La banca reclama a los supervisores que las entidades sin problemas puedan pagar dividendos
La patronal AEB afirma que no es justo estigmatizar al sector financiero con prohibiciones generales porque la situación entre las entidades es diferente
La banca ha decidido elevar el tono de las quejas y transmitir a la opinión pública que se siente mal tratada por las autoridades y supervisores europeos sobre un tema clave: la prohibición de pagar dividendos, algo que se está debatiendo para octubre de 2020 por la pandemia. José María Roldán, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), ha reclamado este jueves que se acabe “el café para todos” en esta cuestión que es clave para la evolución de las cotizaciones de las entidades.
“No todos los bancos están en las...
La banca ha decidido elevar el tono de las quejas y transmitir a la opinión pública que se siente mal tratada por las autoridades y supervisores europeos sobre un tema clave: la prohibición de pagar dividendos, algo que se está debatiendo para octubre de 2020 por la pandemia. José María Roldán, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), ha reclamado este jueves que se acabe “el café para todos” en esta cuestión que es clave para la evolución de las cotizaciones de las entidades.
“No todos los bancos están en las mismas circunstancias por lo que no tiene sentido tomar medidas paneuropeas sobre el pago de los dividendos. Nadie mejor que los supervisores para poder discriminar y saber qué banco tiene problemas de rentabilidad o de resultados y obligarles a tomar medidas, pero no nos gusta que se obligue a asumir decisiones generales. No es justo que se nos estigmatice como industria porque se dificulta la recuperación de la confianza de los accionistas al decir que no se va a retribuir el riesgo que supone la inversión en acciones bancarias. La banca española siempre ha sido bastante razonable, no creo que haga falta seguir metiendo presión extraordinaria, ya que la situación a la que se enfrentan ya es muy compleja", ha añadido.
La AEB, que representa a entidades de gran peso, como el Santander, BBVA, el Sabadell o Bankinter, ha lanzado este mensaje después de la celebración de su Asamblea Anual. En una rueda de prensa telemática, Roldán, que fue antes Director General de Regulación del Banco de España, ha recordado que los bancos "ya renunciaron al último pago del dividendo de 2019 de manera voluntaria. Nadie mejor que cada entidad conoce sus necesidades y lo que es más adecuado para su futuro. De aquí en adelante, me parece que se debe dejar libertad de decidir cuándo pagan y cuándo no. No todos tienen que someterse a la misma norma”.
A la cola de la UE en capital
Estas declaraciones llegan después de que esta misma semana se publicara que el BCE estaba estudiando reclamar a las entidades que anularan el dividendo todo 2020 para reforzar su capital y así poder elevar los préstamos. La decisión del BCE de prohibir los dividendos, los bonus de los directivos y la recompra de acciones, llegó después de que se liberalizara capital que estaba restringido para su utilización en las crisis y de que se flexibilizaran medidas para que los bancos no tuvieran que elevar los ratios de morosidad y las provisiones por los primeros impagos ocasionados por la pandemia.
Según los últimos datos de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), la banca española está a la cola de los bancos europeos en capital, un asunto relacionado con el reparto de dividendos. Roldán ha restado importancia a esta cuestión porque ha considerado que la normativa europea de los activos ponderados por riesgo penaliza los recursos propios de los bancos españoles. El presidente de la AEB ha destacado que la banca ahora tiene más capital que en la Gran Recesión de 2008.
Preguntado por una valoración de las medidas que ha implantado el Ejecutivo, el presidente de la Asociación Española de Banca abogó por creer que con la disposición de 100.000 millones sería suficiente, sino que se debería tener “una mentalidad abierta” y “estar muy atentos a lo que hacen otros países” por si hubiera que establecer “modificaciones” al programa de avales del ICO o adoptar otras soluciones como la puesta en marcha de tramos de deuda o inyectar capital para ayudar a las empresas.
Roldán resaltó que España “ha sido el país más eficiente en poner en marcha esta medida” en Europa sin ser la de mayor volumen, hasta el punto de haber otorgado 509.011 operaciones a empresas y autónomos que han permitido movilizar 63.144 millones en financiación.
Este éxito lo atribuyó a la agilidad con que se ha puesto en marcha con la colaboración de la banca, algo vital cuando “se está hablando de empresas con problemas de liquidez” donde actuar rápido es clave para evitar un agravamiento de sus problemas y de poco les serviría que la hucha de avales sea superior si no se llega a tiempo.
“¿Reputación? Sin la banca la crisis hubiera sido más dura”
“Lo más importante en estos momentos es no cometer errores más que poner en marcha medidas”, estimó, pero consideró que a la vuelta del verano habría que analizar qué nuevas medidas se pueden implantar. Y preguntado por la mejora de la reputación bancaria, comentó que la crisis hubiera sido mucho más profunda y duradera si los bancos no hubieran sido capaces de proveer de mucha liquidez en poco tiempo a los clientes. “Ahora me pregunto dónde está la banca en la sombra y cómo está apoyando a los ciudadanos”, añadió en referencia a las instituciones que no son entidades de depósito, pero que compiten con la banca.
En cuanto a las fusiones, Roldán no las descartó en España, ni entre bancos europeos, como respuesta a la baja rentabilidad del sector. La rentabilidad sobre recursos propios (ROE) de los bancos de la AEB se ha desplomado hasta el 5,8% y el presidente admitió que ya será muy difícil su recuperación ante la actual crisis provocada por la pandemia.
Lo medida que no ve Roldán es la creación de un ‘banco malo’ al estilo de la Sareb española para el conjunto de Europa como se baraja para aliviar a las entidades financieras de los activos que puedan acabar encajando por la crisis. “Es un instrumento de gestión de crisis sistémicas. No tenemos ni en España ni en Europa una crisis sistémica. Es quizá un poco prematuro hablar de ese sistema”, explicó, reconociendo que pueden resultar útil bajo dicho escenario.
Por otro lado, recordó que plantea un problema y es el relativo a qué precio se transfieren los activos al vehículo y que no puede ser al valor contable al que las entidades puedan llegar a anotárselos. Los precios “debe aproximarse al del mercado para que no se produzca un ‘bail out’ -ayuda- por parte de los contribuyentes”, advirtió.
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