BANCA PREFERENTES

Caja Madrid considera que el test para vender preferentes era "potente y por encima de la media"

Un grupo de personas protesta a las puertas de una oficina de Bankia, en la madrileña calle de Gran Vía. EFE/ArchivoEFE

El exdirector de Cumplimiento Normativo de Caja Madrid Manuel Fernández Navarro defendió en la Audiencia Nacional los test que realizaba a los clientes a los que iba a colocar participaciones preferentes porque era "sencillo, bastante potente y por encima de la media" del sector.

Fernández Navarro hizo estas afirmaciones durante su declaración el pasado 5 de marzo ante el juez Fernando Andreu, a la que ha tenido acceso Efe, en la que subrayó que el test de conveniencia de Caja Madrid se hizo en un momento "en que el regulador no había concretado la definición" ni las preguntas que debía...

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El exdirector de Cumplimiento Normativo de Caja Madrid Manuel Fernández Navarro defendió en la Audiencia Nacional los test que realizaba a los clientes a los que iba a colocar participaciones preferentes porque era "sencillo, bastante potente y por encima de la media" del sector.

Fernández Navarro hizo estas afirmaciones durante su declaración el pasado 5 de marzo ante el juez Fernando Andreu, a la que ha tenido acceso Efe, en la que subrayó que el test de conveniencia de Caja Madrid se hizo en un momento "en que el regulador no había concretado la definición" ni las preguntas que debía contener.

Así, explicó que "ante esa ausencia de concreción" por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se "hicieron diversos estudios a nivel sectorial con el asesoramiento de grandes firmas" y se "consultó incluso" con el regulador algunos aspectos.

"En Caja Madrid teníamos un test bastante potente, por encima de la media que había en el sector", defendió antes de precisar que "estaba integrado en los sistemas informáticos" de la entidad, "con lo cual no era manipulable".

Además, "era sencillo", preguntaba "si el cliente conocía los mercados, los productos de renta fija, donde estaba enmarcado este producto, si conocía esa pregunta y si sabía los riesgos asociados", y previamente a su realización, "se le había entregado un resumen del folleto que contenía la descripción de hasta 10 riesgos en su primera página".

Explicó que las preferentes fueron inicialmente clasificadas por la CNMV como productos de renta fija, y que aún así Caja Madrid las destinó a inversores con perfil moderado y dinámico, con un riesgo superior.

Por ello, recalcó que "el test reunía los estándares del sector" e incluso "estaba un poco por encima" de los del resto de entidades, abarcando "las preguntas más importantes".

Según manifestó, para su elaboración se creó un grupo de trabajo en el que participaron desde el departamento de comercial y Marketing hasta Negocio, Sistemas, Finanzas o Asesoría Jurídica, y agregó que dado que la CNMV "no dictó una guía hasta un año después" de que se emitieran las preferentes, en mayo de 2009, no fue hasta entonces cuando se incorporaron sus recomendaciones.

Andreu le preguntó por los parámetros para su cumplimentación y si se permitía a los clientes llevarse la documentación para leerla "con calma", a lo que el exdirectivo respondió que se recordó a las oficinas, "aunque debían ya saberlo", el funcionamiento de los test de conveniencia.

Es decir, "cómo tenían que ir paso a paso tecleando en el ordenador, con el cliente delante se le informaba de la información contractual, entregarle el tríptico resumen con riesgos asociados" y otra documentación, declaró.

Mientras, el exdirector de Finanzas Corporativas Carlos Contreras indicó que firmó el folleto de la emisión de 2009 siguiendo las indicaciones de su superior, el entonces director de Negocio, Matías Amat.

Contreras aseguró que "obviamente" leyó el folleto "con detenimiento", prestando "particular atención al epígrafe de las condiciones y los términos de la emisión", pues había "colaborado en ese proceso", y comprobó que "coincidían efectivamente" con las órdenes que le habían transmitido.

También revisó, entre otras cuestiones, la "información financiera", aunque en ese caso "no podía verificar efectivamente la veracidad de cada uno de los datos de los epígrafes", pero "descansaba en la tranquilidad de que había sido elaborada por profesionales de la casa, que lo hacían con todo rigor".

Asimismo, relató que le habían encomendado que antes de la aprobación revisara o evaluara cuál sería un precio razonable de la emisión que pudiera ser aceptado por la CNMV, aunque luego el precio fue diferente al que había propuesto y distaba "aproximadamente, 25 o 50 puntos básicos, tampoco había una diferencia sustancial".

Por último, ese mismo día compareció el firmante del folleto informativo de la emisión de 2004, Fernando Cuesta, que admitió que invirtió en las preferentes de 2009 para venderlas un año después porque tenía que "cambiar de coche".

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