El gas y el petróleo se disparan por la exigencia de Rusia de cobrar en rublos las ventas a Europa
Alemania considera la medida una “ruptura del contrato”, Polonia no renovará el acuerdo que expira a final de año e Italia considera que cambiar la moneda supondría puentear las sanciones impuestas al Kremlin
Adiós abrupto a la fase de relativa calma en la que se habían instalado los precios del gas natural en los últimos días. El anuncio del presidente ruso, Vladímir Putin, de que obligará a los países “hostiles” a pagar en rublos las compras de este combustible ha disparado este miércoles la cotización del gas en Europa hasta los 112 euros por megavatio hora (MWh), un 13% más que en la apertura. La subida llegó a rondar el 30% en el ecuador de la jornada, pero el precio sigue lejos de los casi 230 euros a los que llegó a cotizar la primera semana de marzo. A pocas horas del cierre, por su parte, ...
Adiós abrupto a la fase de relativa calma en la que se habían instalado los precios del gas natural en los últimos días. El anuncio del presidente ruso, Vladímir Putin, de que obligará a los países “hostiles” a pagar en rublos las compras de este combustible ha disparado este miércoles la cotización del gas en Europa hasta los 112 euros por megavatio hora (MWh), un 13% más que en la apertura. La subida llegó a rondar el 30% en el ecuador de la jornada, pero el precio sigue lejos de los casi 230 euros a los que llegó a cotizar la primera semana de marzo. A pocas horas del cierre, por su parte, el petróleo escalaba casi un 5% hasta los 120 dólares por barril.
“Rusia continuará ofreciendo, por supuesto, gas natural en el volumen y el precio acordado en los contratos”, ha afirmado Putin en un encuentro televisado con los principales ministros de su Gobierno. “Los cambios únicamente afectan a la moneda de pago, que pasará a ser el rublo”. El banco central ruso tendrá ahora una semana para alcanzar una solución que lleve a la práctica la medida, que en última instancia tendrá que ejecutar la gasista estatal Gazprom.
Con este giro, el mandatario ruso pone a los mayores importadores de su gas, como Alemania, ante la disyuntiva de saltarse el bloqueo generalizado al rublo o renunciar a su principal fuente de abastecimiento. También es un intento por respaldar su moneda tras el severo castigo sufrido en las últimas semanas, que le ha llevado a mínimos históricos en los cruces frente a las principales divisas internacionales (el dólar y el euro). Este miércoles, el mercado respondía al anuncio con una ligera recuperación del rublo que apenas sirve, sin embargo, para reducir mínimamente las pérdidas acumuladas en el último mes.
“Rusia parece querer mantener las rutas comerciales con Estados Unidos, el Reino Unido y la UE, pero a su manera”, sintetiza el jefe de trading de la firma energética DB Group Europe, Tim Partridge, en declaraciones a Bloomberg.
Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, el pasado 24 de febrero, los países de la UE han transferido a Rusia más de 18.000 millones de euros como pago por las importaciones de gas (11.500 millones), petróleo (6.300) y carbón (500), según un contador del Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio, un grupo de analistas especializados en transición energética. Ese dinero es fundamental para que el Kremlin, que ya empieza a sufrir el impacto de las sanciones occidentales sobre su economía, pueda financiar su costosa campaña militar.
El 40% del gas natural que consumen los Veintisiete procede de Rusia, una dependencia que alcanza el 100% en algunos países de Europa Oriental, cualquier encarecimiento de esta materia prima se traslada casi automáticamente a los mercados eléctricos.
Varias energéticas occidentales consultadas por Reuters declinaron hacer comentarios sobre la decisión de Putin. Algunos Gobiernos, como el alemán o el polaco, sí creen, sin embargo, que la medida supondría una “ruptura” —el primero— “incumplimiento” —el segundo— de lo firmado en los contratos. Varsovia, agrega una fuente oficial en declaraciones a la agencia británica de noticias, no tiene ninguna intención de sellar ningún otro acuerdo con Gazprom cuando —a finales de año— venza el que está actualmente en vigor.
Tampoco Italia, el segundo mayor cliente de gas ruso tras Alemania, está por la labor de cambiar la divisa en la que abonan el combustible a Rusia. “Utilizar rublos supondría, de alguna forma, esquivar las sanciones. Así que pienso que seguiremos pagando en euros”, ha subrayado Francesco Giavazzi, uno de los asesores económicos de cabecera del primer ministro italiano, Mario Draghi, en un foro organizado por Bloomberg. La gran mayoría de contratos con países de la UE —sean o no miembros de la eurozona— están denominados en la moneda única.
Advertencia sobre los carburantes
La obligatoriedad de pagar su gas en moneda local no ha sido el único mensaje enviado este miércoles por Moscú a sus vecinos de la UE. El mayor proveedor de energía fósil de los Veintisiete ha advertido al bloque de que las sanciones impuestas acabarán golpeando a los consumidores europeos. “Los países occidentales pueden verse forzados a limitar o racionar el consumo de combustible”, ha afirmado el viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, quien hace dos semanas amenazó a sus vecinos del oeste a cerrar el grifo del gas como respuesta a las sanciones. “Los políticos europeos deberían explicar a sus ciudadanos hacia donde puede conducir la miopía de sus decisiones”.