ELECCIONES 2011 | Cataluña cambia de ciclo

Euforia para celebrar "el triplete"

El hotel Majestic fue anoche un derroche de alegría, euforia y emociones por una victoria que parecía improbable en campaña y en la que los dirigentes y los militantes de Convergència i Unió (CiU) se resistían a creer hasta bien avanzado el escrutinio. El candidato, Josep Antoni Duran Lleida, que hasta el último mitin insistió en la posibilidad de la victoria, era sincero al llegar al hotel Majestic: "No espero un resultado histórico", decía. Incluso bromeaba con la posibilidad de ponerse a bailar en el balcón del hotel. El hecho de que CiU, partido de costumbres, no hubiera salido nunca a la ...

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El hotel Majestic fue anoche un derroche de alegría, euforia y emociones por una victoria que parecía improbable en campaña y en la que los dirigentes y los militantes de Convergència i Unió (CiU) se resistían a creer hasta bien avanzado el escrutinio. El candidato, Josep Antoni Duran Lleida, que hasta el último mitin insistió en la posibilidad de la victoria, era sincero al llegar al hotel Majestic: "No espero un resultado histórico", decía. Incluso bromeaba con la posibilidad de ponerse a bailar en el balcón del hotel. El hecho de que CiU, partido de costumbres, no hubiera salido nunca a la balconada en unas generales no impidió que ayer se hiciera una excepción. La ocasión lo valía.

La militancia llegó poco a poco a la sede electoral y su ánimo fue aumentando a medida que el resultado iba consolidándose. "Esto acabará en empate", pronosticaba un militante con el 30% escrutado. Al público le gustaba tanto esa victoria momentánea, confiaba tan poco en ella, que aplaudía a cada momento los resultados, aunque no hubiera variado ni un punto el porcentaje escrutado. Poco a poco se lo creyó: CiU lograba "el triplete", como dijo Artur Mas, y el público se gustó: aparecieron las señeras, los gritos de independencia e incluso vítores para el resultado de Amaiur en el País Vasco. El aplaudímetro reventó cuando apareció Duran en la sala. El democristiano, poco amante del soberanismo, fue recibido al grito de "¡independencia!". También estuvieron atentos para burlarse de sus rivales: no hubo compasión para la candidata socialista, Carme Chacón, cuya aparición televisiva fue recibida con un abucheo. Los intentos de buscar un lema original no surtieron efecto. Alguien intentó cambiar el "visca, visca, visca Catalunya socialista!", por un "visca, visca, visca Catalunya nacionalista!", con menos rima. Al final, triunfaron los gritos clásicos: en CiU, cuando se desata la euforia, se acaba coreando "¡independencia!".

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