Reportaje:

Del quirófano a casa el mismo día

La cirugía mayor sin ingreso supera ya a las operaciones tradicionales en los hospitales andaluces - Salud ahorra más de 300 millones al año con este sistema

Entra en el hospital con una hernia que le molesta a cada paso y sale al cabo de ocho horas sin hernia y casi sin dolor. Es lo que consiguieron el año pasado dos de cada tres pacientes que se operaron de hernia inguinal o femoral en un hospital público andaluz. Lo que hace 20 años era una semana de hospitalización, hoy se queda para la mayoría de los pacientes en una estancia relámpago. El enfermo evita las incomodidades de estar ingresado y el Servicio Andaluz de Salud (SAS) se ahorra dinero. Mucho, si se compara lo que cuesta una operación tradicional con una realizada por cirugía mayor ambu...

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Entra en el hospital con una hernia que le molesta a cada paso y sale al cabo de ocho horas sin hernia y casi sin dolor. Es lo que consiguieron el año pasado dos de cada tres pacientes que se operaron de hernia inguinal o femoral en un hospital público andaluz. Lo que hace 20 años era una semana de hospitalización, hoy se queda para la mayoría de los pacientes en una estancia relámpago. El enfermo evita las incomodidades de estar ingresado y el Servicio Andaluz de Salud (SAS) se ahorra dinero. Mucho, si se compara lo que cuesta una operación tradicional con una realizada por cirugía mayor ambulatoria (CMA).

La cirugía mayor sin ingreso representa ya el 68% del total de intervenciones programadas que se realizan en los hospitales públicos. Hace 20 años apenas existían y hace 10, rondaban el 35%. Este incremento supone ahorrar más de 300 millones de euros al año, según los datos del SAS. Aunque el ahorro depende del tipo de intervención, Salud estima que el coste de una CMA es una tercera parte del de una operación convencional. Por ejemplo, una colecistectomía (extracción de vesícula biliar) por cirugía sin ingreso cuesta de media 989 euros (dependiendo del centro), mientras que con un procedimiento tradicional, el coste se dispara a 2.657 euros, incluyendo tres o cuatro días de hospitalización.

El coste de estas operaciones es un tercio del de las tradicionales
El incremento de estas intervenciones evita 590.000 días de ingreso anuales
El paciente evita las incomodidades y riesgos de estar hospitalizado
Más del 85% de las operaciones de cataratas se hacen ya por este método
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"Todos son ventajas", resume el doctor Juan Marín Morales, jefe de sección de cirugía del Hospital Virgen de Valme de Sevilla y responsable de la unidad de cirugía ambulatoria de El Tomillar. Aquí se hicieron en 1992 las primeras cirugías sin ingreso de Andalucía y se ha convertido en una referencia de este tipo de intervenciones. "La pregunta hace 20 años era: ¿qué paciente puede ser ambulatorio? Hoy la pregunta sería: ¿a qué paciente hay que ingresar?", resume el cirujano. La respuesta depende del tipo de intervención, pero para algunas, como las cataratas, sería "a casi ninguno". Más del 85% de las cirugías del cristalino se realizan ya sin necesidad de ingresar al paciente.

La CMA está también extendida en varices, amigdalitis y en distintas intervenciones ginecológicas o del aparato digestivo, entre otras. En total, el año pasado se realizaron en Andalucía más de 190.312 operaciones por este procedimiento (ver cuadro). Son casi 20.000 más que en 2009, pero tanto el coste medio de cada una como el coste total se han reducido considerablemente (40,7 millones de euros ha bajado el coste total) debido a algunas de las medidas de ahorro puestas en marcha en el último año (como la bajada del 5% del sueldo de los funcionarios o las centrales de compras).

El doctor Martín es un convencido de que la sostenibilidad de la actividad quirúrgica pasa por las intervenciones sin ingreso. "La tendencia va hacia cerrar camas porque son muy caras. Y para mantener en estas circunstancias la actividad quirúrgica es necesaria la CMA", afirma. La Consejería de Salud sostiene de hecho que gran parte del descenso de actividad hospitalaria (y por tanto de camas instaladas) del que se han quejado en los últimos años algunos sindicatos se debe también a esta cirugía.

Aunque las ventajas económicas para los responsables del SAS son muchas, el doctor Martín asegura que aún son más las ventajas para los profesionales médicos y, sobre todo, para el enfermo. "Permite un rápido retorno a la vida familiar, poca alteración de su ritmo cotidiano y previene los riesgos que supone toda hospitalización, entre ellos adquirir una infección nosocomial". En las unidades específicas de CMA se suma también la ventaja de un ambiente "mucho menos dramático" del que a veces se respira en un hospital.

El incremento de estas operaciones sería imposible sin las innovaciones tecnológicas que permiten intervenciones menos invasivas que hace muy pocos años. Por ejemplo, la laparoscopia, esa microcámara que apenas requiere unas pequeñas incisiones y que se usa ya hoy de forma habitual en decenas de cirugías. Para María González, una vecina de Sevilla de 82 años, poco tiene que ver la extirpación de vesícula a la que se sometió en septiembre con la que recuerda que sufrió su madre hace tres décadas. "Yo no sé el tiempo que se pasó en el hospital, pero por lo menos una semana".

A María le citaron un día a las 8.00 y estaba en su casa a la hora de la merienda. Como vive sola, su hija se comprometió con los médicos a acogerla para estar pendiente de ella los primeros días. Es una de las pocas condiciones que deben cumplir los pacientes para someterse a una intervención sin ingreso. "Tiene que haber un adulto responsable al tanto por si surgiera alguna complicación, aunque raramente surge", apunta el doctor Martín.

Con la tecnología actual, que se hagan más o menos CMA es, sobre todo, una cuestión de organización. Por eso la tasa varía mucho de un centro a otro y de una comunidad autónoma a otra. Mientras en Andalucía o Cataluña estas intervenciones son ya mayoritarias, en Aragón no llegan al 20%. "Es un trabajo en equipo de médicos, enfermeros y anestesistas", señala el responsable de la unidad de El Tomillar, que cree que la CMA tiene aún "mucho recorrido". "Todavía hay pacientes que se podrían hacer por CMA y se hacen con ingreso. Eso alarga las esperas para operarse y genera hospitalizaciones innecesarias". El doctor Marín compara esta circunstancia a la que se genera en las colas de un supermercado. "Si hay clientes con carros a rebosar y otros que solo llevan tres cosas, lo lógico es que haya cajas rápidas para los que llevan menos", afirma. "A veces se ingresa a un paciente simplemente por inercia de la organización".

La intención de la Consejería de Salud es romper con esta inercia. Solo con el incremento de estas intervenciones en la última década se evitaron 590.000 días de ingreso anuales. Casi el equivalente a la ocupación de dos hospitales como el Virgen del Rocío de Sevilla a lo largo de todo el año.

Una intervención de mama por cirugía mayor ambulatoria en el Hospital Virgen de Valme.ALEJANDRO RUESGA

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