La inflación en la eurozona regresa en junio a la senda bajista al moderarse hasta el 2,5%
Los precios en la mayor parte de países de la zona euro perdieron fuerza el mes pasado
El aumento de la inflación en Europa durante mayo fue un caso aislado. El junio los precios han vuelto a perder fuerza al aumentar un 2,5% en la eurozona, una décima menos que el mes anterior, según los datos divulgados por Eurostat. La reducción del índice en la mayor parte de países de la zona euro llevaba a prever que el mes pasado el IPC del área monetaria había perdido fuello y regresado a la senda bajista que mantiene desde que hace ya año y medio.
Que mayo se pueda considerar una subida puntual o un alto coyuntural en una tendencia a la baja continuada tiene significado porque el Banco Central Europeo, que bajó los tipos de interés por primera vez en casi dos años, lleva tiempo advirtiendo que antes de aflojar más la política monetaria vigilará muy de cerca los datos de precios. “Nos llevará tiempo reunir datos suficientes para estar seguros de que los riesgos de una inflación superior a la meta han pasado”, ha subrayado la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en la reunión de banqueros centrales que se celebra esta semana en Sintra, Portugal.
Aunque la rebaja de junio no es grande, por lo que ese significado que tiene el retorno a la senda bajista es que no hay cambios sustanciales sobre el escenario previsto. Esto es: una próxima reunión del BCE este julio, antes del parón de vacaciones, en el que no se tocarán los tipos de interés, ahora en el 4,25%, hasta tener más datos antes de tomar la decisión de seguir reduciendo tipos, probablemente en septiembre.
La reducción del IPC hasta el nivel del 2% que persigue el BCE está siendo lenta. La caída en los primeros meses desde máximos fue pronunciada. Pero después, como venían avisando desde el propio banco central y otras instituciones, la reducción ha perdido fuerza y está costando más volver a ese nivel óptimo que considera Fráncfort que debe tener la inflación.
También es positiva la evolución de la inflación subyacente, en la que se descuentan los productos más volátiles de la cesta con la que se elabora el IPC general, es decir, la energía, los alimentos no procesados o el tabaco y las bebidas alcohólicas. Sin estos epígrafes, el aumento de precios anual es del 2,8%, el mismo dato que en mayo. No obstante, cuando se toma la perspectiva de más meses se ve que la rebaja está siendo más rápida en lo que va de año que en el referente general. En enero, el aumento fue del 3,8%. En el primer semestre, pues, la rebaja ha sido de un punto frente a las tres décimas que ha caído el IPC en conjunto.
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