Opinión

La navaja suiza de Casado

El presidente del PP defiende hoy en ‘Financial Times’ una bajada de impuestos mientras el consenso internacional pide aumentar la recaudación y no retirar las ayudas

De izquierda a derecha, el presidente del PP, Pablo Casado; la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y el expresidente del Gobierno y presidente de la Fundación FAES, José María Aznar.Emilio Naranjo (EFE)

En 2011, España iba camino de una recesión salvaje, estaba abocada a un rescate y el déficit alcanzaba el 8% del PIB: el PP de Rajoy se presentó a las elecciones con la promesa de bajar los impuestos, aunque después aprobó la mayor subida tributaria de la historia. En 2015, España crecía el 3,8%: Rajoy prometió en campaña rebajar los impuestos, a pesar de que las cuentas públicas no cuadraban. En 2019, la economía crecía aún a buen ritmo, y la Gürtel había obligado a cambiar el liderazgo de Rajoy por el de Pablo Casado, pero por el lado fiscal no había diferencias: el programa de Casado se bas...

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En 2011, España iba camino de una recesión salvaje, estaba abocada a un rescate y el déficit alcanzaba el 8% del PIB: el PP de Rajoy se presentó a las elecciones con la promesa de bajar los impuestos, aunque después aprobó la mayor subida tributaria de la historia. En 2015, España crecía el 3,8%: Rajoy prometió en campaña rebajar los impuestos, a pesar de que las cuentas públicas no cuadraban. En 2019, la economía crecía aún a buen ritmo, y la Gürtel había obligado a cambiar el liderazgo de Rajoy por el de Pablo Casado, pero por el lado fiscal no había diferencias: el programa de Casado se basaba, una vez más, en rebajar todos los impuestos. Y así llegamos a 2021. La economía viene de la mayor caída del PIB desde la Guerra Civil y va camino de un fuerte rebote. La pandemia deja un déficit estratosférico y una deuda pública en el entorno del 120% del PIB. El consenso internacional ha cambiado y hasta los más ortodoxos —los bancos centrales, el FMI y la OCDE, y ya no digamos los EE UU de Joe Biden— apuestan por subir los impuestos para apuntalar la sanidad, la educación y sanear las cuentas públicas. ¿Propuestas de política económica de Casado? Bingo: bajar todos los impuestos.

Casado promete hoy en el Financial Times “aprobar todas las reformas en tres meses”, incluyendo una rebaja del IRPF, de Sociedades, la supresión del Impuesto de Sucesiones y la enésima reforma laboral. No parece haber sorpresa por parte del muy liberal diario británico, aunque en sus editoriales recientes el FT hace un llamamiento a “invertir la política dominante de las últimas cuatro décadas”. Casado pretende volver a Thatcher, pero hasta los más liberales quieren salir de ahí: “Los gobiernos tendrán que asumir un papel más activo en la economía. La redistribución vuelve a estar en la agenda. Las políticas consideradas excéntricas hasta ahora, como la renta básica o los impuestos a las rentas altas, tendrán que formar parte de las propuestas”, dicen los editoriales del FT.

El PP no opta por esa vía. El anterior equipo económico, con Daniel Lacalle al frente, proponía “la mayor rebaja de impuestos de la historia” unos meses antes de que la covid-19 hiciera estragos y enseñara las costuras de la sanidad pública. El asesor económico de Casado José María Rotellar advierte hoy mismo en Libertad Digital que una subida de impuestos como la que planea Pedro Sánchez “solo conseguirá estrangular más al conjunto de los españoles”.

Laffer redivivo: subir impuestos es anatema, y bajarlos es para el PP de Casado una especie de navaja suiza capaz de solucionar toda clase de males. Las propuestas económicas de Casado siguen ancladas en el ala dura de FAES, con conexiones con el Instituto Cato y el American Entreprise Institute, dos think tanks neoconservadores estadounidenses. Curioso cuando en el G-7 y en el G-20 se abre paso una subida global del Impuesto de Sociedades. Paradójico cuando para el FMI y las instituciones europeas el mayor riesgo es ahora mismo retirar prematuramente las ayudas. “Las voces de la austeridad siempre están ahí. Lo que hay que hacer siempre es escuchar respetuosamente y decidir sobre el timing: la economía aún necesita de los estímulos”, dice hoy en este diario Ángel Gurría, el jefe de la OCDE.

Si de veras viene un rebote económico potente, lo contraindicado sería una rebaja de impuestos procíclica, a destiempo, como la última que aprobó Rajoy cuando la economía no la necesitaba para crecer y lo imprescindible era rehacer los colchones fiscales para la próxima crisis. Con el déficit por encima del 10% del PIB y la deuda por encima del 120% del PIB, y con la economía creciendo en torno al 6% este año y el próximo, las rebajas fiscales que promete Casado chirrían incluso en las páginas salmón de esa biblia liberal que es el Financial Times.

En 2011, Rajoy prometió que el 20-N, el día de las elecciones, sería “el primer día del fin de la crisis”; quedaba casi un lustro de sangre, sudor y lágrimas. Diez años después, Casado propone ahora “un Gobierno de salvación nacional”, como el de Mario Draghi en Italia, “con conservadores, liberales, cristianodemócratas y antiguos socialdemócratas”. En Génova no se ve nada parecido a Draghi, que por otra parte de momento no ha bajado un solo impuesto. Spain is different: sobre todo por el flanco fiscal.

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