La Reserva Federal y el Congreso de EE UU se disponen a inyectar más estímulos en la economía
El banco central mantendrá los tipos de interés en torno al 0% y su programa de compra de bonos
La Reserva Federal de EE UU (Fed) ha anunciado este miércoles sus perspectivas económicas para los tres próximos años en una coyuntura ambivalente, marcada por el inicio de la vacunación contra el coronavirus pero también por el aumento de contagios, con una media de 200.000 nuevos casos al día en el país. Pese a las buenas noticias que llegan del frente de las vacunas, el organismo que encabeza Jerome Powell ha dejado claro que los estímulos monetarios sigu...
La Reserva Federal de EE UU (Fed) ha anunciado este miércoles sus perspectivas económicas para los tres próximos años en una coyuntura ambivalente, marcada por el inicio de la vacunación contra el coronavirus pero también por el aumento de contagios, con una media de 200.000 nuevos casos al día en el país. Pese a las buenas noticias que llegan del frente de las vacunas, el organismo que encabeza Jerome Powell ha dejado claro que los estímulos monetarios siguen haciendo falta, por lo que seguirá con su programa de compra de deuda hasta que la actividad económica se recupere “de forma sustancial”. Las compras, de al menos 120.000 millones de dólares al mes, tratan de impulsar “el flujo del crédito a familias y negocios”, según el comunicado.
Con las negociaciones en el Congreso sobre un nuevo paquete de estímulos aún pendientes de resolución, las conclusiones de la última reunión del año del banco central estadounidense -la última también bajo la presidencia de Donald Trump- no dejan lugar a dudas: la economía aún necesita ventilación mecánica. Según lo esperado, la Fed deja sin cambios los tipos de referencia, que se mantienen desde marzo en el rango de 0-0,25%, el más bajo en el último lustro.
En un año en el que EE UU ha visto cómo la pandemia ponía fin al mayor ciclo expansivo de su historia, la Fed, además de reducir los tipos de interés, ha aumentado la compra de bonos, por lo que la principal incógnita hoy era conocer su hoja de ruta a corto plazo y, más concretamente, durante cuánto tiempo mantendrá su programa masivo de compra de deuda. Las compras de bonos son su herramienta más directa para influir en la economía. “Tanto los hogares como las empresas necesitan apoyo fiscal. A corto plazo, la ayuda que la gente necesita no son solo tipos de interés bajos, es un apoyo real. Hay infinidad de pequeños negocios por todo el país que penden de un hilo”, ha subrayado Powell durante una comparecencia telemática al término de la reunión de la Fed.
Al igual que no se espera que los tipos suban durante varios años, los analistas confiaban en que la Reserva Federal vincule cualquier reducción en la compra de bonos a una mejora sustancial de la economía. Powell evalúa ese plazo en paralelo al necesario para que la población desarrolle inmunidad frente al virus: “Entre mediados y finales del año próximo”, ha dicho. El responsable del banco central ha recordado que en los últimos meses “el ritmo de mejora de la economía se ha moderado” y que “el camino por delante sigue siendo muy incierto”. En cualquier caso, el rumbo dependerá de la evolución del coronavirus, sobre el que se mostró ambivalente: “Las noticias sobre la vacuna son muy positivas pero el aumento de casos es particularmente preocupante”.
La Fed evalúa la contracción de la economía este año en el 2,4% (en las previsiones de septiembre llegaba al 3,7%), y espera que el PIB crezca el 4,2% en 2021 y el 3,2% en 2022, prácticamente el mismo pronóstico de hace tres meses.
En la decisión de la Fed ha pesado la coyuntura sanitaria en EE UU -esta semana se superó la barrera de los 300.000 muertos-, pero también las perspectivas de inmunización de la población. Con el tecnológico Nasdaq batiendo récords, Wall Street ha cerrado este miércoles al alza por la garantía de que la Fed mantendrá el piloto automático en 2021, y en medio de informaciones sobre la inminencia de un acuerdo en el Congreso para un nuevo paquete de ayuda por valor de 900.000 millones de dólares, según fuentes de la negociación citadas por la agencia Reuters.
El panorama ha cambiado drásticamente desde la última reunión de las autoridades de la Reserva Federal, a principios de noviembre. Las proyecciones económicas trimestrales, publicadas por última vez en septiembre, pronosticaban que la economía crecería un 4% el año próximo y que la tasa de desempleo caería al 5,5%. Pero otros indicadores, como el último índice de ventas minoristas, publicado este martes, apuntan a una nueva ralentización de la economía tras el buen comportamiento en el tercer trimestre, con un aumento del 7,4% del PIB. El consumo cayó un 0,5% en noviembre, frente al descenso del 0,1% de octubre.
La creación de empleo el mes pasado fue la menor en seis meses, y el número de personas que se apuntaron al paro fue en la primera semana de diciembre el mayor en casi un trimestre. Más de 12 millones de estadounidenses sin empleo o ingresos pueden quedarse sin ayudas cuando en Navidad expiren las ayudas contempladas en el primer paquete de estímulos, de 2,2 billones de dólares, aprobado a finales de marzo. “No vamos a perder de vista a los millones [de estadounidenses] que se encuentran sin trabajo”, ha recalcado Powell. Habrá que esperar hasta 2023 para que la tasa de paro se parezca a la de antes de la crisis sanitaria, según la institución.
Con la epidemia fuera de control en EE UU, las empresas se enfrentan al doble reto de incrementar las restricciones que han llevado a miles de negocios a la quiebra. Los bares y restaurantes de Nueva York no pueden desde esta semana servir en su interior, un considerable revés para los negocios ante la llegada del invierno y un serio retroceso en la paulatina normalización que la ciudad había emprendido en septiembre. El alcalde, el demócrata Bill de Blasio, ha adelantado que no debe descartarse un nuevo cierre de la economía si sigue el ritmo de contagios.