Lagarde descarta las previsiones más optimistas y anticipa una caída del PIB europeo de al menos el 8%

La presidenta del BCE cree que, en el peor escenario, el desplome podría alcanzar este año el 12%

Christine Lagarde, presidenta del BCE

Cada semana que pasa, el panorama se ensombrece un poco más. Si hace menos de un mes el Banco Central Europeo (BCE) anticipaba para este año una contracción de la economía en la eurozona de entre el 5% y el 12%, las cosas ahora parecen inclinarse por el lado más feo de la balanza. Christine Lagarde, presidenta del BCE, acaba de desechar los escenarios más optim...

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Cada semana que pasa, el panorama se ensombrece un poco más. Si hace menos de un mes el Banco Central Europeo (BCE) anticipaba para este año una contracción de la economía en la eurozona de entre el 5% y el 12%, las cosas ahora parecen inclinarse por el lado más feo de la balanza. Christine Lagarde, presidenta del BCE, acaba de desechar los escenarios más optimistas —dentro de lo que cabe— y apunta ya a que la caída superará el 8%, hasta el 12%. “Creo que el escenario suave, de una caída del 5% ya está anticuado”, dijo en un acto en el que respondía a preguntas lanzadas por jóvenes europeos.

De lo que no hay duda ya es que la crisis del coronavirus ha empujado a Europa a su mayor crisis desde la Segunda Guerra Mundial. El BCE actualizará sus previsiones de crecimiento en la reunión del Consejo de Gobierno que tendrá lugar la próxima semana. “Tendremos una idea más ajustada en unos pocos días, cuando publiquemos nuestros números. Pero es probable que nos encontremos entre el escenario medio y el más severo”, dijo Lagarde.

El escenario intermedio del organismo —con una caída del PIB este año del 8% y una recuperación del 5% el próximo— se basaba en la previsión de un confinamiento estricto que acabara en mayo, y con medidas de contención durante un periodo de tiempo superior. El más pesimista —que pronosticaba una contracción de la economía del 12% en 2020 y un repunte del 4% en 2021— incluía un confinamiento que se alargaba hasta junio al que le seguirían medidas estrictas de contención. Por ahora, estos pronósticos tan pesimistas no se han cumplido.

Lagarde ha ido ensombreciendo su discurso a lo largo de estos meses. Ella fue la que a principios de marzo, cuando la recesión parecía acercarse pero aún era tan solo una posibilidad, alertó a los líderes europeos contra el riesgo de complacencia y les dijo que, sin una respuesta contundente y unitaria, la pandemia podía provocar una crisis como la de 2008. Ya a finales de abril, avisó de que la tormenta que se avecinaba sobre la economía europea no tenía precedentes en tiempos de paz, y estimó que la caída del PIB podía rondar el 5% y el 12%. Y ahora acota ese margen a la franja más elevada.

Al mismo tiempo, Lagarde ha ido mostrando su alegría por las respuestas cada vez más contundentes de los líderes europeos. Ya aplaudió la propuesta francoalemana de un plan de 500.000 millones de euros en ayudas a fondo perdido. Y ayer también reaccionó a la propuesta lanzada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Me alienta ver esta respuesta común europea a las dificultades económicas consecuencia de la pandemia del coronavirus”, escribió en Twitter.

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