Los españoles ahorraron unos 40.000 millones hasta septiembre por efecto de la pandemia
El Banco de España cree que, cuando acaben las restricciones, una parte no volverá al consumo por temor a subidas de impuestos y a nuevas crisis
Nadie podría dudar de que el cierre de bares, restaurantes y hoteles por el enclaustramiento que está exigiendo la pandemia ha limitado el gasto de las familias. Pero ahora el Banco de España le ha puesto cifras: “Entre enero y septiembre de 2020 (último dato disponible), tanto en España como en la zona del euro, el ahorro de las familias fue en torno a 3,5 puntos porcentuales de PIB superior al observado, en promedio, en los tres primeros trimestres de los últimos cinco años”. Según l...
Nadie podría dudar de que el cierre de bares, restaurantes y hoteles por el enclaustramiento que está exigiendo la pandemia ha limitado el gasto de las familias. Pero ahora el Banco de España le ha puesto cifras: “Entre enero y septiembre de 2020 (último dato disponible), tanto en España como en la zona del euro, el ahorro de las familias fue en torno a 3,5 puntos porcentuales de PIB superior al observado, en promedio, en los tres primeros trimestres de los últimos cinco años”. Según los últimos cálculos del supervisor, en España esta tasa se traduce en unos 39.200 millones de euros que se han detraído del circuito económico, con el consiguiente daño para los sectores del ocio y viajes, principalmente, y que han caído en su mayoría en los depósitos bancarios.
Pero para los bancos tampoco es una buena noticia porque tienen exceso de liquidez y les cuesta un 0,5% depositar el dinero en el Banco Central Europeo (BCE).
Esta evolución del ahorro ha sido el reflejo de una caída del consumo de los hogares “mucho más acusada que la de las rentas, pues estas últimas han estado sostenidas, en cierta medida, por las ayudas públicas que se han desplegado para mitigar los efectos económicos adversos de la pandemia”, indica el informe El ahorro de los hogares durante la pandemia y sus posibles efectos sobre la reactivación futura del consumo, firmado por José Antonio Cuenca, Carmen Martínez Carrascal y Ana del Río.
En su opinión, la contracción del consumo se debe a la precaución de los hogares ante las actuales circunstancias sanitarias y económicas, de gran incertidumbre. Las restricciones de movilidad y el miedo al contagio ha provocado menos consumo, que es lo que el Banco de España denomina “el ahorro forzoso acumulado”. Hasta el tercer trimestre, el supervisor lo concreta en una cantidad “próxima al 2,5% del PIB tanto en la zona del euro como en España”.
No se gastará todo el ahorro
Pero las perspectivas de futuro inmediato no tienen visos de variar la situación. La percepción de los hogares sobre su situación financiera futura o acerca de la evolución del desempleo “se ha deteriorado de forma notable”, dicen los autores del informe. Entonces, ¿qué pasará con todo ese dinero embalsado? El supervisor no es tajante ante las dudas que todavía existen. “En los próximos meses, es de esperar que el avance en el proceso de vacunación permita una relajación gradual de las medidas de contención de la pandemia aún en vigor y contribuya a una disminución progresiva de la incertidumbre sobre la situación sanitaria y económica. Esto permitiría, a su vez, liberar una parte de la bolsa de ahorro privado acumulada, lo que podría imprimir un mayor vigor a la recuperación del consumo. En todo caso, la magnitud de este efecto está sujeta a una elevada incertidumbre, y algunos argumentos sugieren que su impacto podría ser relativamente limitado”.
Admite que no volverá al circuito económico parte de los gastos en restauración y ocio no realizados, entre otras razones porque “las rentas más altas tienen una menor propensión marginal a consumir”. También apunta que los hogares con las rentas más bajas “no solo tienen una menor capacidad de ahorro”, sino que en algunos casos no han podido acumular recursos porque han sido los más castigados por la crisis.
Temor a los impuestos por la subida de la deuda pública
Por último, el estudio recuerda que la literatura económica “enfatiza también la posibilidad de que los hogares decidan mantener un nivel de ahorro relativamente elevado porque anticipen futuras subidas de impuestos en respuesta al notable incremento de la deuda pública que se ha producido en esta crisis”.
Otro factor que puede ayudar a contener el gasto es que se han podido instalar “cambios estructurales en el patrón de comportamiento de los individuos, haciéndolos más propensos a ahorrar en la medida en que pasen a asignar una mayor probabilidad a este tipo de eventos extremos”.
El estudio compara algunas partidas concretas del gasto en España y en la Unión Europea. Los porcentajes de caída son similares, pero por partidas destaca que mientras que en España se ha elevado un 40% en alimentación, en Europa este concepto solo ha registrado un incremento del 20%, es decir, la mitad.
En el documento del Banco de España figura un cuadro con una comparativa del ahorro por países desde 2000 sobre la renta bruta disponible.
La mayor tasa en 21 años
En el cuadro se observa que España está en el nivel más alto de toda la serie. De hecho, y a falta de conocer lo sucedido en el cuarto trimestre, ya acumula una tasa del 31,8% sobre la renta bruta, una cifra nunca vista antes en 21 años.
Pese a estos números, España está a la cola en ahorro en la comparación con las otras tres grandes economías del euro, Alemania, Francia e Italia. Estos países han tenido una evolución más estable en las dos últimas décadas, mientras que en España se aprecia la gran caída durante la burbuja inmobiliaria, del 2002 al 2008, seguido de un fuerte recuperación al llegar la crisis. Entre 2016 y 2019 vuelve a caer, aunque con menor intensidad que durante la explosión del boom del ladrillo tóxico.
Quizá por esta situación previa, ahora España es el país en el que más crece el ahorro, como reacción a la inédita crisis de la pandemia.