Rebeldía
Dice Valderas que hay 5.090.000 razones para la rebeldía, tantas como parados registrados en nuestro país. Un millón son andaluces, y tiene una espléndida oportunidad para captar su apoyo apelando a la necesidad de reaccionar ante la adversa situación en la que se encuentran. Valderas pretende movilizarlos en favor de sus tesis. Se trata, dice, de conseguir un grupo fuerte en el Congreso que frene los temidos recortes y demás planes de la derecha. Y a pesar de que la última encuesta del CIS solo le da un diputado, confía en conseguir entre dos y cuatro escaños, lo que significaría una aportaci...
Dice Valderas que hay 5.090.000 razones para la rebeldía, tantas como parados registrados en nuestro país. Un millón son andaluces, y tiene una espléndida oportunidad para captar su apoyo apelando a la necesidad de reaccionar ante la adversa situación en la que se encuentran. Valderas pretende movilizarlos en favor de sus tesis. Se trata, dice, de conseguir un grupo fuerte en el Congreso que frene los temidos recortes y demás planes de la derecha. Y a pesar de que la última encuesta del CIS solo le da un diputado, confía en conseguir entre dos y cuatro escaños, lo que significaría una aportación considerable de la organización andaluza.
Cabe preguntarse si estas estimaciones no se quedan cortas, sobre todo si se tienen en cuenta las circunstancias en las que se desarrollan estas elecciones. Esto es: con una crisis descomunal y un desplome del voto socialista sin parangón. Para colmo, reciben los izquierdistas el regalo político del escudo antimisiles de Rota. Anunciado por sorpresa por Zapatero a pocos días de finalizar su mandato, lejos de convertirse en un elemento a favor de los socialistas -por lo que pueda suponer de creación de empleo en Rota y en la bahía gaditana-, se ha convertido en un balón de oxígeno para una IU necesitada de vigor. Puede blandir con más fuerza sus viejas banderas contra los "yanquis" y las bases militares en suelo andaluz.
Resulta este, por tanto, un factor añadido que les ha caído del cielo. Pero hay dudas de que estén sabiendo sacarle provecho. Una reciente marcha contra el recinto de Morón registró una escasísima presencia, mientras que la de ayer de Rota tampoco ha alcanzado los niveles de participación de años atrás. Tal vez ocurra que, al final, desde IU no se esté acertando a la hora de captar a aquellos desencantados que abandonan al PSOE. De hecho, como refleja el sondeo de Metroscopia para EL PAÍS, en Andalucía solo un escaso 5% del electorado cambiaría su voto hacia IU. Otro 15%, sin embargo, se inclina por la papeleta del PP. La lógica indica que, puestos a haber deserciones en un partido socialdemócrata como es el PSOE, sea IU quien saque mayor tajada. Pero no es así, al menos, tomando como referencia las encuestas conocidas.
Se da por hecho que el 20-N medirá lo que pase con Griñán y Arenas en las elecciones autonómicas. También vale para Valderas. Nunca va a encontrar una ocasión como esta para recuperar el terreno perdido. Puede que se conforme con modestos avances. Habrá quienes consideren estos progresos insuficientes, sobre todo si caen chuzos de punta y el contrario está grogui.