China rescata al mayor banco malo del país con 5.800 millones de euros
La compañía Huarong defiende que la venta de acciones de nueva emisión es “la única medida para resolver la insuficiencia de capital”
El gestor estatal de activos Huarong, el mayor banco malo de China, anunció un plan para vender acciones de nueva emisión por un máximo de 5.819 millones de euros (42.000 millones de yuanes) a cinco empresas públicas en el marco de su plan de rescate. En un comunicado remitido anoche a la Bolsa de Hong Kong, donde cotiza, Huarong explica que la operación “es la única medida práctica para resolver las dificultades de insuficiencia de capital de la compañía y para cumplir con los requisitos de los reguladores”.
Tras la emisión y la venta de los títulos, la participación del actual accioni...
El gestor estatal de activos Huarong, el mayor banco malo de China, anunció un plan para vender acciones de nueva emisión por un máximo de 5.819 millones de euros (42.000 millones de yuanes) a cinco empresas públicas en el marco de su plan de rescate. En un comunicado remitido anoche a la Bolsa de Hong Kong, donde cotiza, Huarong explica que la operación “es la única medida práctica para resolver las dificultades de insuficiencia de capital de la compañía y para cumplir con los requisitos de los reguladores”.
Tras la emisión y la venta de los títulos, la participación del actual accionista mayoritario de Huarong, el Ministerio de Finanzas de China, se diluirá desde el 57% actual a menos de un 28%. Su puesto como principal accionista pasará a manos del banco público de inversión Citic, que controlará el 23,46% del accionariado, seguido de otras compañías públicas como China Insurance Rongxin Fund (18,08%), China Cinda (4,89%), ICBC Investment (2,44%) y China Life (2,44%). Las cuatro primeras adquirirán acciones emitidas a través de la China continental, mientras que la aseguradora China Life lo hará a través de Hong Kong. La operación supondría que el capital flotante, la proporción de títulos disponibles para su negociación en Bolsa y no controlados por accionistas estables, en Hong Kong cayera del 32,4% al 18,2%, es decir, por debajo del 25% exigido, ante lo que Huarong ha solicitado una exención a las autoridades del parqué.
El plan todavía depende de la autorización de la Bolsa de Hong Kong y de una junta extraordinaria de accionistas que se celebrará el próximo 2 de diciembre. Las autoridades chinas ya habían dado la luz verde esta semana para que Huarong emitiese bonos por valor de unos 11.000 millones de dólares, con la condición de que la compañía utilizase lo recaudado para continuar deshaciéndose de activos improductivos y en intercambios de deuda por acciones. El gestor estatal anunció en agosto un plan de reposición de capital respaldado por Citic tras haber registrado pérdidas por 14.257 millones de euros en 2020, que dejó atrás en la primera mitad de 2021, cuando registró un beneficio de 21,9 millones de euros.
En los últimos meses Huarong ha estado deshaciéndose de activos de riesgo adquiridos durante la etapa al frente de la empresa de Lai Xiaomin, quien fue ejecutado en enero tras ser condenado por, entre otros cargos, aceptar sobornos por el equivalente a unos 280 millones de dólares. La prensa oficial llegó a calificar el proceso contra Lai como el “mayor caso de corrupción financiera” de la historia de China. Huarong es uno de los cuatro “bancos malos” del país asiático, fundado en 1999 tras la crisis financiera asiática con el objetivo de purgar las insolvencias en el sistema bancario chino, aunque con la llegada de Lai (2012) se transformó en un consorcio financiero y comenzó a invertir en activos de alto riesgo, saliendo a Bolsa en Hong Kong en 2015. El pasivo de la compañía asciende a unos 238.000 millones de dólares, de los que más de 90.000 millones se corresponden a deudas que ha de pagar en menos de un año, según el diario hongkonés South China Morning Post.
A finales de 2017, la empresa contaba con un activo neto de unos 24.065 millones de euros, aunque al año siguiente, con la detención de Lai, se descubrieron riesgos de capital que hasta entonces permanecían ocultos.