Ferrovial reconoce al supervisor holandés que su salida de España puede afectar a su negocio y a su imagen
La compañía registra en Países Bajos el folleto de admisión de sus acciones y advierte a los inversores de un posible impacto fiscal negativo en su cuenta de resultados
Cuenta atrás para que Ferrovial deje de ser una compañía española. Como paso previo a la cotización de acciones en la Bolsa de Ámsterdam, la compañía ha registrado su folleto de admisión en el supervisor del mercado bursátil holandés. En la síntesis de este documento, a la que se puede tener acceso desde la web de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la compañía explica que su cambio de sede puede tener un coste tanto en su cuenta de resultados como en el precio de sus acciones.
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Cuenta atrás para que Ferrovial deje de ser una compañía española. Como paso previo a la cotización de acciones en la Bolsa de Ámsterdam, la compañía ha registrado su folleto de admisión en el supervisor del mercado bursátil holandés. En la síntesis de este documento, a la que se puede tener acceso desde la web de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la compañía explica que su cambio de sede puede tener un coste tanto en su cuenta de resultados como en el precio de sus acciones.
El documento contiene un apartado en el que la compañía controlada por la familia Del Pino advierte a los inversores de posibles riesgos de negocio y regulatorios. Uno de estos factores potencialmente desestabilizadores tiene que ver con su salida de España. “La fusión y re domiciliación de la sociedad matriz del grupo a los Países Bajos podrían tener un impacto negativo en su imagen corporativa en España, lo que, a su vez, podría tener un efecto material adverso en la posición competitiva del grupo y, a su vez, en el precio de cotización de sus acciones, su negocio, situación financiera, resultados de operaciones y perspectivas”, advierte el grupo constructor y de servicios.
Choque con el Gobierno
El consejo de administración de Ferrovial tomó la decisión de cambiar su sede, que luego fue ratificada por abrumadora mayoría en su junta general, basándose en dos argumentos. El primero es que cotizar en Países Bajos ayudará a su internacionalización. La segunda motivación es que tener pasaporte holandés facilitará en el futuro dar el salto al mercado estadounidense, donde están los grandes fondos de inversión que darían mayor valoración a la compañía. En un principio, la empresa también insinuó que el movimiento obedecía a la búsqueda de mayor seguridad jurídica, aunque luego sus portavoces negaron esta motivación. En cualquier caso, el traslado a Países Bajos provocó un choque entre el Gobierno y el grupo empresarial. Pedro Sánchez dijo que en España había muchos empresarios comprometidos con su país, pero que ese no era el caso del presidente de Ferrovial, Rafael del Pino.
Las tensas relaciones entre el Gobierno y Ferrovial también tienen su reflejo en el folleto de admisión de las acciones de la compañía en Países Bajos. “Las autoridades fiscales españolas podrían considerar que la fusión [con su filial internacional] queda fuera de la protección del régimen especial de neutralidad fiscal, lo que podría tener un efecto material adverso en el negocio, la situación financiera y los resultados de operaciones del grupo”, reconoce la empresa.
Ferrovial registró hace unos días en la CNMV el documento que establece cómo será el canje de acciones de Ferrovial por títulos de nueva emisión de Ferrovial Internacional, la nueva matriz que tendrá sede en Países Bajos y que, tras hacerse efectiva la fusión, pasará a denominarse Ferrovial SE. La fusión de Ferrovial con su filial de Países Bajos (FISE) se hará efectiva el viernes a las 00.00, momento en el cual la nueva matriz dejará de ser española con domicilio social en Países Bajos. La compañía resultante, además de en la Bolsa de Madrid, cotizará también en el mercado de Ámsterdam.
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