EL PAÍS
Opinión

Desendeudarse

Con los tipos al 0%, y sin medidas adicionales de ajuste, la deuda pública no disminuirá. Si sube más del 3%, volveríamos al riesgo de rescate

Billetes
BilletesEuropa Press

En 2008 el mundo registró la peor crisis de deuda desde 1929. Fue una crisis muy concentrada en deuda hipotecaria de las familias y fuerte apalancamiento bancario. La crisis comenzó en 2007 y los bancos centrales tardaron un año en reaccionar. La quiebra de Lehman Brothers puso en grave riesgo la estabilidad financiera mundial y estuvimos al borde de otra gran depresión global.

En 2020 la deuda mundial registrará un nuevo récord histórico del 365% del PIB. Ahora el problema está en el endeudamiento público y el de las empresas, que suman el 100% del PIB global cada una y son las que han...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En 2008 el mundo registró la peor crisis de deuda desde 1929. Fue una crisis muy concentrada en deuda hipotecaria de las familias y fuerte apalancamiento bancario. La crisis comenzó en 2007 y los bancos centrales tardaron un año en reaccionar. La quiebra de Lehman Brothers puso en grave riesgo la estabilidad financiera mundial y estuvimos al borde de otra gran depresión global.

En 2020 la deuda mundial registrará un nuevo récord histórico del 365% del PIB. Ahora el problema está en el endeudamiento público y el de las empresas, que suman el 100% del PIB global cada una y son las que han sufrido una mayor caída de ingresos derivados de la pandemia y los confinamientos. Las deudas privadas tienen canales jurídicos para reestructurarse y tienen más fácil solución. Las deudas públicas, como comprobamos los europeos en la crisis anterior, tienen un tratamiento más complejo.

En el caso privado además de recortar la deuda de las empresas insolventes es necesario recapitalizar también al resto que han visto debilitada su solvencia por la crisis. El problema es que la deuda se consigue a tipos de interés históricamente bajos, por la política monetaria ultraexpansiva, y el pago de intereses tiene deducción fiscal. Pero el capital tiene un coste relativo muy superior a la deuda, sus dividendos no tienen exención y en algunos países como España estamos a punto de aumentar el coste del capital por aumento de impuestos. Por lo tanto, los Gobiernos favorecen con sus políticas la vulnerabilidad financiera.

En 2008 fue necesario refinanciar hipotecas y leyes de segunda oportunidad para evitar desahucios. Ahora es necesario hacerlo con pymes y autónomos. El fondo que acaba de anunciar el Instituto Valenciano de Finanzas para apoyar la reestructuración de deuda siempre que se garantice la viabilidad de la empresa y se proteja el mayor número de empleos posibles marca el camino a seguir. El ICO tiene un fondo de fondos para invertir en capital de empresas innovadoras que ha demostrado su eficacia y debería ser reforzado.

El Banco Europeo de Inversiones tiene otro fondo de fondos con muchos más recursos, pero es lento en su ejecución para una crisis tan fulminante y concentra la mayor parte de su inversión en gestoras de Londres, que pronto estarán fuera de la Unión. Es necesario reforzar geográficamente su inversión en el este y el sur de Europa, que son los países con más necesidad de capital.

La Airef y el Banco de España coinciden en que asumiendo que los tipos de la deuda pública siguen próximos al 0% y sin medidas adicionales de ajuste, la deuda pública no disminuirá de máximos históricos. Si los tipos suben más del 3%, como sucedió en Italia hace dos años, volveríamos al riesgo de rescate como en 2012. Un ajuste fiscal será necesario, pero si te pasas provocarás otra recesión y aumentará la deuda.

En 2008 la crisis fue extremadamente compleja y sorpresiva hasta para los economistas. Esta vez no vale decir que no estábamos advertidos.


Archivado En