ENRED@S ELECTORALES | ELECCIONES 2011

El secreto que guardaba Tintín

Casi todos los partidos cuentan con un community manager, el responsable de cuidar su imagen en las redes sociales aunque en la práctica se encargue de recortar las notas de prensa para que quepan en Twitter, meter fotos en Facebook y velar para que no se desmadren demasiado los troles que le atizan todos los días al cabeza de cartel. El sueño de todo community es lograr un trending topics (TT), colar un mensaje en las redes que pueda competir con las horteradas de los famosillos o los tres millones de avisos cada vez que mete un gol el Madrid.

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Casi todos los partidos cuentan con un community manager, el responsable de cuidar su imagen en las redes sociales aunque en la práctica se encargue de recortar las notas de prensa para que quepan en Twitter, meter fotos en Facebook y velar para que no se desmadren demasiado los troles que le atizan todos los días al cabeza de cartel. El sueño de todo community es lograr un trending topics (TT), colar un mensaje en las redes que pueda competir con las horteradas de los famosillos o los tres millones de avisos cada vez que mete un gol el Madrid.

Para conseguir ese éxito proliferan los cursos que ofrecen gurús a precio de riñón. Podrían ahorrarse todo ese esfuerzo y dinero y aprender de Álvaro de Cózar, un periodista de EL PAÍS que ha dado una lección de cómo crear un TT, casi sin proponérselo, con el ingenio como único instrumento.

De Cózar estaba leyendo una reseña del estreno de la película de las aventuras de Tintín y se le ocurrió poner un tuit que decía: "Venga, Tintín, hazte algo pa la web", en alusión a la dicotomía de su trabajo: unas semanas como reportero de guerra en Libia o en Nigeria (como el propio Tintín en sus aventuras), y otras escribiendo crónicas rutinarias para la edición digital.

Tres amiguetes virtuales le siguieron el juego y le pusieron la etiqueta #TintinHoy. Pronto se sumaron decenas de periodistas con chanzas sobre cómo el personaje reportero de Hergé ejercería hoy su profesión, en condiciones cada vez más precarias. "Hola, buenas tardes, mi nombre es Tintín. ¿Es usted el titular de la línea?"; "Tintín, te ha dado el Yeti algún entrecomillado pa titular?"

Lo fascinante del caso es que la etiqueta fue retomada a las pocas horas por tuiteros que nada tenían que ver con el periodismo. Lo mismo valía para que los aficionados al cómic celebraran el estreno de la película que para los que criticaban el terrible dato de paro de la EPA ("Parece claro que #tintinhoy tendría menos volúmenes 1. Tintín en la redacción 2. El día que le dejaron salir 3. Tintín en el paro").

Y, claro, no tardó en encontrar acomodo en la contienda electoral. "Que te has ido dónde? Al Congo? Y eso dónde coño está? No tienes nada de Rubalcaba?"; "Tintín vete a cubrir la campaña de Rajoy! No te molestes en pensar preguntas, no hay ni una sola rueda de prensa prevista".

A Álvaro, ídolo de los community muy a su pesar, lo único que le preocupa ahora es dejar claro a sus jefes que el día que la montó en Twitter estaba librando. "Te lo juro por Tintín", dice angustiado.

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