Cartas al director

Inseguridad ante la política del PP

Los relevos en la presidencia del Gobierno son consustanciales a la propia democracia, con o sin cambio de partido político. Esto a mí no me preocupa.

Ahora bien, si los que hoy son candidatos presentan como reclamo electoral anular derechos ya conseguidos mediante leyes como la del aborto, la violencia de género, la dependencia, el matrimonio entre personas del mismo sexo o la de la igualdad y llegaran al Gobierno, como ciudadano siento una gran inseguridad.

Lejos de tranquilizarme, el PP me ha sumido en una gran incertidumbre que, con el paso de los días, aumenta. También me so...

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Los relevos en la presidencia del Gobierno son consustanciales a la propia democracia, con o sin cambio de partido político. Esto a mí no me preocupa.

Ahora bien, si los que hoy son candidatos presentan como reclamo electoral anular derechos ya conseguidos mediante leyes como la del aborto, la violencia de género, la dependencia, el matrimonio entre personas del mismo sexo o la de la igualdad y llegaran al Gobierno, como ciudadano siento una gran inseguridad.

Lejos de tranquilizarme, el PP me ha sumido en una gran incertidumbre que, con el paso de los días, aumenta. También me sorprenden sus arengas en contra de los progresos sociales alcanzados, como si esto fuera una losa y no un éxito. Tener a los jóvenes más cualificados de nuestra historia o haber alcanzado una vida más larga en buenas condiciones es un reto conseguido por todos, ahora hay que seguir por el mismo camino para que estos jóvenes no tengan que emigrar ni nuestros mayores vivir en condiciones insuficientes y sin calidad de vida. Austeridad solo para los políticos, los altos cargos, los banqueros y todos los que siguen viviendo como reyes.- Juan José Almarcha. Madrid.

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O sea, que el presidente del PP ha prometido "devolver la felicidad" a los españoles. Atentos a la palabra devolver, que debe querer decir que el que antes no la tuviera tampoco la va a disfrutar bajo el mandato del PP: unos cuantos a descontar. Tampoco ha precisado el señor Rajoy -y bastante se estará arrepintiendo ya de lo que ha prometido- a qué fecha nos va a retrotraer en nuestro nivel de felicidad. Según uno de sus cabezas de lista, el señor Arenas, a 1996, a cuando de cada 10 empleos que se creaban en Europa, ocho lo eran en España. Lástima que haya tantos pisos vacíos y que apenas quede ya suelo urbanizable.

Mucho me temo que este prometido regreso a la felicidad sea, para la mayoría, mucho más difícil que el regreso a la infancia.

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