provocar la pérdida de clientes, con la consiguiente pérdida de facturación. Acertar en esa combinación es parte del éxito.
Más allá de factores exógenos como la inflación, fuentes del sector asegurador conocedores de la situación explican que se han producido fallos de estrategia en algunas compañías que han llevado al escenario actual. Tras desatarse la guerra de Ucrania y dispararse el precio de los combustibles, algunas empresas aseguradoras pensaron que, con base en los algoritmos que muestra el comportamiento histórico de sus clientes, bajaría la circulación de coches y, por tanto, los accidentes.
Todo ello les llevó a estimar que no sería necesario elevar las cuotas a sus asegurados, ya que no tendrían tantos gastos y sin subir precios siempre es más sencillo retener clientes. Pero la realidad fue distinta y pese a que la gasolina y el diésel llegaron a rozar los dos euros por litro, los desplazamientos no bajaron como esperaban. Cabe destacar que tras la pandemia, el consumo y el gasto vinculado a viajes ha crecido con fuerza dentro de un contexto de rápida recuperación económica, lo que también hace que aumente la circulación en las carreteras.
Todo ello provocó, como sí reconocen las aseguradoras, que aumentara la siniestralidad por encima de lo esperado y en un momento donde las cuotas de los talleres o clínicas habían aumentado con fuerza debido a la inflación, los costes de las aseguradoras se dispararon, lo que provocó que el negocio entrara en pérdidas dado que los ingresos de sus asegurados no crecieron en la misma línea.
Para corregir esa situación y equilibrar sus cuentas, las empresas no han tenido más remedio que elevar los precios de forma generalizada, como ahora está recogiendo el INE en el desagregado de la cesta de productos del Índice de Precios al Consumo (IPC).