CULTURA EMPRENDER

Factoría Cultural, donde cultura y creación tienen vocación empresarial

Imagen de archivo de Rosina Gómez-Baeza. EFE/ArchivoEFE

Emprender puede ser agotador, hacerlo en el sector de la creación es una tarea hercúlea. Para hacer este proceso más llevadero nace Factoría Cultural, el primer vivero de empresas especializado en este ámbito, donde la cultura y la creación están consideradas una apuesta empresarial "con futuro".

"Queremos que este vivero se convierta en un lugar muy especial en el que todo pueda pasar (...), nuestro objetivo es apoyar a los creadores, pero también que sus proyectos encuentren la viabilidad empresarial", avanza a Efe Rosina Gómez Baeza, uno de los nombres más relevantes de la cultura y ...

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Emprender puede ser agotador, hacerlo en el sector de la creación es una tarea hercúlea. Para hacer este proceso más llevadero nace Factoría Cultural, el primer vivero de empresas especializado en este ámbito, donde la cultura y la creación están consideradas una apuesta empresarial "con futuro".

"Queremos que este vivero se convierta en un lugar muy especial en el que todo pueda pasar (...), nuestro objetivo es apoyar a los creadores, pero también que sus proyectos encuentren la viabilidad empresarial", avanza a Efe Rosina Gómez Baeza, uno de los nombres más relevantes de la cultura y la creación española que ahora se pone al frente de esta iniciativa.

Si una planta necesita agua, luz y tierra, este vivero de industrias culturales y creativas se ha propuesto aportar a todas las iniciativas formación y un espacio de trabajo y encuentro, dos cuestiones fundamentales para poder alcanzar la sostenibilidad a largo plazo, asevera la exdirectora de ARCO (1986-2006) y del centro Laboral (2005-2008).

Mientras en otras capitales europeas los viveros especializados son bastante comunes, en España, donde además "no hay cultura de empresa", este centro es pionero y, además, una iniciativa "necesaria" porque a diferencia de otros sectores "las industrias culturales y creativas otorgan prestigio a los países", reseña Gómez Baeza.

Factoría Cultural está ubicada en la Nave 1 de Matadero Madrid, un lugar excepcional de la capital centrado en la creación, en el que todos los "viveristas" admitidos cuentan con un puesto (hay disponibles hasta 118), y está previsto que reciban formación personalizada de voluntarios senior de la organización Secot, especialistas en negocio.

"Muchos de estos creadores adolecen de los conocimientos básicos empresariales y también tienen dificultad para conectarse con otros profesionales del sector", indica Gómez Baeza, que quiere convertir este espacio no solo en un lugar de trabajo, sino también "de encuentro".

¿Quién puede participar? Cualquier iniciativa empresarial inscrita en el ámbito de las Industrias Culturales y Creativas, desde la gastronomía a las artes plásticas o la música, pasando por el urbanismo y la joyería.

Hasta el momento han sido aceptados 58 proyectos de diversa procedencia: diseño, arquitectura, imagen en movimiento, vídeo, moda, editorial, artes visuales, ecología o periodismo, entre otros.

La convocatoria permanecerá abierta de forma continua para que se vayan incorporando proyectos poco a poco, aunque los primeros viveristas ya se están instalando.

El estado de desarrollo de los proyectos es muy diverso, y en Factoría Cultural reciben tres catalogaciones: preincubación, para proyectos que aún no han desarrollado su idea; incubación, para iniciativas en fase de desarrollo empresarial; y aceleración, parar empresas en activo que quieran incidir en cuestiones avanzadas, como su expansión internacional.

La formación que recibirán los residentes aborda materias relacionadas con el plan de negocio y la mercadotecnia, la propiedad intelectual, la internacionalización, el trabajo en equipo o el liderazgo, además de contar con los consejos individualizados de un mentor.

Con un compromiso mínimo de tres meses y máximo de dos años, a cambio del asesoramiento y el espacio, los emprendedores tienen que pagar una cuota mensual que ronda los 200 euros, y que varía dependiendo del número de participantes en cada grupo, aunque se ha puesto en marcha un total de 21 becas.

"Creo que hay esperanzas más que razonables de que encontremos proyectos viables, sostenibles en el tiempo. Habrá fracasos -puntualiza-, pero de ellos también se aprende".

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