“México no puede tener un programa de estímulo fiscal del tamaño de Alemania o Canadá”
El secretario de Hacienda mexicano asegura, en conversación con EL PAÍS, que la economía nacional comenzará a reactivarse el 17 de mayo
México se encuentra inmerso ya en la fase más crítica de la pandemia, con 1.434 muertos y más de 15.500 contagiados reportados hasta este lunes, cifras que no van a dejar de crecer en las próximas semanas. Como en todo el mundo, el país otea el fin del aislamiento como la reapertura de la actividad económica. A diferencia de muchas de las grandes economías, México no ha optado por un confinamiento obligatorio y la actividad económica...
México se encuentra inmerso ya en la fase más crítica de la pandemia, con 1.434 muertos y más de 15.500 contagiados reportados hasta este lunes, cifras que no van a dejar de crecer en las próximas semanas. Como en todo el mundo, el país otea el fin del aislamiento como la reapertura de la actividad económica. A diferencia de muchas de las grandes economías, México no ha optado por un confinamiento obligatorio y la actividad económica, tras un decreto, se ha paralizado gradualmente. La misma forma, advierte Arturo Herrera (53 años, Actopan, Hidalgo), en que se tendrá que reabrir.
El secretario de Hacienda se muestra muy cauto y cubre su discurso de condicionales, pero asegura que los planes del Gobierno se mantienen, esto es, comenzar a reabrir la economía el 17 de mayo en los lugares donde menos se ha sentido la pandemia, y en los principales focos de contagio, a partir del 1 de junio.
Mientras la economía mexicana se descompone a pasos agigantados y el plan de rescate del Gobierno ha sido criticado, Herrera defiende que la reacción del Gobierno en las últimas semanas ha sido contundente y hace énfasis en que la respuesta de México no puede ser similar a la de algunos países europeos, Estados Unidos o Canadá. Incluso que algunas de las acciones no van a ser expuestas con luz y taquígrafos, en un país que acostumbra a tener a su presidente frente a los focos todos los días a las siete de la mañana. Unas horas antes de recibir, este lunes, a EL PAÍS, Andrés Manuel López Obrador se ha vuelto a enfrentar con los grandes empresarios de México por el acuerdo firmado con una parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Herrera resta importancia al encontronazo y asegura que, después de las dos reuniones que ha tenido con el mandatario, todo se ha aclarado.
Pregunta. El presidente insiste casi a diario en que la economía se va a reactivar, pero todas las perspectivas son desoladoras. ¿Cuál es el peor escenario que contempla?
Respuesta. Las dos cosas no son inconsistentes, en todo el mundo la economía se está cayendo, pero en una gran mayoría de países están esperando un rebote en forma de V, lo cual dice que la economía se va a recuperar. ¿De qué va a depender? Enfrentamos una disyuntiva compleja. La prioridad es el tema de salud y para que sea más exitoso, más lento tiene que ser el contagio. Eso va aparejado uno a uno con un periodo de aislamiento más largo y por lo tanto, un cierre de la economía más largo. La apertura del país va a tener que ser gradual. Tenemos una variable adicional con la que vamos a tener que jugar. Nuestra economía tiene una correlación y un nivel de complementariedad con la de Estados Unidos altísima y la pandemia no dio en los mismos tiempos. Al haber dado antes en Estados Unidos, se presupone que se abrirá antes. Vamos a tener que encontrar algún mecanismo para que las empresas que están del lado mexicano, que están conectadas a la cadena de valor de Estados Unidos, puedan incorporarse antes.
P. Pero, ¿hasta dónde calculan que puede llegar la caída?
R. Vamos a tener que esperar, tenemos que ser muy cuidadosos. Tenemos el plan a, el plan b y el plan c y en gran medida van a depender de cuándo vamos a abrir la economía. Cuando vemos en retrospectiva la evolución de la pandemia, hay una decisión clave, con la que los que no estábamos en el sector salud no estábamos necesariamente de acuerdo. El cierre de las escuelas se tenía que haber anunciado la segunda semana de abril, que coincidía con Semana Santa. Eso llevó a anunciarlo con anticipación y permitió que el aislamiento y el despliegue de la pandemia haya sido más suave. Esto ha permitido que hasta hoy, y no podemos cantar victoria, nos sentimos relativamente cómodos con la trayectoria de la pandemia, porque nos haría pensar que los primeros días de junio podemos reabrir la economía. ¿Cuál va a ser el impacto? Las cifras del primer trimestre, que saldrán ahora, no están mal. El impacto va a ser en el segundo trimestre, por las cifras de abril y mayo
P. Este domingo el BID y la patronal mexicana más importante se aliaron para abrir una línea de crédito de 12.000 millones de dólares. El comunicado hablaba de que tenía el respaldo de la Secretaría de Hacienda. Este lunes el presidente ha dicho que no le ha gustado “el modito” en que se pusieron de acuerdo. ¿Usted les dio el respaldo sin comunicárselo al presidente?
R. Ni siquiera es necesario. Es una línea de crédito aprobada hace dos años, esta es la segunda fase. Yo creo que ha sido una confusión. Ante este tipo de organismos internacionales tenemos un doble rol, somos los gobernadores los accionistas, pero ante los programas, somos destinatarios. Estos organismos, hace décadas, se dieron cuenta de que en países en desarrollo los mercados no necesariamente estaban funcionando de forma óptima y tenía que haber un mecanismo que prestara directamente al sector privado, que es el BID Invest.
P. ¿La confusión entonces cuál es?
R. Viene de BID y de BID Invest.
P. ¿Pero es del presidente o de los empresarios?
R. Yo creo que de la forma en que se realizó la pregunta al presidente.
P. También las declaraciones se pueden interpretar como una advertencia a los empresarios y a usted. ¿Se siente desautorizado?
R. No, de hecho hace algunos días tuvimos una reunión, en la que hablamos de las posibles fuentes de financiación al sector privado y se habló de estos mecanismos y no tuvo ninguna objeción. Al contrario, nos dijo que lo facilitáramos en la medida de lo posible.
P. Si estos créditos ya estaban y son unos entre muchos que dan, ¿por qué le molestó tanto al presidente?
R. Porque él no sabía que eran unos de los muchos que están. Tenemos esos, tenemos otros con el Banco Mundial, tenemos con la CAF (banco de desarrollo), la semana pasada colocamos 6.000 millones de dólares a través de tres emisiones. A menos que haya algo muy especial, como la operación que hicimos en septiembre de Pemex, alguna cosa así, en realidad ni siquiera lo molestamos con eso.
P. ¿Cómo está viviendo el enfrentamiento entre los grandes empresarios y el presidente?
R. Uno de los roles que tenemos es servir como puentes y estar escuchando permanentemente a todos los actores de la economía. Yo debo hablar con los liderazgos de la patronal todas las semanas, varias veces. Y con los del sector financiero, que además nosotros regulamos, varias veces a la semana. Ahora, hay temas que son de estilo, porque si bien se airean de manera muy abierta las diferencias entre la cúpula empresarial con el presidente, lo cierto es que hace 10 días debió haber tenido seis o siete reuniones con ellos.
P. ¿Qué se necesita aún que no se esté haciendo?
R. Son extraordinariamente importantes las medidas del Banco de México, para dar mayor liquidez y garantía a los instrumentos tradicionales. Nosotros no tenemos hoy los márgenes de maniobra para tener un programa de estímulo fiscal del calado de los que se hicieron en España, Canadá, Alemania o Estados Unidos. Alemania o Estados Unidos tienen tasas negativas. Canadá tiene una tasa de 0,25. Nuestra tasa de referencia es de 6%, 24 veces más alta que la de ellos. Tenemos que ser muy cuidadosos en lo que podemos hacer con los recursos presupuestarios y esa es la razón por la que barremos los recursos de los fideicomisos, estamos buscando en cada espacio que tenemos.
P. Todo el mundo está de acuerdo en que se necesitan medidas de gasto contracíclicas. ¿Por qué el gobierno no está en el consenso universal?
R. Yo creo que está usando un lenguaje distinto pero no hay otra forma de decir lo mismo con respecto a un programa de 25.000 millones de pesos (1.000 millones de dólares) de créditos para el sector informal, otros 25.000 millones de pesos de créditos para el sector formal y otros 50.000 millones (2.000 millones de dólares) para la rehabilitación de 50 ciudades. El timing no tiene otra razón de ser si no es con un plan de estímulo fiscal.
P. ¿Qué porcentaje del PIB suponen estas medidas?
R. Entre un 1,5% y un 2% del PIB, que para un país como México es altísimo. Nosotros solo recaudamos el 13% del PIB y el resto de los ingresos eran petroleros, y cuando digo eran, es porque los pecios están en otras. Una de las lecciones más importantes del 2009 tiene que ver con que lo más importante no es el tamaño del estímulo, sino la capacidad de desplegarlo muy rápidamente y esa es la apuesta en la que estamos trabajando.
P. Están dando apoyos a personas de la tercera edad, a jóvenes con becas, programas como Sembrando Vida. ¿Cuál de todos esos programas está destinado al 56% de la economía que son una población activa e informal, para la cual no hay un canal para darles un apoyo?
R. El programa de jóvenes claramente va para eso. Estaba pensado como un programa de entrenamiento, para que después de que se terminara su periodo se incorporaran a la economía, una economía que hoy está cerrada. Ese programa tiene una ampliación de dos o tres meses que básicamente está aterrizando como una especie de transferencia no muy distinta de lo que se está viendo en otros países. Por ejemplo, en Alemania y en Estados Unidos, en donde se está pagando una parte del salario. Entonces, a través de un mecanismo que ya existía, estamos operándolo de manera muy similar.
P. ¿Qué pasa con la población que no son jóvenes, que no son aprendices, pero que son parte de la economía informal?
R. Vas a tener un millón de créditos para personas que están en el sector informal y luego vas a tener otro millón de créditos para personas que están en el sector formal. Si dividieras a la población en tres estratos por edad, tú tienes un estrato de personas que probablemente ya se retiraron y esos son los adultos mayores y a esos se les están dando recursos. Luego tienes lo que apenas están por entrar al mercado laboral donde se encuentran estos jóvenes y están siendo atendidos a través de este mecanismo. Y los otros, y fundamentalmente los que están en el sector informal son los que van a recibir este tipo de apoyos.
P. Sobre los dos millones de empleos que se incluyeron el Diario Oficial, casi por decreto, ¿podría dar el desglose de cómo se van a generar?
R. Tienen tres vertientes. Una, los que tienen que ver con los créditos, específicamente, que son créditos para empresas que hoy dejaron de funcionar o están atoradas. Hay unas más que vienen, sobre todo de los proyectos de infraestructura, en particular los que son absolutamente nuevos, son los que tienen que ver con la Sedatu, en donde se van a invertir 50.000 millones de pesos en los proyectos de las 50 ciudades. Y los otros tienen que ver con la aceleración de proyectos de infraestructura que ya estaban planeados.
P. ¿Y son empleos como los define la Organización Internacional del Trabajo, con todas las garantías sociales, por encima del salario mínimo?
R. Sí, pero pueden ser eventuales, también. Todos los empleos que se crean en el sector construcción por definición son eventuales. Cuando termina esa obra, termina la relación contractual.
P. Países como Perú y Colombia, tienen paquetes de estímulo económico más grandes. Son economías más pequeñas que la de México. Costa Rica ya sacó un plan de reapertura gradual. ¿Está usted satisfecho con la aceleración del plan que llevan a cabo y con el tamaño o considera que México necesita más?
R. Eso es algo que vamos a tener que observar. Pero sobre todo lo vamos a tener que observar a partir de algo muy puntual, y eso es algo en que yo he insistido de primero: si la parte de salud sale bien. Si la parte de salud sale bien, hay algunos Estados que pueden abrir el 17 de mayo y habrá otros estados que pueden abrir el 1 de junio.
P. ¿A qué se refiere con "si sale bien"?
R. Bueno, una cosa en la que yo he insistido siempre es que los modelos que nosotros estamos haciendo por el lado de la economía y los apoyos son un espejo del modelo epidemiológico. O sea, yo para saber cuál va a ser el impacto en la economía tengo que tener a priori una idea de cuánto tiempo va a estar cerrada la economía y eso lo determina el modelo epidemiológico no lo determinamos nosotros. Hoy ese modelo epidemiológico dice que se puede empezar a abrir parte del país el 17 de mayo y el resto, las tres zonas metropolitanas más relevantes. Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey más tres focos que hubo por el contacto con la economía de Estados Unidos, uno en Tijuana, uno en Cancún y la zona metropolitana de Puebla son las que estarían abriendo el 1 de junio. Pero eso depende de que la pandemia se comporte como lo ha estado prediciendo. Que lo ha estado prediciendo bien, hasta hoy.
P. ¿Cómo es posible que la economía se vaya a reabrir casi pegado al momento del pico de la pandemia?
R. Porque este país es muy grande y hay un rezago de hasta siete semanas entre lo que está pasando en unas entidades y otras. De hecho hay entidades en las que no ha pasado.
P. ¿Pero puede ir en paralelo el pico de la pandemia y la reapertura económica?
R. En las entidades en donde no ha dado, sí. Lo que esperan los epidemiólogos es que una vez que empecemos a pasar a la otra parte, se van a empezar a dar esta inmunidad de rebaño donde hay un porcentaje ya muy alto de la población que le dio, incluso muchos sin que se den. Lo que mata a la pandemia no es que se están evitando los contagios sino que ya se dieron suficientes contagios en un monto tan alto que ya no hay forma de pasarlos porque ya les dio.