Cartas al director

Nosotros también queremos votar

Es lamentable que los españoles que residimos en el extranjero tengamos que hacer una especie de gincana para poder ejercer un derecho, el derecho al voto. No solo es lamentable que debamos rogar el voto, como si los derechos hubiese que suplicarlos -claro que últimamente se está demostrando que es así-, sino que incluso después de este ruego, debes esperar a que los astros -incluyendo al Consulado y Correos- se pongan en línea para que se den todas las condiciones y que el voto te llegue en plazo y forma.

Y claro, esas condiciones no se deben de estar dando, porque a día 15 de noviembr...

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Es lamentable que los españoles que residimos en el extranjero tengamos que hacer una especie de gincana para poder ejercer un derecho, el derecho al voto. No solo es lamentable que debamos rogar el voto, como si los derechos hubiese que suplicarlos -claro que últimamente se está demostrando que es así-, sino que incluso después de este ruego, debes esperar a que los astros -incluyendo al Consulado y Correos- se pongan en línea para que se den todas las condiciones y que el voto te llegue en plazo y forma.

Y claro, esas condiciones no se deben de estar dando, porque a día 15 de noviembre, muchos de los españoles que residimos en Bruselas no hemos recibido el voto; lo peor es que ni está, ni se le espera. ¿Pero es que nuestras autoridades no han aprendido nada tras el fracaso del voto en el exterior después de las elecciones regionales y municipales de mayo?

¡Queremos votar! Quizá somos pocos, pero concienciados, y sabemos que el voto es un derecho, pero también una obligación del ciudadano comprometido con el futuro de su país.

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Y ya que estamos, la próxima vez que se les ocurra reformar de forma chapucera la Ley Electoral, que se lo piensen mejor y hagan las cosas bien, de forma que se facilite el voto para no convertirlo en una aventura.

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