¡Me los quitan de las manos!

Subvenciones, bonificaciones, exención de determinados impuestos… Las distintas Administraciones ofrecen múltiples ventajas a la hora de comprar, matricular y mantener un coche eléctrico.

Siempre hay un plan que lo cambia todo y, en el caso de los automóviles, ese fue el Plan Pive. Un nombre tan cercano y coloquial tuvo varias ediciones destinadas a que el avejentado parque automovilístico español se renovara en busca de la eficiencia (Pive son las siglas de Programa de Incentivos al Vehículo eficiente). Su éxito fue considerable: los 1.115 millones de euros con los que estaba dotado se agotaron a los cuatro años, en 2016.

Este plan se inscribió dentro del compromiso de España con la Unión Europea para, en 10 años y desde 2010, reducir sus emisiones de CO2, im...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Siempre hay un plan que lo cambia todo y, en el caso de los automóviles, ese fue el Plan Pive. Un nombre tan cercano y coloquial tuvo varias ediciones destinadas a que el avejentado parque automovilístico español se renovara en busca de la eficiencia (Pive son las siglas de Programa de Incentivos al Vehículo eficiente). Su éxito fue considerable: los 1.115 millones de euros con los que estaba dotado se agotaron a los cuatro años, en 2016.

Este plan se inscribió dentro del compromiso de España con la Unión Europea para, en 10 años y desde 2010, reducir sus emisiones de CO2, impulsar el consumo de energías renovables e incrementar la eficiencia energética. Por eso, las ayudas a la compra de automóviles se replanteó hacia, entre otros, los híbridos y los eléctricos. En 2016 se dijo adiós al Pive y, desde entonces, han llegado Movea, Movalt y VEA, el más reciente y aún sin fecha clara de puesta en marcha. Todos ellos con un presupuesto doble: por un lado, para los propios vehículos y, por otro, para la infraestructura de recarga necesaria.

Veinte millones de euros en 24 horas

El primero de ellos, el Movea (Plan de Impulso a la Movilidad con Vehículos de Energías Alternativas), se estrenó en 2016, pero tuvo su réplica en 2017 con 16,6 millones de euros destinados tanto a particulares como empresas. En el caso de los vehículos eléctricos e híbridos enchufables, las ayudas fueron de entre 1.100 y 15.000 euros (cifras que dependieron también del tipo de vehículo: coche, motocicleta, autobús…). El resultado fue que las ventas de coches eléctricos se dispararon un 183%.

El Plan Movalt (Plan de Apoyo a la Movilidad Alternativa) llegó con una asignación de 20 millones de euros para la compra de vehículos y 15 para la instalación de infraestructura de recarga. El plazo de solicitud se abrió el 13 de diciembre de 2017… y solo 24 horas después la dotación presupuestaria ya estaba agotada.

El último en llegar es el Plan VEA (Vehículos de Energías Alternativas), y se inscribe dentro de una dotación económica de 66,6 millones de euros aprobada en los últimos Presupuestos Generales del Estado: 50 millones para la infraestructura de recarga y 16,6 millones (igual que el Plan Movea) para la compra de vehículos. El problema en este caso viene de su puesta en marcha: aunque prevista para 2018, se ha dilatado, y se especula con que podría ser una realidad en el primer trimestre de 2019.

Matriculación, circulación y seguro

¿Qué ocurre con los impuestos? Francisco Juan Castelló, responsable de Cobros y Facturación en Baleares de Endesa, se libra del de matriculación desde hace años, cuando adquirió su vehículo eléctrico. La razón está en la misma esencia de este impuesto, que se calcula en función de las emisiones de CO2 y que en un eléctrico son inexistentes. Pero hay más: el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (conocido popularmente como de circulación, y que se calcula utilizando las características del motor, el tipo de combustible y su impacto ambiental) puede reducirse hasta en un 75% si se compara con la cuota básica que paga un vehículo de combustión. En este caso, este impuesto es municipal, por lo que el descuento depende de cada Ayuntamiento.

Uno de los vehículos utilizados en la II Vuelta (Eléctrica) a España, durante la etapa balear camino de Sòller.Álvaro Mora

Así, con cierta sonrisa de satisfacción, Francisco cuenta satisfecho que tampoco paga impuestos sobre los hidrocarburos, unos gravámenes que pesan sobra la gasolina y el diésel: 44% y 55% del precio de cada litro, respectivamente. Además, nuestro conductor en esta novena etapa de la II Vuelta (Eléctrica) a España, explica que el primer año su aseguradora le hizo una gran oferta: 112 euros por un seguro a todo riesgo.

Sòller, tierra de cítricos

Entre descuentos y exenciones, la etapa discurre por tierras de la isla de Mallorca, con inicio en Palma y final en Sòller. Tras dejar la capital, observamos cómo la llanura recta da paso a una carretera repleta de curvas y de vistas al mar: la Serra de Tramontana da la bienvenida a nuestra caravana de Kias. Circular con un coche eléctrico en un entorno tan natural crea un vínculo imposible de experimentar al volante de un coche de combustión: “Hasta que no lo pruebas, no lo sabes. Y luego no quieres volver al coche normal”, comenta Francisco.

Tras descender la sierra, llegamos a la finca Sa Vinyassa (en Sòller), enclavada en una zona eminentemente famosa por sus cultivos de naranjos. El microclima de este valle, diferente al del resto de la isla, le confiere unas cualidades muy especiales para esta fruta. Es aquí donde Joan Puigserver y Sebastiana Massanet han dado forma a Ecovinyassa, un proyecto para producir cítricos de cultivo ecológico. El lugar, además de su inmensa variedad de cítricos y visitable, actúa también como reserva genética de limoneros y naranjos.

Entre estos árboles y con un paisaje que complica la despedida, nos preparamos para volver a Madrid. La ciudad será la última etapa de la vuelta eléctrica al país.

Esta noticia, patrocinada por Endesa, ha sido elaborada por un colaborador de EL PAÍS.

Archivado En