Cambio de registro

Admirado y reconocido en las últimas temporadas por su innegociable estilo, el Villarreal ha cambiado de registro en las últimas jornadas. Obligado por las ausencias de larga duración de gran parte de sus futbolistas determinantes, Juan Carlos Garrido ha tomado la decisión de que el equipo castellonense debe olvidarse de romanticismos para ser más competitivo. Lo que cuenta en estos momentos son los resultados.

Hoy, en el Allianz Arena de Múnich (20.45, Gol TV), el Villarreal pondrá de nuevo en práctica su nueva imagen precavida ante el Bayern, líder del Grupo A de la Champions c...

Admirado y reconocido en las últimas temporadas por su innegociable estilo, el Villarreal ha cambiado de registro en las últimas jornadas. Obligado por las ausencias de larga duración de gran parte de sus futbolistas determinantes, Juan Carlos Garrido ha tomado la decisión de que el equipo castellonense debe olvidarse de romanticismos para ser más competitivo. Lo que cuenta en estos momentos son los resultados.

Hoy, en el Allianz Arena de Múnich (20.45, Gol TV), el Villarreal pondrá de nuevo en práctica su nueva imagen precavida ante el Bayern, líder del Grupo A de la Champions con tres victorias y un empate y que espera aprovechar la precariedad del conjunto amarillo para certificar su pase a los octavos de final.

Eliminado ya de la competición, al cuadro de Garrido le quedan unas mínimas posibilidades de tener acceso a la Liga Europa. Para ello debe ganar los dos partidos que le restan y esperar que el Nápoles no logre hoy los tres puntos ante el Manchester City en San Paolo. "Estamos ilusionados por jugar en un gran estadio ante un gran equipo", resalta, sin embargo, Diego López, más convencido de experimentar intensas sensaciones que del triunfo.

Gonzalo no ha viajado a Múnich al sufrir unas molestias en su rodilla izquierda. La baja del central argentino se suma a las de Nilmar, Rossi, Cani, Zapata, Camuñas y Bordás y anoche mismo se lesionó Catalá en el entrenamiento. Como viene sucediendo en las últimas jornadas, Garrido ha tenido que recurrir a la cantera para completar la convocatoria. A los jugadores del segundo equipo Gullón y Joselu se ha unido uno de 17 años que milita en el tercero, Íñiguez. Centrocampista de corte defensivo e internacional sub 17, es hijo de Roberto Íñiguez, jugador de baloncesto del Pamesa Valencia en los años noventa del siglo pasado y sobrino de Fernando Roig, presidente del club.

"Los estilos de juego dependen de los jugadores que se tengan", entiende Garrido, cuyo equipo ha perdido capacidad de creación e improvisación debido a las bajas y el pobre rendimiento de los futbolistas que han llegado esta temporada. De Guzmán, Zapata y Camuñas, no han dado el nivel hasta el momento ni justificado los 17 millones de euros invertidos en ellos. Las discretas actuaciones de De Guzmán han aconsejado al técnico situarle en el eje de la medular junto a Bruno para liberar a Borja Valero de obligaciones defensivas cerca del área contraria.