Por qué los ricos se hacen más ricos
Un estudio de economistas del FMI concluye que los más acaudalados obtienen mayores rendimientos de sus inversiones
La riqueza genera más riqueza. Y lo hace a un ritmo superior. Según un informe en cuya elaboración participan expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI), los más acaudalados tienen más probabilidades de que sus inversiones consigan mayores rendimientos, aunque esta capacidad no se mantenga necesariamente en las generaciones que hereden sus patrimonios. La razón no reside solo en la posibilidad de lanzarse a negocios más arriesgados ―y por ende con un retorno más jugoso― por poseer una fortuna eleva...
La riqueza genera más riqueza. Y lo hace a un ritmo superior. Según un informe en cuya elaboración participan expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI), los más acaudalados tienen más probabilidades de que sus inversiones consigan mayores rendimientos, aunque esta capacidad no se mantenga necesariamente en las generaciones que hereden sus patrimonios. La razón no reside solo en la posibilidad de lanzarse a negocios más arriesgados ―y por ende con un retorno más jugoso― por poseer una fortuna elevada; también cuando apuestan por activos más conservadores logran beneficios superiores a contribuyentes con menores rentas.
El estudio, titulado Heterogeneity and persistence in returns to wealth (Heterogeneidad y permanencia en la rentabilidad de la riqueza, en castellano) se nutre de la información fiscal relativa a los declarantes del impuesto sobre el patrimonio en Noruega, en el periodo comprendido entre 2004 y 2015. Los datos recogidos por los economistas revelan que a medida que un contribuyente tiene mayores recursos también es superior el retorno de sus inversiones. El ejemplo que ponen es el de dos personas, una ubicada en el percentil 75 de la distribución de la riqueza y otra en el 0,1% más rico: si ambas invirtieron un dólar en 2004, el primero logró un retorno de 1,50 dólares en 2015, y el segundo de 2,40 dólares. En otras palabras: un rendimiento del 50% frente a otro del 140%.
La razón que está detrás de estos resultados no es del todo intuitiva, sobre todo a la luz de que los contribuyentes con mayores fortunas suelen lograr rendimientos más altos independientemente del tipo de inversión, sea esta arriesgada o conservadora. Los autores del estudio se acercan al fenómeno con un enfoque empírico: sugieren que influye el hecho de que los mayores patrimonios están habitualmente mejor asesorados e informados, al tener más recursos para destinar a la administración de su riqueza, y que a la vez tienen acceso a oportunidades exclusivas de inversión. Estos factores también permiten que la riqueza se mantenga en el tiempo.
Talento empresarial
“Para una cartera determinada, las personas más ricas tienen más probabilidades de obtener un rendimiento ajustado al riesgo más alto”, señala el economista del FMI Davide Malacrino, uno de los autores del análisis, en un artículo publicado en el blog del organismo que resume los principales hallazgos del estudio. Además, existe otro elemento a tener en cuenta que es más difícil de mantener de una generación a otra: el talento empresarial.
La transmisión de la riqueza de padres a hijos es otro de los puntos que analiza el informe. O, mejor dicho, si los descendientes de los contribuyentes más acaudalados logran mantener estos mayores retornos en las inversiones que acometen. “La respuesta es un sí con reservas”, contesta Malacrino. Aunque es muy probable que las generaciones futuras mantengan un elevado poder adquisitivo y sigan siendo muy ricos si sus padres lo eran, eso no implica de manera automática que logren los mismos rendimientos de sus negocios. “Esto sugiere que, si bien el dinero es perfectamente heredable, el talento excepcional no lo es”, concluye el economista del FMI.