La hoja de ruta de Isidro Fainé sale en otoño
El ejecutivo catalán reclama a las fuerzas políticas que estén a la altura del momento actual y aborden reformas amplias, profundas y estable
Este año, la pandemia conducía el congreso a una celebración en remoto; pero Fainé no se achantó e hizo todo lo posible para que fuera presencial. Tiró de su poder convocatoria y logró que el XIX Congreso de CEDE tuviera el glamour de las ediciones pasadas con el aforo del auditorio de la Ciutat de les Arts de Valencia reducido a una tercera parte (acudieron unos 400 ejecutivos) y la jornada, que normalmente se desarrolla durante mañana y tarde, se redujera a la sesión matinal. También logró que Felipe VI confirmara su presencia, así como la de la vicepresidenta tercera de Asuntos Econó...
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Este año, la pandemia conducía el congreso a una celebración en remoto; pero Fainé no se achantó e hizo todo lo posible para que fuera presencial. Tiró de su poder convocatoria y logró que el XIX Congreso de CEDE tuviera el glamour de las ediciones pasadas con el aforo del auditorio de la Ciutat de les Arts de Valencia reducido a una tercera parte (acudieron unos 400 ejecutivos) y la jornada, que normalmente se desarrolla durante mañana y tarde, se redujera a la sesión matinal. También logró que Felipe VI confirmara su presencia, así como la de la vicepresidenta tercera de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, y varios líderes empresariales.
Fainé suele reclutar en los congresos de CEDE a directivos del universo Caixa que él ha dirigido durante las dos últimas décadas. Este año se ha sumado a ellos José Ignacio Goirigolzarri, que presidirá la nueva entidad surgida de la fusión de Bankia y CaixaBank acordada por ambos. La presencia del ejecutivo bilbaíno y la ausencia de Jordi Gual actual presidente de la entidad catalana (aunque ahora tenga su sede en Valencia) aportó atractivo al encuentro, que propició que la foto más perseguida fuera pública.
En línea con los años anteriores, Fainé desgranó sus mensajes. Hace tres años, en Alicante, pidió “un cambio de tercio de la política económica pasando de la macroeconomía a la microeconomía en el que la prioridad recayera en la educación y el correcto funcionamiento del mercado laboral, la competencia de las empresas y el acertado diseño del sistema tributario”. En 2018, en Palma de Mallorca, lo repitió pero esta vez dirigido al nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, del que respaldó su Agenda del Cambio en contra de los que había hecho la patronal y esperaba la derecha.
El año pasado, en plena campaña electoral, propuso en Málaga a los partidos abrir espacios de negociación para consensuar las reformas necesarias que había pedido en años anteriores y dejó, como una fórmula magistral, un decálogo centrado en la “combinación formidable de fuerzas tecnológicas, sociales y políticas que cambiarán profundamente nuestras empresas, nadie escapará a los desafíos”. “Si nosotros no cambiamos las cosas de manera continuada, el mundo nos cambiará a nosotros y a nuestras empresas”, enfatizó.
Este año, no ha habido decálogo, pero el ejecutivo de Manresa ha subrayado los mensajes de transformación digital y la transición verde, además de una invitación al diálogo político. “Esta pandemia no es una crisis cualquiera, es una crisis transformadora, está actuando como catalizador de diversas fuerzas de cambio que ya estaban en marcha. Y además ha sido el desencadenante de otras nuevas tendencias”, subrayó. “España tiene bazas para situarse entre los ganadores, aunque no lo tenemos nada fácil. Hemos comprobado con cierta frustración que antes de la crisis no habíamos hecho todos los deberes para construir una economía sólida, flexible y resiliente como las de algunos países del Norte de Europa”, añadió.
Y, tras destacar que “aún estamos a tiempo de mejorar”, emplazó al Gobierno a “completar cuanto antes los deberes que tenemos atrasados a fin de cumplir las condiciones que establezca la UE para recibir los fondos anunciados y reactivar la economía sin perder la estala de Francia Alemania”. “Los representantes políticos deben acordar y comprometer una agenda de reformas estructurales amplias, profundas y estables. Culminar reformas de esta envergadura pasa por alcanzar consensos políticos amplios. Por ello, me sumo a las voces de quienes reclaman, a las distintas fuerzas políticas que estén a la altura que exige el momento actual. Y que antepongan los intereses del conjunto del país a cualquier otra consideración”, remató.
Para Fainé, que siguió con su costumbre de no hacer mención a Cataluña, “empresarios y directivos también estamos interpelados para que España aproveche las oportunidades del Plan de Recuperación. Las empresas han dado una buena respuesta estos ocho meses tan duros, pero es necesario hacer más y hacerlo mejor en la adaptación a la nueva normalidad. En los tiempos actuales de crisis económica y social, la relevancia de la misión de la empresa adquiere una importancia singular”.
“La sociedad española necesita aprovechar al máximo todos sus recursos para hacer frente a la crisis y a los retos de futuro. Necesitamos exprimir la creatividad; mejorar la productividad; y reforzar la vocación de servicio para superar la cruda realidad”, remachó.
Los corros
José Luis Bonet y las ensoñaciones. El presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet, siempre da juego. Con su estilo desenfadado y campechano, no da puntada sin hilo y la prensa se lo agradece. El miércoles, en el Congreso de Directivos al que nunca falta, deslizó el titular como quien no quiere la cosa (“Basta de ensoñaciones y demagogias y vayamos a salvar a la gente”) para subrayar la petición de acuerdos políticos que también hizo su compañero de mesa redonda, Antonio Garamendi (CEOE), ante una pregunta de Hilario Albarracín (KPMG) que actuó de moderador. Luego añadió: “El debate está en rendirse y morir o luchar y salvarse”. Pues eso.
El pico y pala de Juan Roig. Otro que tampoco suele fallar en esto de dar titulares cuando habla es Juan Roig, presidente de Mercadona. En su intervención, junto a José Ignacio Goirigolzarri (Bankia), y ante una pregunta de la moderadora, la exministra Elena Salgado, se preguntó asimismo “qué tenemos que hacer” y fue tajante: “Pico y pala, no hablar tanto de la vacuna y pico y pala”. El empresario valenciano auguró también que “esto lo sacaremos adelante las empresas privadas y los trabajadores”. “De las grandes crisis salen las grandes oportunidades”, remató.
Y Pedro Sánchez no estará con las empresas familiares. Y, mientras tanto, Marc Puig, que se estrena este lunes en el XXIII Congreso de la Empresa Familiar, no podrá contar con la participación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha excusado su caída del programa por razones de agenda. El año pasado Sánchez plantó a los empresarios familiares en el congreso de Murcia a última hora; pero este lo ha anunciado con tiempo. Le sustituirá la vicepresidenta Nadia Calviño, esta vez de forma telemática como será todo el congreso, que tenía previsto celebrarse en Pamplona.