El impuesto mínimo del 15% para las multinacionales encalla en la UE
Polonia bloquea la trasposición de la directiva que aplica el acuerdo alcanzado en la OCDE
La Unión Europea sigue sin aplicar el tipo mínimo del 15% en el impuesto de sociedades. Polonia ha bloqueado en el Ecofin, el órgano que agrupa los ministros de Finanzas europeos, el texto que traspone el acuerdo alcanzado en la OCDE el pasado otoño, un pacto de casi 140 países, para fijar ese suelo en todo el mundo. Varsovia, que sí apoyó la iniciativa hace meses, ha evitado de nuevo que los Veintisiete lleguen a un punto común par...
La Unión Europea sigue sin aplicar el tipo mínimo del 15% en el impuesto de sociedades. Polonia ha bloqueado en el Ecofin, el órgano que agrupa los ministros de Finanzas europeos, el texto que traspone el acuerdo alcanzado en la OCDE el pasado otoño, un pacto de casi 140 países, para fijar ese suelo en todo el mundo. Varsovia, que sí apoyó la iniciativa hace meses, ha evitado de nuevo que los Veintisiete lleguen a un punto común para trasponerla a la norma europea. La aprobación, al tratarse de un asunto fiscal, requiere que haya unanimidad entre los Estados miembros.
Ha sido la segunda vez que el Ecofin ha abordado este debate. Ya lo hizo en marzo. Y entonces, como ahora, no hubo acuerdo. Entonces el bloque del no fue más nutrido: Estonia, Suecia, Hungría, Malta… Este martes casi todos estos países han cambiado de postura. El nuevo texto planteado por la presidencia francesa —Francia preside este semestre el Consejo de la Unión Europea— ha convencido a Estonia, Suecia y Malta. Hungría no se ha pronunciado en el debate.
Las objeciones que ha puesto Polonia, ha explicado su representante, la secretaria de Estado de Economía, Magdalena Rzeczkowska, estriban en que la aplicación del tipo mínimo no va de la mano de las tasas para que los gigantes digitales paguen allí donde obtienen sus beneficios y no donde les resulta más ventajoso. Este punto también formaba parte del acuerdo de la OCDE, pero hay detalles que todavía se están cerrando en este órgano internacional.
La solución que se le ha ofrecido a Polonia es el compromiso de la UE para presionar en la OCDE y que así avance esta otra pata del acuerdo de octubre, la llamada Pilar 1. Pero no ha sido suficiente. “No comprendo la posición de Polonia”, ha contestado el ministro de Finanzas francés y presidente temporal del Ecofin, Bruno Le Maire, a la intervención polaca. “Dice que quiere luchar contra la planificación fiscal y esta directiva lo hace, dice que quiere luchar contra la evasión fiscal y esta directiva lo hace. Es una cuestión de justicia”.
Posteriormente, en rueda de prensa, el máximo responsable de la política económica francesa ha tratado de disipar las dudas que puede provocar la posición de Estados Unidos en el debate internacional sobre los impuestos a los gigantes digitales, que son mayoritariamente norteamericanos (Google, Apple, Amazon, Microsoft, Facebook). “No debemos infravalorar la voluntad de la Administración Biden. Claro que estamos atentos y sabemos que es difícil”, ha señalado, “pero he estado hablando con Janet Yellen [secretaria del Tesoro de Estados Unidos] para la aplicación de los dos pilares. Confío en Yellen y en su determinación”.
En las intervenciones de los países que se oponían hace unas semanas se ha reconocido el avance en esta última versión del texto, que, sobre todo, les da más tiempo para trasponer la directiva europea a los Estados miembros, una reclamación que partía principalmente de Suecia por motivos parlamentarios, según ha explicado Le Maire. En su primera versión se hablaba del 1 de enero de 2023 y en este se dejaría para finales del año próximo. El fracaso de este martes no es definitivo, puesto que puede intentarse su aprobación más adelante.
Además de la trasposición del acuerdo de la OCDE a la legislación europea, los ministros de Finanzas de la UE también ha repasado la evolución económica tras el comienzo de la guerra. El vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, ha explicado que la situación actual es de “extrema incertidumbre” y ha admitido la gran preocupación por la inflación, que ha achacado al encarecimiento de la energía. No obstante, el político letón ha subrayado, como ya hiciera su compañero en el Colegio de Comisarios el día anterior, que vaya a haber una recesión. “Una combinación de alta inflación y bajo crecimiento no es algo que esperemos para 2022″, ha zanjado.