Cartas al director

Un banco público

Una de las causas de la crisis económica en España es la ausencia de crédito para las empresas, no por falta de garantías, sino por la escasa liquidez de las entidades financieras provocada por su elevado endeudamiento, sus niveles de morosidad y la desconfianza mutua en el mercado interbancario, proveedor habitual de dinero en la época de barra libre.

Por otro lado, los escasos fondos disponibles son colocados por los bancos en deuda pública o letras del Tesoro, lo que no les comporta riesgo alguno, por ahora, y les da una aceptable rentabilidad. Incluso los fondos recibidos como ayuda...

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Una de las causas de la crisis económica en España es la ausencia de crédito para las empresas, no por falta de garantías, sino por la escasa liquidez de las entidades financieras provocada por su elevado endeudamiento, sus niveles de morosidad y la desconfianza mutua en el mercado interbancario, proveedor habitual de dinero en la época de barra libre.

Por otro lado, los escasos fondos disponibles son colocados por los bancos en deuda pública o letras del Tesoro, lo que no les comporta riesgo alguno, por ahora, y les da una aceptable rentabilidad. Incluso los fondos recibidos como ayuda de los organismos públicos (nacionales o internacionales) se utilizan en cierta medida para refinanciar sus propias posiciones deudoras. Es decir, los bancos y cajas de ahorro no cumplen ni de lejos con la función social básica que tienen asignada como es la concesión del crédito a las empresas, teniendo por tanto una importante cuota de responsabilidad en las cifras de desempleo, en el cierre de empresas y en el incremento del gasto público. Sin crédito no hay empresas y sin empresas no hay empleo y sin empleo no hay nada. Ni consumo, ni generación de ingresos por impuestos, ni pagos a la Seguridad Social.

Produce cierto temor el hablar de privatizar la enseñanza o la educación o los transportes. Sin embargo, el bien más básico, el dinero, está en manos de entidades privadas, los bancos. Quizás sea el momento de plantearse la creación de un banco público, con capital público, cuya única actividad fuera la concesión de créditos a empresas privadas, básicamente pymes y autónomos. Idealmente la cuenta de resultados de este banco público se mediría en puestos de trabajo, no en euros.

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