Crítica:DORMIR

Terapia campestre

L'ALBANCIA, un porche panorámico sobre el asturiano valle del Nalón

El oído. La vista. El tacto. El gusto. El olfato. Con esta anatomía sensorial se presentan en la cuenca central asturiana los madrileños Chusa Gálvez y Gaspar García, huidos del estrés capitalino como manda el tópico acostumbrado del emprendimiento neorural. Podían quizá haber añadido a los sentidos el del buen gusto arquitectónico, pero el gólgota inesperado de su transmutación vital restó tiempo y pensamiento al empeño. Qué extravío para la balconada con vistas a la montaña no haber dispuesto de un acristalamiento desde el que oír, ver, tocar, oler y saborear el paisaje en invierno. Qué des...

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El oído. La vista. El tacto. El gusto. El olfato. Con esta anatomía sensorial se presentan en la cuenca central asturiana los madrileños Chusa Gálvez y Gaspar García, huidos del estrés capitalino como manda el tópico acostumbrado del emprendimiento neorural. Podían quizá haber añadido a los sentidos el del buen gusto arquitectónico, pero el gólgota inesperado de su transmutación vital restó tiempo y pensamiento al empeño. Qué extravío para la balconada con vistas a la montaña no haber dispuesto de un acristalamiento desde el que oír, ver, tocar, oler y saborear el paisaje en invierno. Qué desvarío alimentado por la normativa local el de seguir una pauta historicista, llena de lugares comunes, cuando lo que pedía el sitio era apenas un refugio donde quedarse ensimismado y disfrutar del silencio en soledad.

L'ALBANCIA

PUNTUACIÓN: 6

Categoría oficial: hotel rural de 3 estrellas. Dirección: La Ortigosa. Pola de Laviana (Asturias). Teléfonos: 985 60 15 42 y 655 37 03 83. Internet: www.lalbancia.es. Instalaciones: jardín, salón de estar, terraza, comedor de desayunos. Habitaciones: 5 dobles, con wifi. Servicios: no dispone de habitaciones adaptadas para discapacitados, animales domésticos prohibidos. Precios: desde 75 euros, IVA y desayuno incluidos.

Porque llegar a L'Albancia -con apóstrofe bable- no es cosa de coser y cantar. Emplazado en un alto de Pola de Laviana, el hotelito ofrece al automovilista nocturno el vértigo de su acceso por una carreterina estrecha y muy empinada. Afortunadamente, Gaspar y Chusa tienen bien ensayadas sus instrucciones para guiar al huésped aturullado por las líneas confusas de los GPS.

El porche es acogedor, pese a lo dicho. El salón interior regala una decoración apacible y culta, flanqueado por una nutrida biblioteca y un tocata en ristre para pinchar los inolvidables vinilos de toda una generación, la de Gaspar, de 55 años: Pink Floyd, Premiata Forneria Marconi, Neil Young, los Rollings...

Las cinco únicas habitaciones se bastan para completar el ciclo de la estancia (desayuno en el porche, guateque en el salón, sueño horticultor del autosuficiente John Seymour) bajo un orden rústico de manual: cabeceros de forja, interruptores seudoartesanos, cojines sobre las colchas, galería de madera con barrotes labrados, viguería a la vista y, cómo no, tintes naturales en las paredes, cada una de un color... pastelizado. Lo demás se adivina fácilmente.

L'Albancia se prescribe como terapia campestre gracias a Chusa y Gaspar, obsequiosos con toda la clientela, francos en su vocación hospitalaria y sinceros en la expresión de lo que ofrece su casa. En la web del hotel se incluye, sin tapujos, una webcam orientada al valle del Nalón y sus frecuentes días de orbayu. Nada más melancólico para disfrutar de verdad de Asturias. Como #yenatural (el tema de turismo natural asturiano en Twitter).

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Una de las habitaciones y un salón del hotel rural L'Albancia, en La Ortigosa (Pola de Laviana, Asturias).

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