El fondo IFM se compromete de “viva voz” a que se mantenga la cotización de Naturgy y su sede en España

El inversor australiano mantuvo una reunión con los responsables de la empresa en la que reafirma su vocación de permanencia y respalda los planes de inversión y dividendo sostenible del grupo energético

El presidente de Naturgy, Francisco Reynés.

El fondo IFM, que ha lanzado una opa sobre el 22,69% de Naturgy, trasladó las intenciones que tiene con su entrada en el capital en una reunión presencial con los responsables de la empresa encabezados por su presidente, Francisco Reynés, y que hasta ahora solo había verbalizado en foros externos. Según se ha desvelado en la junta general de accionistas celebrada este martes, el fondo australiano comunicó que tiene vocación de permanencia, que quiere entr...

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El fondo IFM, que ha lanzado una opa sobre el 22,69% de Naturgy, trasladó las intenciones que tiene con su entrada en el capital en una reunión presencial con los responsables de la empresa encabezados por su presidente, Francisco Reynés, y que hasta ahora solo había verbalizado en foros externos. Según se ha desvelado en la junta general de accionistas celebrada este martes, el fondo australiano comunicó que tiene vocación de permanencia, que quiere entrar en el consejo de administración con los puestos que le correspondan de acuerdo a su participación y que se compromete a mantener la sociedad cotizada y con sede en España. Asimismo, ha subrayado que apoya los planes de transición energética y la política de dividendo sostenible trazados por la compañía.

Francisco Reynés, en rueda de prensa posterior a la junta, ha manifestado que solo ha hablado dos veces con los responsables de IFM, la primera unas horas antes de conocerse la existencia de la opa y la segunda, en esta ocasión, en la que el fondo transmitió sus compromisos de “viva voz”, lo que el ejecutivo balear considera suficiente para un fondo de prestigio. “Es un fondo suficientemente reputado y serio para que nosotros no podamos poner ni de lejos en duda lo que se nos ha trasladado. A día de hoy conocemos sus intenciones y tanto ellos como nosotros podamos hacer las clarificaciones oportunas”, manifestó Reynés, que añadió que “las intenciones tienen que ser plasmadas también en el correspondiente folleto que va a ser publico por tiempo suficiente como para que los accionistas puedan tomar sus decisiones”.

Reynés, como hizo ante la única pregunta que se produjo en la junta, señaló que el consejo de administración de la empresa no desvelará su posición sobre la oferta hasta que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) no haga público el folleto, momento en que tendrá 10 días para pronunciarse al igual que los accionistas para decidir su acuden a o no a la opa. “El consejo dará y publicará su opinión. Seremos transparentes, pero no tenemos valoraciones que hacer ahora”, afirmó Reynés, quien añadió que será una recomendación, pero que la decisión final estará en manos de cada accionista.

IFM lanzó una oferta parcial voluntaria sobre el grupo energético español el pasado 26 de enero, que hizo efectiva el 5 de febrero y que ahora debe pasar todos los trámites después de que la CNMV la admitiera. Entre ellos, la aprobación por parte del Consejo de Ministros, que debe sopesar si admite la entrada de un inversor extracomunitario en una empresa que considera estratégica. Esta salvedad se debe a la normativa decretada por la crisis de la pandemia para impedir que inversores se aprovechen de la debilidad que puedan tener algunas entidades.

La oferta se hizo por un máximo de 220 millones de acciones, correspondientes al 22,69% del capital, a un precio de 23 euros por título y condicionada a que acuda al menos el 17%. El objetivo de IFM es principalmente el accionariado minoritario con la intención de que los principales accionistas del grupo no participen. El principal accionista es Criteria, que posee el 24,8%, mientras los fondos CVC y GIP tienen algo más del 20% cada uno. La firma estatal argelina Sonatrach cuenta con el 4%. Es decir, si se cumplen los objetivos de IFM y no acude ninguno de estos actuales accionistas, solo quedaría en torno al 8% del capital entre minoritarios.

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Según esos compromisos, IFM respalda el plan de inversión de Naturgy, que prevé destinar en torno a 3.500 millones de euros a la digitalización, redes inteligentes y apuesta por instalaciones renovables hasta 2030 en electricidad, y proyecta 4.000 millones en gas renovable. Los objetivos se reflejarán en un nuevo plan estratégico que el grupo tenía previsto presentar en febrero, pero que por la opa ha retrasado hasta un momento adecuado. Dicho plan se centrará en responder a los retos del entorno: electrificación de la economía, la inversión en renovables (la empresa ya cuenta con una potencia de 4.600 MW instalada), la incorporación de gases renovables (biogas e hidrógeno) y descarbonización.

Asimismo, ha identificado inversiones por valor de 14.000 millones en los planes europeos de Next Generation, e los que 6.300 se destinarían a generación eléctrica renovable; 3.900 millones a gases renovables; 1.500 a digitalización y 1.400 a eficiencia energética. Otros 700 millones se enfocarían a transición justa y 200 a movilidad sostenible. Además, el grupo ha propuesto un plan para potenciar el hidrógeno verde consistente en la construcción de una red de repostaje y varios proyectos de producción, entre los que destacan los de La Robla (León) y Meirama (A Coruña).

Los accionistas, la mayor parte de ellos por vía telemática, aprobaron las cuentas del grupo del pasado ejercicio, en el que tuvo unas pérdidas de 347 millones frente a unos beneficios de 1.401 millones del anterior. En el periodo, Naturgy realizó una revisión de activos que supuso un impacto de 1.363 millones debido a la menor demanda y la nueva regulación. El dividendo repartido ha alcanzado los 1,44 euros por acción, un 5% más que el ejercicio anterior.

Reynés también informó de que esta semana espera cerrar el acuerdo con la italiana ENI y el Gobierno de Egipto sobre la planta de licuefacción egipcia de Damietta para desprenderse de su negocio por 600 millones de dólares (unos 500 millones de euros). El pacto pone fin a un contencioso abierto en 2012 e implica que Naturgy recibirá la mayoría de los activos de Unión Fenosa Gas (UFG) situados fuera de Egipto, valorados en unos 250 millones de euros, y se desprenderá de las actividades comerciales en España.

Otra consecuencia derivada del pacto es que Naturgy queda liberada de un contrato de aprovisionamiento de gas anual de alrededor de 3,5bcm (3.500 millones de metros cúbicos) para suministrar a ciclos combinados en España y que acababa en 2029. Reynes señaló que gracias a las renegociaciones de contratos se reducirán un 30% los compromisos de compra de gas por parte de Naturgy entre 2019 y 2025.




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