Aramco gana 29.000 millones hasta marzo, un 19% menos por la caída en el precio del crudo
La petrolera estatal saudí supera previsiones y pagará casi 18.000 millones de euros en dividendos
La mayor petrolera del mundo, Saudi Aramco, cerró el primer trimestre del año con un beneficio neto de 31.878 millones de dólares (28.907 millones de euros), un 19% menos que en el mismo periodo de 2022. En gran medida, este descenso se debe a la caída en el precio del crudo, una variable esencial en la evolución de su cuenta de resultados, que venía de marcar varios récords el año pasado. No obstante, el resultado es mejor de lo que esperaban la mayoría de analistas: la media de los consultados por la firma de información finan...
La mayor petrolera del mundo, Saudi Aramco, cerró el primer trimestre del año con un beneficio neto de 31.878 millones de dólares (28.907 millones de euros), un 19% menos que en el mismo periodo de 2022. En gran medida, este descenso se debe a la caída en el precio del crudo, una variable esencial en la evolución de su cuenta de resultados, que venía de marcar varios récords el año pasado. No obstante, el resultado es mejor de lo que esperaban la mayoría de analistas: la media de los consultados por la firma de información financiera Refinitiv apuntaba a una ganancia neta de 28.000 millones de euros. Aramco pagará un dividendo en efectivo de 17.800 millones de euros con cargo a este trimestre.
Pese al paulatino aterrizaje en la cotización del barril de brent, que en poco más de un año ha pasado de casi 130 a 75 dólares, la petrolera —en la que el Gobierno saudí tiene una participación superior al 90%— se ve bien posicionada para afrontar futuras fluctuaciones. Por un doble motivo: porque tiene uno de los menores costes de extracción de crudo del subsuelo; y por la integración de sus operaciones de refino y comercialización, que le permiten cosechar unas ganancias mayores que otras compañías del sector. El tajo, además, ha sido menor de lo que cabría esperar por la bajada de algunos impuestos en Arabia Saudí, donde desarrollan la mayor parte de su negocio.
“Los resultados reflejan la alta fiabilidad de Aramco, nuestro enfoque en los costes y nuestra capacidad para reaccionar a las condiciones del mercado a medida que generamos fuertes flujos de efectivo y fortalecemos aún más el balance”, afirma el presidente y consejero delegado de la compañía, Amin H. Nasser, en la nota en la que ha hecho público su beneficio este martes. “Estamos avanzando con nuestra expansión de capacidad, y nuestra perspectiva a largo plazo permanece sin cambios, ya que creemos que el petróleo y el gas seguirán siendo componentes críticos de la combinación energética mundial en el futuro previsible”. En todo 2022, Aramco ganó 161.200 millones de dólares (casi 147.000 millones de euros al cambio actual).
Arabia Saudí es uno de los países más interesados en revertir la reciente trayectoria bajista en el precio del petróleo. De momento con escaso éxito: los recortes de producción decretados por la versión ampliada de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP, un ente dominado de facto por Riad y Moscú) no han logrado darle la vuelta al mercado petrolero. Casi la tercera parte del PIB saudí depende directamente de la venta de crudo y gas, una cifra a la que hay que sumar otro 6% derivado del refino. El principal destino de estas exportaciones es Asia.
En el primer trimestre, Aramco llegó a un acuerdo para aumentar su negocio en China, con la compra de parte de la actividad de Valvoline en ese país por algo más de 2.500 millones de euros al cambio actual. “Seguimos avanzando en la expansión de nuestra capacidad, y nuestras perspectivas de largo plazo se mantienen intactas: creemos que tanto el petróleo como el gas natural seguirán teniendo un papel crítico en la matriz energética mundial del futuro”, añade Nasser.
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