Crítica:TEATRO MUSICAL | PERSÉFONE

Una fantasía infernal

La muerte, o el infierno. Perséfone es una fantasía cómico-lírica sobre el más allá infernal, pero también sobre los conflictos que la llegada de la Parca desata en el más acá. Joan Font, director de Comediants, no ha sabido elegir: su espectáculo salta de un tema al otro, sin acabar de explotar ninguno de los dos. Podía haber profundizado en el asunto del último adiós (como hace Titzina Teatre en Exitus), esbozado aquí con trazo grueso, o haberse atrevido a cruzar la laguna Estigia sin mirar atrás, para montar en la otra orilla un festival sulfuroso, como hace la compañía Bodo B...

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La muerte, o el infierno. Perséfone es una fantasía cómico-lírica sobre el más allá infernal, pero también sobre los conflictos que la llegada de la Parca desata en el más acá. Joan Font, director de Comediants, no ha sabido elegir: su espectáculo salta de un tema al otro, sin acabar de explotar ninguno de los dos. Podía haber profundizado en el asunto del último adiós (como hace Titzina Teatre en Exitus), esbozado aquí con trazo grueso, o haberse atrevido a cruzar la laguna Estigia sin mirar atrás, para montar en la otra orilla un festival sulfuroso, como hace la compañía Bodo Bodó en su Cabaret mortal.

Después de algunos números cuya gracia pasa inadvertida, la revista de Comediants parece encarrilarse durante el viaje del recién fallecido al Hades, arropado por animaciones proyectadas y muy bien integradas con lo que sucede en escena: en este tramo hay momentos de gran fuerza visual, inspirados en la obra de De Chirico y de Martín Begué.

PERSÉFONE

Idea y creación: Comediants. Música: Ramón Calduch. Director de arte: Jordi Bulbena. Dirección: Joan Font. Teatro María Guerrero, del 1 de noviembre al 4 de diciembre.

En Perséfone encontrarán alguna canción donde Àngels Gonyalons demuestra su talento vocal (lástima que solo interprete solos), proyecciones envolventes muy conseguidas de Banzai Studio, varias intervenciones especialmente graciosas de Laia Piró y una música con ecos de otras muchas y tres temas inspirados, pero se echa en falta un propósito rector del espectáculo, un libreto con chispa y, para ser una revista de variedades, la variedad y el empaque que le daría un número de intérpretes mayor (son seis, contando el músico), aunque en tiempos de economías esto último sea mucho pedir.

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