Abengoa amplia el plazo de negociación con los acreedores de su nuevo plan de salvación hasta el 14 de julio

El grupo comunica a la CNMV que presentará las cuentas anuales "lo antes posible"

Planta solar de Abengoa en la provincia de Sevilla.alejandro ruesga

Abengoa se vio abocada a pedir a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) una ampliación del plazo para presentar las cuentas del ejercicio pasado, que terminaba este martes. El consejo de administración de la empresa decidió, paralelamente, ampliar hasta el 14 de julio el plazo de negociación del plan de reestructuración con la banca acreedora, según un hecho relevante presentado ante el regulador.

El consejo del grupo, que celebró una reunión extraordinaria la tarde de este martes...

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Abengoa se vio abocada a pedir a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) una ampliación del plazo para presentar las cuentas del ejercicio pasado, que terminaba este martes. El consejo de administración de la empresa decidió, paralelamente, ampliar hasta el 14 de julio el plazo de negociación del plan de reestructuración con la banca acreedora, según un hecho relevante presentado ante el regulador.

El consejo del grupo, que celebró una reunión extraordinaria la tarde de este martes, aseguró en el hecho relevante que formulará las cuentas correspondientes al ejercicio de 2019 cuando se pueda “evaluar con una mayor certidumbre el resultado de las medidas propuestas para su rescate”.

El plazo es “razonable para que se puedan despejar las incertidumbres y a la vista de la situación de liquidez”, así como establecer “un plazo máximo hasta el próximo 14 de julio” para convencer a la banca acreedora y al Gobierno de los términos del plan. Según el hecho relevante entregado a la CNMV, llegada la fecha citada, “de no haberse concretado con grado suficiente la probabilidad de éxito de las actuaciones previstas, adoptará las medidas que legalmente procedan”.

La propuesta consiste en una nueva financiación a cinco años por 250 millones de instituciones financieras, respaldadas por la garantía del ICO, así como una línea de avales por 300 millones adicionales de los bancos, cubiertos por la garantía Cesce. En total, 550 millones. Además, plantea a los bancos acreedores (Santander, Bankia, CaixaBank, Crédit Agricole, BBVA y Bankinter) la modificación de algunas condiciones de la deuda, lo que implica quitas y capitalizaciones de la misma.

Esta se ha convertido en la clave que tiene empantanadas las negociaciones, según fuentes del entorno del grupo. En ese sentido, el Santander ha puesto muchos impedimentos. El banco cántabro y casi todas las entidades son ya accionistas de la empresa. El Santander es el principal con un 2,84%, seguido de la firma estadounidense Charles Schwab (1,6%), CaixaBank (0,34%), Bankia (0,3%) y el Estado y BBVA con una participación cada uno del 0,29%.

Adicionalmente propone a los proveedores, a los que adeuda 1.200 millones, el cobro de los laudos internacionales pendientes, entre otros, con España, al que reclama 1.182 millones por la retribución de las primas de las renovables. La negociación se produce bajo el peso de una deuda financiera de cerca de 6.000 millones y un patrimonio negativo por valor de 388 millones por el que, formalmente, ya se encuentra en causa de disolución.

Las fuentes consultadas sostienen que los obstáculos son difíciles de superar pese a las presiones que están recibiendo desde diversos frentes políticos y empresariales. Uno de ellos ha sido el anuncio por parte del presidente del grupo, Gonzalo Urquijo, de que no podría hacer frente al pago de la totalidad de la nómina de este mes. Abengoa cuenta con una plantilla de 14.000 personas, unos 2.500 en España

Según el grupo de ingeniería, que el año pasado perdió 517 millones de euros, la nueva situación se sustenta en el impacto de los efectos económicos causados por la crisis sanitaria, unido a la evolución de la compañía en 2019 y el retraso de la venta de ciertos activos y otras monetizaciones previstas, que han obligado a cambiar sus expectativas.

Esta es la tercera situación crítica a la que se enfrenta la compañía, que superó dos reestructuraciones tras el estallido de la crisis en 2015. Abengoa pudo reforzar su estructura de capital y centrarse en la ingeniería para terceros. Desde 2017, la compañía ha cerrado nuevos contratos por más de 4.000 millones y ha ejecutado 3.600 millones, con una cartera a cierre de 2019 de 1.514 millones.

Acuerdo en México 

Mientras tanto, el grupo ha recibido un alivio al obtener, por parte del Juzgado Sexto de Distrito en Materia Civil de la Ciudad de México, la aprobación a la modificación del convenio concursal que suscribió en 2018 para su filial. Esta modificación, aprobada por sus acreedores en 2019, ha implicado la reestructuración de la deuda de Abengoa México y la puesta en marcha de un plan de negocios actualizado que suponen un nuevo punto de partida en el país azteca.

La sentencia, emitida esta semana, permite la reestructuración del pasivo de la compañía, que ascendía a 155 millones de euros (más de 4.000 millones de pesos). El acuerdo, que busca a su vez la mayor recuperación posible para los acreedores, implica que la deuda remanente será amortizada a través de un mecanismo de repago, vigente durante los próximos nueve años.

México, donde Abengoa tiene operaciones desde hace casi 40 años, continúa siendo uno de los países estratégicos para la compañía, por lo que esta aprobación y consecuente reestructuración suponen un importante punto de partida para el reimpulso de Abengoa en el país y la puesta en marcha del plan de negocios, según la empresa.

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