Arranca una vendimia tensa entre viticultores y bodegueros por la caída de precios
El descenso de las ventas y la elevada producción de uva explican la corrección
No hubo sorpresas. Tal como se esperaba, se inició la vendimia en la principal zona de producción, Castilla La Mancha, para las variedades más tempranas en medio de la tensión entre los bodegueros y los viticultores por los bajos precios fijados inicialmente en Valdepeñas desde algunas de las principales industrias, que suponen un descenso de entre de entre un 25% y un 30% sobre las cotizaciones de la campaña anterior. Una situación similar se repite en otras zonas como Rioja, ...
No hubo sorpresas. Tal como se esperaba, se inició la vendimia en la principal zona de producción, Castilla La Mancha, para las variedades más tempranas en medio de la tensión entre los bodegueros y los viticultores por los bajos precios fijados inicialmente en Valdepeñas desde algunas de las principales industrias, que suponen un descenso de entre de entre un 25% y un 30% sobre las cotizaciones de la campaña anterior. Una situación similar se repite en otras zonas como Rioja, Ribera de Duero o Rueda.
En todos los casos, el nuevo escenario responde al desajuste esperado entre oferta y demanda por la reducción de ventas provocada por la pandemia y a la elevada cosecha. Desde la perspectiva de la oferta, la campaña se inició con un stock de 38 millones de hectolitros, una cifra superior en tres millones a la media de los últimos años, consecuencia del descenso en las ventas en el mercado interior, que en los últimos meses ha sido superior al 30% respecto al mismo periodo del año anterior, así como la caída del 11,6% en la exportación del primer semestre hasta los 946 millones de litros, según datos del Observatorio Español de los Mercados del Vino.
Esta situación se ha agravado con la confirmación de una cosecha de 43 millones de hectolitros frente a los 38 millones de la anterior. Y se complica además por el hundimiento del turismo, la suspensión de las fiestas en miles de pueblos y unas previsiones de cosecha igualmente elevadas en Italia, con 47,2 millones de hectolitros, y Francia, con 43,4 millones, unos países compradores de los excedentes de graneles españoles a precios inferiores a 0,50 euros por litro.
Para corregir la situación excedentaria, Agricultura destinó 90 millones de euros a destilar dos millones de hectolitros y almacenar 2,25 millones, además de para eliminar uva vía la vendimia en verde. Las medidas han sido insuficientes y, en principio, el ministerio no contempla nuevas actuaciones.
Los precios de partida para algunas variedades sobre las que se ha iniciado la recogida, como Chardonnay o Merlot, se sitúan en una banda entre los 0,027 y los 0,025 euros kilogrado para la Denominación de Origen Valdepeñas y de 0,021 euros kilogrado para el verdejo. Se barajan precios de solo 0,012 euros kilogrado para la airén, que es la variedad dominante en la comunidad. A estas cifras se suman otros dos céntimos por kilo de transporte y que suelen constituir una referencia para los precios en otras zonas como Extremadura.
Grandes bodegueros
El consejero de Agricultura castellano manchego, Francisco Martínez Arroyo, se muestra optimista sobre la evolución al alza de los precios y más tras el acuerdo logrado en la pasada semana en el Consejo Regulador de Valdepeñas, escenario en los últimos meses de una guerra entre los dos grandes grupos bodegueros, J. García Carrión y Félix Solís, con acusaciones sobre fraude en el etiquetado de las botellas sobre el envejecimiento del vino. El consejero destaca como una medida única en una comunidad la exigencia de que toda uva que se entregue para producir vino, tenga una graduación de nueve grados como mínimo.
En otras denominaciones de origen como Rioja, los precios medios pasan de 0,95 euros por kilo en 2019 a 0,55 euros hoy y en Ribera de Duero, de 1,4 euros a 0,90.
Las organizaciones agrarias Asaja, UPA y COAG coinciden en la obligación de las bodegas de firmar contratos, pagar a 30 días y respetar los precios de coste, de acuerdo con la normativa en vigor. Desde COAG, Joaquín Vizcaíno, apunta la necesidad de controles serios sobre los máximos rendimientos por hectárea, 18.000 kilos para las uvas tintas y de 20.000 para las blancas, y reclama más actividad de la Agencia para la Información y el Control de la Cadena Alimentaria.