Navidades sin 'chocolate'

La policía decomisa tres toneladas de hachís ocultos en dos chalés de Las Matas y Villalbilla y acaba con la red más importante de distribución de esta droga en el centro de la Península

Tomás Castillo Canalejo, un español de 67 años, se aprovechaba de su edad para intentar pasar inadvertido. Entraba, salía, se reunía con desconocidos y, en principio, no levantaba sospechas. Sin embargo, la policía comenzó a desconfiar debido a la forma de vida que llevaba y a las inhabituales medidas de seguridad que adoptaba. Las sospechas fueron ciertas. Un chalé de Las Matas y otro en Villalbilla eran los escondites que había elegido para montar una amplia red de tráfico de hachís, a través de la cual distribuía a todo el centro de la Península. Los agentes de Estupefacientes han decomisa...

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Tomás Castillo Canalejo, un español de 67 años, se aprovechaba de su edad para intentar pasar inadvertido. Entraba, salía, se reunía con desconocidos y, en principio, no levantaba sospechas. Sin embargo, la policía comenzó a desconfiar debido a la forma de vida que llevaba y a las inhabituales medidas de seguridad que adoptaba. Las sospechas fueron ciertas. Un chalé de Las Matas y otro en Villalbilla eran los escondites que había elegido para montar una amplia red de tráfico de hachís, a través de la cual distribuía a todo el centro de la Península. Los agentes de Estupefacientes han decomisado en sendos registros tres toneladas de esta droga, justo en los días previos al inicio de la Navidad, fechas en las que aumenta el consumo.

Las investigaciones comenzaron hace unos meses cuando los agentes se enteraron de que un grupo de Madrid se dedicaba a distribuir el hachís por varios puntos de la Península. Los agentes comenzaron a seguir a Tomás Castillo, hasta que lograron dar con uno de sus escondrijos. Estaba en un chalé, en el número 62 de la calle de Rufino Sánchez, en Las Matas.

Los policías vigilaron de forma disimulada esta vivienda y comprobaron que solían entrar distintas personas de forma periódica. Se quedaban un rato en su interior y, al poco, salían con alguna bolsa o algún paquete. "Siempre se dedicaban al por mayor. No vendían menos de 10 o 15 kilos", destacó ayer el comisario José Luis Conde al referirse a los traficantes.

El chalé de Las Matas constituía solo una parte de la infraestructura organización. La droga llegaba directamente de Marruecos a otra vivienda, en el número 10 de la calle del Enebro, en Villalbilla. Tras permanecer en este almacén, la organización la trasladaba a Las Matas, donde se había fijado el centro de operaciones. Hacían paquetes más pequeños que distribuían a intermediarios.

Los agentes del Grupo VII de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) entraron en sendos chalés el pasado lunes y se encontraron, dos días antes del sorteo de Navidad, con el premio gordo. Sus cálculos eran que habría en el interior de las viviendas unos 300 o 400 kilos de estupefacientes, pero cuando comenzaron a recontar la droga llegaron hasta las tres toneladas. Esto supone el mayor alijo de hachís decomisado en los últimos años en Madrid. También se ha acabado con el principal canal de distribución de esta sustancia en la zona centro, según fuentes de la UDYCO.

Cuando entraron los agentes, hallaron a dos personas que estaban en plena preparación del estupefaciente, empaquetando el hachís en envases al vacío para evitar que se deteriorara.

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La droga se guardaba en los sótanos de las viviendas, unas estancias que estaban protegidas como si de un búnker se tratara. Tenían alarma propia e independiente, entre otras medidas de seguridad. También disponían de básculas de precisión, de máquinas para contar dinero y otra máquina para envasar al vacío. Los agentes también se incautaron de 5.500 euros en efectivo, tres armas de fuego simuladas y dos machetes de grandes dimensiones, además de una moto y seis coches, entre ellos dos de lujo.

La organización estaba formada por seis personas, a cuya cabeza estaba Tomás Castillo, según la policía. Tenía como sus lugartenientes a Mario Chinarro Díaz, de 36 años, y a Francisco Javier García Guerra. Todos son de nacionalidad española, salvo una mujer de origen uruguayo. El supuesto dirigente de la banda tiene seis antecedentes policiales: cinco por tráfico de drogas y otro por robo con fuerza. Los detenidos han ingresado en prisión acusados de un delito contra la salud pública (narcotráfico).

15 millones de euros en el mercado negro

- El precio del gramo de hachís para el consumidor final es de unos cinco euros en el mercado negro. Si se multiplica la cantidad aprehendida por ese precio, el resultado es una cantidad multimillonaria: 15 millones de euros

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