Opinión

Solo se vive una vez

El asalto a Wall Street parece una manifestación más de un malestar subterráneo existente desde hace años

Logotipo de Reddit en un teléfono móvil estadounidense.OLIVIER DOULIERY (AFP)

Eso es lo que debieron pensar los asaltantes del Capitolio que llegaron a sentarse (y, más importante, a fotografiarse) en el sillón del presidente del Senado de EE UU el Día de Reyes.

Ese es el lema, también, de algunos de los participantes en el “golpe contra Wall Street” que ha tenido lugar 20 días más tarde.

Si los primeros quedaron retratados y representados para la posteridad por su miembro más estridente (el ...

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Eso es lo que debieron pensar los asaltantes del Capitolio que llegaron a sentarse (y, más importante, a fotografiarse) en el sillón del presidente del Senado de EE UU el Día de Reyes.

Ese es el lema, también, de algunos de los participantes en el “golpe contra Wall Street” que ha tenido lugar 20 días más tarde.

Si los primeros quedaron retratados y representados para la posteridad por su miembro más estridente (el hombre con gorro de trampero rematado en cuernos de búfalo), los segundos, probablemente, lo serán por el más hablador de entre ellos al que, quienes lo han visto, describen como un hombre vestido de pirata y con seudónimo tabernario: DeepFuckingValue (“puto valor profundo”).

Vestimentas carnavaleras y nombres de guerra malsonantes para los movimientos de masas de 2021. Y nuevos lemas, como el de YOLO, acrónimo formado con las siglas en inglés de “solo se vive una vez” (you only live once). Una audacia que puede concluir en muchos años de cárcel por el delito de sedición para los asaltantes del Congreso de Estados Unidos y en la pérdida de sus ahorros (o los de sus familias) para los sitiadores digitales de Wall Street: uno de ellos se jactaba de haber invertido en acciones de la empresa GameStop todos los ahorros de su padre: “¡Papá, o te jubilas con un yate, o vivirás de la caridad!”.

La gloria o la ruina. ¡O César, o nada!

¿En qué ha consistido el asalto esta vez? En la conjura de miles de individuos anónimos (normalmente actuando en las redes sociales con seudónimo) para comprar acciones de empresas con la cotización muy castigada en Bolsa porque su negocio se ha quedado obsoleto y por la actividad de un tipo de fondos de inversión libre (hedge funds) que intentan ganar dinero apostando por la caída de las cotizaciones.

La apuesta de esos fondos bajistas consiste en pedir prestadas las acciones de la empresa y venderlas en Bolsa, confiando en que una fuerte caída del precio de la acción les permitirá recomprarlas a un precio mucho más bajo y embolsarse la diferencia entre precio de venta y precio de compra, además de devolver las acciones tomadas a préstamo.

La ira de esos pequeños inversores, que está provocada por esa y otras prácticas abusonas de los grandes operadores en Bolsa (entre ellas las compraventas de alta frecuencia, de las que pueden sentirse víctimas) les llevó a iniciar un contrataque concertado consistente en comprar las acciones de la empresa mencionada, GameStop, y lograr algo que parecía impensable: hacer subir su cotización en Bolsa hasta la estratosfera. Cuando los fondos vendedores vieron subir el precio de la acción, se precipitaron a recomprar las acciones para no incurrir en pérdidas, con lo que hacían que el precio subiera aún más deprisa.

Además, los asaltantes conjurados, a los que se tenía por gente de poca cultura financiera, han utilizado un mecanismo propio de príncipes de las finanzas: las opciones de compra sobre acciones, que permiten apostar con poco dinero, a la subida de las cotizaciones, aún con el alto riesgo de perder en el intento todo el dinero apostado.

El mecanismo es diabólico porque quienes les vendían esas opciones de compra debían comprar las mismas acciones también, por si en el futuro tenían que entregárselas a los asaltantes, que tendrían derecho a ello, lo que hacía que las cotizaciones subieran más deprisa aún. Como resultado, los fondos bajistas han tenido pérdidas multimillonarias.

Movimiento revolucionario

Este movimiento revolucionario, que recuerda las luchas entre grandes terratenientes y pequeños propietarios agrícolas del pasado, se ha fraguado en un club jacobino muy especial y propio de estos tiempos: en una red social para inversores llamada Reddit.

En esa red social cabe de todo, desde los insultos al movimiento LGTB hasta proclamas anarquistas y lenguaje revolucionario de pacotilla, un engrudo difícil de digerir pero que, a falta de mejor interpretación, parece una manifestación más de un malestar subterráneo existente desde hace años y que en 2018-2019 ya tuvo brotes variopintos: desde los chalecos amarillos en Francia hasta la pasión desmedida por Greta Thunberg.

Los apodados asaltantes de Wall Street han adaptado el lema “Sí, se puede” de la década pasada y navegan en esta bajo la bandera del “¡Así se hace!”.

¿Así se hace? Medio Wall Street está temblando y el otro medio sumándose a la revuelta.

Juan Ignacio Crespo es estadístico del Estado

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