ELECCIONES 2011 | La situación de la izquierda

Derrota no aplastante

Griñán: "Nuestro objetivo son las autonómicas y creo que las vamos a ganar"

Si la cara es el reflejo del alma, las almas de los socialistas andaluces estaban ayer abatidas, agotadas, decepcionadas, pero con un halo de esperanza. Se vio algún guiño, alguna media sonrisa, aunque parecían más espontáneas las miradas caídas, los gestos serios y las palmadas en la espalda. Se cumplieron las encuestas más optimistas para los intereses del PSOE, aquellas que apuntaban a que el PP ganaría por mucho las elecciones pero, extrapolando los resultados a los comicios autonómicos, no estaría en condiciones de garantizarse el equivalente a la mayoría absoluta, cuyo umbral se sitúa en...

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Si la cara es el reflejo del alma, las almas de los socialistas andaluces estaban ayer abatidas, agotadas, decepcionadas, pero con un halo de esperanza. Se vio algún guiño, alguna media sonrisa, aunque parecían más espontáneas las miradas caídas, los gestos serios y las palmadas en la espalda. Se cumplieron las encuestas más optimistas para los intereses del PSOE, aquellas que apuntaban a que el PP ganaría por mucho las elecciones pero, extrapolando los resultados a los comicios autonómicos, no estaría en condiciones de garantizarse el equivalente a la mayoría absoluta, cuyo umbral se sitúa en torno a los 10 puntos de ventaja. Fueron 8,99, con el 99,72% del escrutinio.

No se puede decir que los socialistas estuvieran contentos, pero la sensación de que queda por jugarse la final y el PSOE llega con opciones amortiguó el golpe. "Nuestro objetivo es ganar las elecciones autonómicas y creo que lo vamos a conseguir. Hasta entonces, tenemos la responsabilidad de seguir gobernando", afirmó José Antonio Griñán.

El secretario general hizo una declaración institucional y no admitió preguntas

El secretario general del PSOE andaluz compareció pasadas las 22.30, cuando ya había escuchado a Alfredo Pérez Rubalcaba reconocer su derrota. Fue una declaración institucional de apenas cuatro minutos en las que no admitió preguntas. Responderá hoy, después del pleno de la ejecutiva regional que se ha convocado para las 10.30.

Griñán se colocó tras un atril rodeado de una quincena de consejeros de su Gobierno y colaboradores. Le acompañaron, entre otros, la secretaria de Organización, Susana Díaz; la presidenta regional del partido, Rosa Torres; los consejeros de Presidencia, Economía, Salud, Hacienda y Obras Públicas y destacados socialistas como Bibiana Aído, Amparo Rubiales y Carmen Hermosín.

El secretario general admitió la derrota sin medias tintas: "No son unos buenos resultados para el PSOE. Por primera vez desde 1982, la derecha ha sido la fuerza política más votada en unas elecciones generales en Andalucía", afirmó. Tras las elecciones de mayo, que supusieron la primera victoria del PP sobre el PSOE en Andalucía, el secretario general de los socialistas encontró un consuelo: "No hay mayoría de derechas en Andalucía", dijo aquella noche. Ayer esta teoría se quedó en el alambre. La suma de votos de PSOE e IU prácticamente empata con los votos obtenidos por el PP (1,97 millones con el 99,72% del escrutinio) y Griñán prefirió no hacer conjeturas y eludir las referencias a esta tesis en su comparecencia de ayer.

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Con todo, no esquivó su papel de jefe de filas. Como el heredero del equipo que lo ha ganado todo, algo así como el dream team de la política, y que tras acumular dos derrotas consecutivas se ve por primera vez en su historia más cerca del descenso que de cantar el alirón, Griñán buscó argumentos para levantar los ánimos. "El PSOE sabrá analizar con serenidad y cohesión interna este resultado y el daño que ha hecho la crisis económica. Pero mantenemos la fuerza, con más del 35% de votos, para afrontar con expectativas este objetivo".

Para los socialistas andaluces, a la desazón de la derrota nacional se une la pesadumbre de dejar de ser la tierra de referencia del PSOE. Si los resultados de ayer suponen una clara pérdida de influencia del PSOE andaluz, no solo en número de diputados en el Congreso sino también en el seno federal del partido, se verá en los próximos meses. Pero lo que sí que quedó ayer aparcado es ese orgullo de saberse poderosos, el convencimiento de que todo el partido vivía en un agradecimiento permanente a los compañeros y los votantes de Andalucía porque habían contribuido a salvar los muebles en multitud de ocasiones. Con todo, la esperanza es que el aval se mantenga hasta saber lo que pasa en marzo.

"Soy socialista, andaluz y español y, como todos los españoles, quiero que España supere la crisis, creando empleo y sin perder prestaciones", dijo. Sus últimas palabras fueron para reiterar su "lealtad y colaboración" a Mariano Rajoy, al que ya había felicitado al inicio de su comparecencia. Griñán recogió sus notas y enfiló las escaleras hacia su despacho seguido por todos los que le habían acompañado. En la sede regional, la noche fue fría. En sentimientos, en palabras y en temperatura, con la humedad exterior colándose por los muros de la casa de la Calle San Vicente, como para avisar a los socialistas andaluces de que está llegando el invierno. Pero los resultados de ayer les dan esperanzas para creer que habrá primavera en marzo.

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